Cabrearse, enfadarse, gritar, estar de mala leche…en una palabra, hostilizarse tiene mala prensa, está mal visto.
Lo guay, lo cool, lo que mola, lo responsable y adulto es no cabrearse jamás, ser un ejemplo de contención, control, espíritu zen y buenrollismo.
Pues no estoy de acuerdo.
El cabreo y la hostilización son buenos. La mala leche a lo mejor no mueve el mundo, pero te mueve a ti. El cabreo es una emoción dinámica. Al contrario de lo que se piensa normalmente, el esfuerzo no se hace para mantenerte zen, el esfuerzo se hace para cabrearte, para salir de tu estado de ameba y reconocer que estás hostilizado, que alguien te la ha jugado, que algo te parece terriblemente injusto, que tus hijos han acabado con tu paciencia o que estás hasta los cojones de todo.
Mantenerte calmado y equilibrado y controlar tus emociones es una gilipollez que te convierte en un ser que ni siente ni padece. Cabrearte te hace darte cuenta de que eres vulnerable, de que a lo mejor ha sido por tu culpa por lo que te la han jugado o que no eres tan independiente como tú te crees.
No entiendo porque llorar o reírse tienen tan buena prensa y el cabreo no. Son emociones parecidas…son reacciones a estímulos externos y a todo el mundo le parece estupendo “llora que te sentará bien”, “reírse es lo mejor”…pero nadie te dice “Hostilízate hasta el infinito”…
…pues yo si lo digo CABREARSE ES BUENO.
El primero que te agradece que dejes de hacer el capullo con el cabreo tántrico es tu cuerpo. El control de las emociones te convierte en una tortilla francesa, en un ser informe, en un saco de boxeo, en una palabra, en una ameba. Controlar el cabreo, controlar la hostilidad… ¿para qué? Tu cuerpo te agradece que te enciendas, que aprietes los puños, que te chirríen los dientes, que quieras gritar, patalear y agitar los brazos como si estuvieras poseído...todo eso hace que se te mueva la sangre, tus músculos se movilicen y te des cuenta de que estas vivo coño…y que estás cabreado.
Cabrearte te permite ser consciente de tus errores. Te cabreas porque alguien te la ha jugado, porque te han timado, porque han acabado con tu paciencia, porque te han mentido, porque sencillamente estás hasta los huevos de algo. Y eso está bien. Eres humano y no eres infalible...así que si te cabreas porque alguien te la ha jugado te volverás más precavido la próxima vez, si te cabreas porque alguien te ha engañado procurarás no fiarte alegremente, si se te ha acabado la paciencia puede que reflexiones sobre si no deberías haber estallado antes, si te mienten la próxima vez estarás más atento y si es porque estás hasta los huevos de algo…pues es normal. No todo es un campo de amapolas y de vez en cuando todo es una mierda y hay que darse cuenta de ello para decir, pues esto no lo quiero.
Cabrearte te hace mejor persona, al darte cuenta de tus errores, o de que no debes acercarte a alguien o de que no tienes paciencia…tendrás una base para mejorar para la próxima vez. Probablemente no mejorarás...pero la intención dicen que es lo que cuenta.
Hacerte el buenrollista y el zen es una chorrada. Ir con pose de nada me perturba, nada es lo suficientemente grave como para cabrearme, mejor paso y toda esa mierda de la impasibilidad es un lastre.
Con todo esto no digo que esté bien gritar y vociferar y ponerse agresivo. No se trata de dar miedo y acojonar a los demás..eso no es un cabreo..eso es espectáculo y tampoco sirve de nada.
Un buen cabreo es aquel que te hace hervir la sangre, es el que te activa y te hace tirar para delante.
UN buen cabreo tras la explosión, te deja relajado.
Ser zen e imperturbable es un coñazo, ablanda los músculos y te hace despertarte por la noche pensando chorradas del tipo “ no pasa nada, no pasa nada, no pasa nada”. ¡¡ Claro que pasa!! y negarlo solo te hace ser estúpido.
Cabrearte porque algo te ha hecho enfadar..te da la oportunidad de cambiarlo. Optar por el “no me afecta” solo alarga la causa de tu cabreo.
Cabrearte te hace ser más tú.
El zenismo y el “nada me perturba” te anula.
Y que conste que hoy estoy de un buen humor que asusto.