viernes, 4 de junio de 2010

POR EL PASILLO

Esta vez iba preparada.

Caminaba por la calle mirándose sus preciosos pies pensando: no te acojones, no te acojones, no te acojones. No pasa nada. No hay dolor.

Aún así, según se iba a acercando notaba como empezaba a sudar más y más y como sus pasos se iban haciendo más lentos. Se encontró pensando como en el colegio, “lo mismo llego y han cerrado”, “a lo mejor se me ha olvidado algún papel”....Por fin, se plantó en la puerta.
Valor y al toro.

Odiaba ese sitio. Un vestíbulo con unas amables señoritas que te atienden mientras mascan chicle y toquetean su ordenador: nombre, fecha de nacimiento, firme aquí...siéntese a esperar. Se sentó y sacó el libro que estaba leyendo: Shakespeare de Bill Bryson..Mola Bryson..cuenta historietas y las cuenta bien..y no es fácil.

- Ya puede pasar.

Mierda, casi no le había dado tiempo a mentalizarse, sabía lo que venía ahora. El pasillo blanco larguísimo con puertas a los lados y una misteriosa puerta naranja al fondo del todo, muy al fondo. Las puertas buenas estaban a la derecha. Las malas a la izquierda..Ya lo sabía. Ahora venía la peor parte... ¿quién le tocaría? Tenía dos opciones, una mala y la otra peor. No sabía cual sería la de este año, no recordaba cual había sido el pasado, pero la verdad es que daba igual. Pasó por delante de la opción mala: Inga, la doctora ordeñadora, una especie de matrona de las SS con la pinta de Ofelia la de Mortadelo y Filemón. ¡¡ Mierda!!..Le había tocado otra vez Klaus, el doctor muerte.

No hay dolor, no hay dolor, no hay dolor. En un rato habrás salido y te vas de barbacoa y gintonics

Allí estaba Klaus, vestido de blanco. Aséptico, rubio, con esos ojos azules que te traspasan y toda su mala leche acumulada. Ella sospechaba que su mala leche era congénita pero pensaba que a esas horas de la tarde había acumulado unas cuantas toneladas más después de haber estado currando en ese pasillo infernal.

Como siempre, no la miró ni un segundo mientras aporreaba el ordenador.

Nombre.
Edad.


Y aquí ella cometió el primer error. Sin saber cómo se encontró mintiendo. Siempre le parecía absurdo que le preguntaran la edad, joder..tenía su ficha delante..pues tenía un año más que el año pasado. No era tan difícil. Este año sin embargo sin saber cómo se encontró diciendo: 34….solo para ver si Klaus comprobaba la ficha o directamente pasaba, además eso la sumió en un nanosegundo en una espiral de pensamientos laterales. Joder, si no se daba cuenta de que había mentido la edad era que pasaba de todo..Y si pasaba de todo... ¿quería decir que se tomaba a chufla las pruebas? ¿ Y si tenía algo y Klaus había pasado millas??...joder, joder, joder…

Perdón…quería decir 37…un lapsus.

Se sujetó a la silla para no caer fulminada por la mirada glacial de Klaus. Además de cabrón, sin sentido del humor.

Salió con Klaus otra vez al pasillo que siempre le provocaba pánico.

- Esta es su cabina. Desnúdese de cintura para arriba. Y espere hasta que oiga su nombre.

Bien. Este año había venido preparada, pantalones y camiseta. El año anterior vino con vestido y se dio cuenta de la mala idea que era, cuando comprobó que batita azul transparente que te daban le llegaba un pelín más abajo del culo. Este año por lo menos traía vaqueros. Se sintió un poco mejor.

Justo en ese momento, le sonó el móvil. Miró, esperando que fuera una llamada que la reconfortara: mierda, era del despacho. Tenía que cogerlo.

Hola...si soy yo.

Se miró en el espejo, todo alrededor era blanco, su camiseta colgada de la percha y ella vestida con la bata transparente y el móvil en la mano hablando con su jefe. ¿Podía haber algo más surrealista?

- Ok. Lo cambio todo. Sin problemas, son las 8 y media…estaba todo organizado, pero vale.

Estaba distraída con esto cuando se abrió la puerta y vio a Klaus con cara de “pormenosdeestohemtadogente”.

- Te estoy llamando.
- Perdón, es que era urgente.
- Ven conmigo.

