1.- Fabulosa temperatura que con un poco de suerte se instala entre noviembre y marzo en la geografía que habitualmente transito y que saca lo mejor de mí. Es ese frío que te reactiva, te aclara la mente, te saca los colores en la cara y te hace desear volver a casa para entrar en calor.
2.-Temperatura molona que permite dejar de preocuparse por si la ropa se transparenta. Permite apartar la regla milimétrica con la que mides tus pelos por las mañanas para saber si todavía puedes ponerte falda o si has pasado a la fase pantalón. Permite relajarse un poco sobre ese michelín mínimo que te ha salido en la cintura porque para cuando alguien lo perciba estarás ya demasiado desnudo como para que haya vuelta atrás.
3.-Temperatura ideal con la que hay que usar calcetines chulos, gorros favorecedores, abrigos molones, botas para pisar charcos y nieve, jerseys de cuello vuelto y guantes.
4.-Manta y taza de té muy caliente en el sofá.
5.- Chimenea.
6.-Auténtica obsesión de las madres preocuponas. En el caso de esta acepción, la existencia del frío no se limita solo a unos meses, a una estación. Una madre preocupona percibe frio en una variación mínima de medio grado centígrado en agosto.
Las madres son un coñazo con el frío. Yo no me incluyo en este apartado para nada porque paso millas. Con mi experiencia maternal actual he aprendido varias cosas:
- El frío es un problema de tus churumbeles que mola solucionar. Mola tanto que incluso quieres solucionarlo cuando no existe. Por eso todos los padres del planeta, entran en el cuarto de sus hijos por la noche y los arropan. Da igual que el niño esté destapado porque obviamente tiene calor…por alguna extraña razón mola muchísimo coger las sábanas y taparlos…así que todos lo hacemos. Por la misma razón llevamos siempre jerseys en el bolso cuando salimos de casa, pero en este caso no hay que sacarlo hasta que el churumbel llega y dice: “tengo frío”. Cualquier intento por tu parte de encasquetarle el jersey antes de que él llegue al límite de su umbral de tolerancia te hará replantearte tus prioridades vitales y pensar ¿en qué coño estaría yo pensando cuando decidí tener hijos?
- Es imposible saber si tu hijo tiene frío. Da igual que esté azul y le castañeteen los dientes al salir del mar. Si dice que no tiene frío es que no lo tiene. Lo que viene siendo en la sabiduría popular: sarna con gusto no pica. Por supuesto, jamás sabrás si tu bebé tiene frío pero “por si acaso”...lo embutes en tanta ropa que el pobre niño deja de tener articulaciones.
- Da igual que lo abrigues como si vivieras en Siberia...si se tiene que poner malo se pondrá malo. Esto es una putada para el que tiene hijos enfermizos, porque se pasan la vida poniendo capas y más capas de ropa en sus churumbeles y luego adquiriendo ingentes cantidades de antipiréticos para bajarles la fiebre que se agarran a pesar de ir abrigados como esquimales.
- Pelear con tus hijos para ponerles camiseta interior y leotardos resta años de vida. Es mucho mejor que salgan a la calle sin ellos y que al día siguiente digan: ¿me pones leotardos? Y entonces tú dices: ¿ves como mamá tenía razón? Nunca hay que menospreciar la satisfacción del “ya te lo dije”.
- “No pierdas el gorro” “no pierdas la bufanda” “no pierdas los guantes”…son deseos tan imposibles como convertirte en Halle Berry y tenerlos causa mucha frustración. Es mucho mejor no encariñarse con esas prendas…irán pero jamás volverán.
7.- Temperatura en el lugar de trabajo motivo de grandes discusiones sobre el tema.
Para el de mantenimiento el frío en el curro no existe, es una leyenda urbana, un mito creado por los curris que pasan el día con el culo pegado a una silla solo para joderle y hacerle pasearse con un pincho y poder decir: aquí hace 21 grados.
Para los curris oficinistas, los 21 grados del operario de mantenimiento es frío polar. Y a los síntomas se remiten: pies congelados, manos azules, castañetear de dientes, mantas por las piernas y en casos extremos mitones.
8.- Fruta fría. Artimaña ideada por los responsables de catering de empresas para que se note menos que toda la fruta que ofertan en el rancho es completamente insípida, que los kiwis saben exactamente igual que los plátanos, las mandarinas o las peras. La fruta está tan fría que necesitas tragarla antes de que se te congelen los dientes. Increíblemente hay gente que prefiere este deglutir sin masticar, supongo que se debe a la carencia de papilas gustativas.
9.- " Eres muy fría" Normalmente el que emite este juicio de valor sobre otro alguien se ha sentido menospreciado o directamente ignorado por la persona emisora de bajas temperaturas. La persona “fría” puede serlo por pasotismo, soberbia, pánico brutal a mostrar cualquier emoción o completa carencia de empatía.
Excepto en casos extremos de "frialdad": asesinos en serie, criminales, jefes hijos de puta y demás chusma..en la mayoria de los casos la opción a mostrarse frío se elige para evitar males mayores.
Curiosamente cuando se dice de alguien que es “caliente” no quiere decir que sea una cumbre de la empatía….
10.-
Cariño, ¿tienes frío?
¿Por qué lo dices?
Lo veo en tu camisa.
Sí, tengo frio.
Ven aquí que yo te caliento.
….
A mí me flipa el frio.