La tortura no había hecho más que empezar. Ahora venía la parte en la que Klaus disfruta del dolor ajeno..Básicamente le tocaba disfrutar del dolor de ella.

- Cuelga la bata. Pon los pies así. Levanta la barbilla, el brazo por aquí, retira el otro pecho. No respires.
- Ayyyyyy
- HE DICHO NO RESPIRES.

Tu puta madre Klaus, me estaS destrozando. Miraba hacia abajo y veía sus pobres pechos aplastados hasta parecer láminas, a Klaus le daba igual, claro. Es más, veía en su mirada glacial que si por él fuera apretaría aún más. No había que quejarse. NO hay dolor, no hay dolor. Piensa en gintonics, piensa en farra, piensa en risas.

- Ya puedes salir. Espera en la cabina hasta que te llamemos.

Ja. Parecía fácil. Salió al pasillo y comprobó con horror que no tenía ni pajolera idea de cuál era su cabina…¡¡había 8!! Y suponía que todas llenas de tías asustadas como ella. Mmmm… ¿qué hacer? Quedarse en el pasillo paseando con la batita transparente rezando para que ni Inga ni Klaus aparecieran no era la mejor opción, así que opto por probar en cualquier cabina...había 8…solo se podía equivocar 7 veces siempre que consiguiera memorizar cuales había probado y cuales no.

- Uy..perdón…Es que no sé cuál es la mía.
- Uy…vaya perdona. Esta tampoco.
- Mierda...esas no son mis cosas…¡ah si!...coño...si son. Aquí es, joder con los nervios, no reconozco ni mi bolso.

Esta vez estuvo atenta y en cuanto oyó vocear su nombre a Klaus salió pitando de la cabina. No quería que se molestara más, ahora venía la parte en la que se tumbaba en la camilla, le echaban el gel congelado y con los brazos en la nuca tenía que asistir impertérrita al sobeteo de Klaus y su ecógrafo.

Klaus miraba sin pestañear el monitor mientras con total indiferencia movía el aparato como si en vez de mirar a través de él quisiera clavárselo en el corazón. Sabía que quejarse era mala idea..pero el muy cabrón de Klaus le estaba haciendo polvo. Entendía que a él sus pechos le dieran igual...en lo que llevaba de tarde debía haber visto 30 pares, pero para ella eran importantes...jo...hasta les había comprado un sujetador especial para correr…¡¡Klaus no me los jodas!!”...murmuró por lo bajo.

Por fin terminó la tortura. Klaus se levantó, abrió la puerta y mientras se marchaba dijo:

- Límpiate. Te vistes y te vas.

Le faltó decir: no quiero volver a verte por aquí en mi vida….

Mierda..¿En qué cabina estaba?? Joder..Había olvidado mirar el número otra vez. Menos mal que estaba vez, las opciones eran menores...varias tenían las puertas abiertas, asi que solo se equivocó una vez, la parte mala era que fue con una tía a la que ya había pillado antes y que no estaba receptiva a su falta de retentiva numérica.

- ¿SE PUEDE SABER PORQUE NO TE VAS A TU CABINA??
- Perdón, perdón.

La 8. La suya era la 8. Entró, se quitó la bata transparente, se vistió y comprobó que tenía 8 llamadas perdidas en el móvil...fabuloso. Se asomó al pasillo, y enfiló hacia la puerta, rogando por no encontrarse con Klaus…recorrió el pasillo con prisa...casi corriendo...hasta alcanzar la puerta de salida...

¡¡¡Lo había logrado!!Un año más, y casi sin ansiedad, solo tuvo que comprarse una palmera de chocolate en la panadería de al lado para conseguir tranquilizarse….

…y unos cuantos gintonics..pero esa es otra historia.


Parte de carrera: de 5 días he salido a correr 4. Hoy salgo por Los Molinos. Ayer me atacó un perro, esto va a dar tema.

miércoles, 2 de junio de 2010

BREVE GUÍA PARA TOMAR COPAS. Lo que no se debe hacer.


1.- Antes de salir no hay que decir jamás cosas como: "salgo pero paso de beber", "No sé para qué voy sino me apetece", "Voy, me tomo una copa y me vengo", o lo peor “Volveré pronto”. Si no dice nada le caerá la bronca, pero si dice esas mentiras y luego llega a cuatro patas con el sol pegándole en la espalda, a la bronca por la borrachera se añadirá la de: Además eres una mentirosa... ¿NO decias que no te apetecía? Pues si te llega a apetecer……espiral de mal rollo. NO hay que decir nada.

2.- NO mezcle, no hace falta. Esto lo sabe todo el mundo que tenga más de 17 pero a veces se nos olvida. Es muy mala idea empezar con los tintos de verano, para luego darse a las cañas y después lanzarse al universo copa. Eso lo aprendimos hace milenios, pero hace milenios la resaca de mezclar se nos había pasado a mediodía...ahora podemos confundirla con los estertores de la muerte y su duración oscila entre 3 días y una semana. Mala idea. Hay que centrarse, y además coño, con dos cojones...si la barbacoa empieza a las 9 y lo que nos apetece son gintonics...pues se empieza con ellos...que además son superdigestivos.

3.- Si ha decidido lanzarse por la pendiente del bebercio, busque compañía adecuada. Esto es, la gente sobria no le conviene. No por nada, simplemente porque recordaran todo lo que usted diga y eso no nos viene bien. Así que huya de sobrios recalcitrantes (a mi es que el alcohol no me gusta), sobrios absurdos (yo no necesito beber para divertirme), sobrios circunstanciales (embarazadas) y sobrios que dan mal rollo (molimadre en una boda...por ejemplo). Conviene hacer migas con el sobrio circunstancial que va a llevarle en coche a casa…pero esto es por interés. Esté atento. Los sobrios conductores no son padres, así que no están receptivos a la hora de esperar que usted se termine la última copa y desde luego si usted pota y se entera, sus posibilidades de ser recibido cordialmente en el coche bajan drásticamente.

4.- NO cuente trolas. Mentir es de listos, mentir bien requiere memoria para el detalle. Dos cosas claramente incompatibles con las desconexiones neuronales que provoca el exceso alcohólico.

5.- No aproveche para confesarse con quien sea. Parece buen momento, el ambiente propicio, de noche todos los gatos son pardos, la otra parte contratante de la conversación parece estar al mismo nivel que usted, la estúpida idea de que la sinceridad absoluta mola trillones le posee y entonces confiesa un secreto inconfesable: tengo pelos en los pezones. Muy mal. Nada más soltar la confesión suprema que cree que va a liberarle, verá con estupor en los ojos del otro que sinceramente no necesitaba saber ese secreto, el arrepentimiento por su lenguaraz despiste subirá a niveles intolerables y murmurará: voyaporotracopa…deslizándose sin remedio por el alcoholismo del arrepentimiento..uno de los peores que hay.

6.- No lleve móvil. JAMÁS. Su uso más allá de la primera copa es SIEMPRE mala idea. SIEMPRE. Creo que no hay que explicar más. Si tiene una llamada urgente..use una cabina, todavía existen, yo las he visto.

7.- Si sale en pareja, vuelva en pareja a casa. El integrante de la pareja que se pira, parece receptivo a que usted se quede, pero es una falsa percepción provocada por su exceso alcohólico. Cuando llegue a casa pensando que su pareja es lo más en comprensión alcohólica y note como una extraña necesidad conversadora le posee: cariño...lo he pasado genial...hemoff eftado bailando pero te he echadfdo...muchifimo de menos…CONTROLESE, es mala idea. Su pareja no está receptiva a esa cháchara auto exculpatoria y menos con el aliento que pega. Al día siguiente comprobará que era mentira cuando vea como la parte contratante abre la puerta del dormitorio y dice: ¡¡¡entrad a despertadle que ya es hora!!!!....penará horas y horas esa falsa percepción.

8.- Tenemos una edad. Huya antes de entrar en el momento pánico que la salida del sol provocará en usted.. PERO..¿QUÉ HORA ES?..Demasiado tarde. ES demasiado tarde.

9.- No corra peligros. No se acerque al fuego si es una barbacoa, no se asome a la terraza si es una fiesta en un ático, no se acerque al mar si está en un puerto ( M. si me dejas cuento esa historia genial), no se suba a un autobús…en fin…no exponga su vida a nada más allá del peligro de cirrosis.

10.- No beba. Ja. Esto es broma.

Hoy tengo un plan con todos los ingredientes malignos. Voy a ver si imprimo esto y lo llevo en la cartera.

USE ME.- Bill Withers




Mi mp3 y su modo aleatorio me aman. Estanoche ha sonado esta canción según empezaba a correr por El Retiro

A veces molo mil.

martes, 1 de junio de 2010

DÓNDE DIJE DIGO...

Tengo buenas y malas noticias.

Las malas son que han cerrado la piscina del polígono. Ahí estaba yo, tan feliz, apurando la temporada piscinera, mejorando mi marca y sobre todo habiendo conseguido acojonar a las viejas matronas del vestuario, cuando llegan y a traición me cierran la piscina.

Debo reconocer que a traición no ha sido, había indicios, pero yo estaba en mi limbo deportivo de mejorar marca y sumida en mi música y no me enteraba. El caso es que me parecía que el agua no estaba tan transparente, y que la raya azul del fondo no estaba muy definida, pero lo achacaba a las gafasdeloscojones y nada más.

El caso es que el de mantenimiento de la piscina no sé qué coño ha hecho, pero de los sumideros del fondo del vaso, sale arena de playa. Era precioso, ibas nadando y parecía que iba a salir Bob Esponja..aquello era el Fondo de Bikini…montañas y dunas de arena de playa en el fondo de la piscina. Que digo yo… ¿de dónde sale la arena de playa a 700 km de la más próxima? Misterios.

He pensando que a lo mejor el de mantenimiento se ha confabulado con las señoras piscineras con las que tuve otro altercado la semana pasada. Había dejado todas mis cosas en la esquina del banco, y me había ido a la ducha. Cuando vuelvo envuelta en la toalla me encuentro a una de ellas, Ballenato Azul, sentada literalmente encima de mis cosas y con la pernera de mi pantalón cayéndole sugerentemente por el hombro.

- Señora..¿le importaría levantarse de encima de mi bolsa?
- Uy..hija…perdona..¿son tus cosas? No las había visto.
- Verlas no sé..pero tiene que sentir mi bolsa clavándose en su culo. Y eso negro que tiene en el hombro es mi pantalón.
- Perdona..perdona.
-
Se levanta y se desplaza exactamente 2 centímetros.

- Señora..perdone..sigue exactamente en el mismo sitio. AHÍ ESTÁN MIS COSAS.
- Uy..bueno hija..
- MIRE..NI BUENO HIJA NI NADA…TODO EL PUTO VESTUARIO ESTÁ VACIO Y ¿TIENE QUE SENTARSE CON SU VASO DE CAFÉ ENCIMA DE MIS COSAS??
- Hija..como te pones.
- ¿COMO ME PONGO? LLEVO ASÍ TODO EL INVIERNO. SE LO VOY A DECIR DESPACIO PARA QUE LO ENTIENDA: FUERA DE A QUI.

Funcionó. El resto de los días, Ballenato y su pandilla no han entrado al vestuario hasta que he salido yo. Me las he encontrado sentadas torrándose al sol en la puerta de la piscina. Bien por mí, a ver si no se les olvida para la temporada que viene.

El caso es que me han cerrado las piscina. He tirado el bañador que se me ha quedado grande, el que estaba transparente, las gafasdeloscojones y he guardado la bolsa. Otros años todos estos actos eran una liberación. Me decía a mí misma: fenomenal, ya te has hecho la deportista todo el invierno, ahora como tienes la excusa de que han cerrado, puedes volver a tu vida sedentaria sin remordimientos de conciencia hasta septiembre.

Pero este año no ha sido así.

Algo ha cambiado.

Me han cerrado la piscina y ¡atención!..Aquí vienen las buenas noticias...aqui es donde podéis hacer escarnio de mi, pensar que no tengo palabra (esto yo ya lo sabía) y descojonaros sin vergüenza.

Lo confieso.

El deporte se ha apoderado de mí.

Dejé de nadar el jueves, y el domingo la perspectiva de no hacer nada de ejercicio estaba acabando conmigo, así que queridos descerebrados...a pesar de que hace un par de meses dije “para mi, nada merece la pena tanto como para correr tras ello.

Resulta que me equivocaba y hay veces que si merece la pena correr.

Llevo dos días yendo a correr al Retiro.

Estoy muerta, pero esta noche más.

No tengo Fuerza de Voluntad pero cuando me propongo algo, no hay quien me gane.

Estoy pensando que con dos cojones; cambio de opinión, lo asumo y soy tan valiente que vengo y lo cuento. ¡Eso solo puede hacerlo una tía! Podéis aplaudirme después de descojonaros.