viernes, 28 de noviembre de 2008

VIERNES

Tras una semana infernal por fin es viernes.

En el curro estoy haciendo amigos.

El de mantenimiento ha cambiado de estrategia, como me ha visto llegar con pantalones de pana, jersey de cuello vuelto y camiseta interior ha decidido asarme. Estoy a punto de pasar calor, pero sé cual es su estrategia…está esperando que le llame para decirle que hace mucho calor y volver a congelarme. Ni de coña. Antes vengo en tirantes y sandalias.

La “asistencia informática” de mi empresa empiezo a sospechar que también es de atrezzo. No me funciona el correo. Llamo al teléfono y te lo coge un tío que parece que te está haciendo un favor:

- Si, ¿Quién eres?.
- Soy tu pesadilla. NO funciona el correo. No me entran mensajes de fuera de la casa.
- Ah…
- Ah qué?. ¿Qué ya lo sabías? ¿Qué te toca un pié? ¿Qué lo vas a solucionar?.
- ¿Quién me has dicho que eras?.
- Mira tío, entiendo que quieras ser Bill Gates, pero has tenido mala suerte y eres el de asistencia técnica..y estás para solucionar marrones…así que si no te gusta haber elegido muerte..pero SOLUCIONALO YA.

No me ha hecho ni caso. Pero ahora le mando un mail desde la dirección de mi jefe y apuesto lo que sea a que en 10 minutos está solucionado.

Además de todo mi jefe se ha pirado y me ha dejado un encargo de alto nivel intelectual y que por supuesto me va a realizar laboralmente, nada más y nada menos que ENVOLVER 30 CAJAS DE MÚSICA…ya me están sudando las manos.

Menos mal que me conformo con poca cosa para alegrarme el día:

Acabo de hacer el pedido a la librería de todos los libros que voy a regalar en Reyes y eso me gusta.

Esta noche salgo con unos amigos que dan glamour a mi vida y me tratan como a una reina. Eso sí, primero vamos a cenar a un restaurante extremeño porque contra lo que se pueda llegar a creer ser glamouroso no está reñido con ponerse hasta las patillas de comer. Lo malo del plan es que mis buenos propósitos de hace 15 días de no volver a beber me temo que van a terminar hoy.

jueves, 27 de noviembre de 2008

ESA VISIBLE OSCURIDAD




Otro libro triste y van no sé cuantos este año. En breve haré recuento de mis lecturas anuales pero así por encima he leído un montón de libros tristes, nostálgicos y melancólicos.

El que acabo de terminar se llama “Esa visible oscuridad” de William Styron. Es una obra muy breve donde el autor narrra el proceso depresivo que sufrió al cumplir los 60 y dejar la bebida, no quiero decir que la depresión le viniera provocada por esos dos factores, sino que fue en ese momento de su vida. Tocó fondo, pensó en suicidarse y acabó hospitalizado. Lo interesante del libro no es ni porqué le dio depresión, ni como salió de ella si no como cuenta las sensaciones tanto físicas como mentales que se sienten al estar deprimido.

Yo estuve deprimida cuando nació mi hija M. Fue espantoso. Todo el mundo viene a decirte lo estupendo que es todo y tú solo quieres meterte en la cama y que te dejen en paz, no quieres a la niña ni a nadie. Quieres morirte. Tal y como explica Styron tienes mejores y peores momentos a lo largo del día, pero básicamente te dedicas a sobrevivir y arrastrarte. Para mi el peor momento era por la mañana..al despertarme, tenía ansiedad, angustia y una tristeza infinita. Luego sobrevivía todo el día..hasta que por fin conseguía acostarme. Por lo menos dormía aunque solo lo que un bebé te deja.

Al final consigues salir, pero se pasa muy mal y no se olvida.

En la depresión, esta fe en el rescate, en el final restablecimiento , falta por completo. El sufrimiento es inconmovible, y lo que hace intolerable la situación es saber de antemano que no llegará ningún remedio: ni en un día, una hora, un mes o un minuto. Si se da una ligera mitigación, sabe uno que es solo temporal; le seguirá más tormento. Aún más que dolor, es desesperación lo que apabulla el alma.”

ON FIRE

Julio de 2005. Sábado al amanecer. La familia duerme placidamente en Los Molinos.
Embarazada de 8 meses me levanto al baño y escucho unos gritos que parecen venir del jardín. Extrañada me asomo a la ventana y lo que veo casi me pone de parto: mi coche y el del ingeniero están ardiendo como si fueran unas fallas.

Salgo corriendo a despertar al Ingeniero.
- ¡¡¡¡¡¡¡ LOS COCHES ESTÁN ARDIENDO !!!!!! ( no soy nadie yo asustando)
El Ingeniero salta de la cama, se pone un albornoz y coge las llaves de su coche. Yo me río en mi histeria porque parece Darth Vader con todo el pelo de punta y el albornoz aleteando por detrás como una capa. El pobre coge las llaves del coche sin saber que ya son completamente inútiles.

Salimos al jardín y agarramos la manguera. Yo estoy acojonada porque claro las llamas tienen como 4 metros de alto…y me da miedo que explote, pero cuando lo comento  El Ingeniero me mira y con su mejor cara de ingeniero me dice:

- el gasoil no explota.

Dato que por supuesto yo desconocía pero que ya no se me olvida. Alguna cosa buena tiene que tener estar casada con una mente científica.

Con nuestro absurdo chorrito de manguera intentamos apagar el incendio mientras un par de viejetes madrugadores se acercan a apreciar el espectáculo: las llamas y la embarazada de 8 meses en pijama de ositos, el ingeniero en calzoncillos y albornoz y mis hermanos con cara de acabar de acostarse mirando como sus coches se consumen.

Al rato llegan los bomberos que con un par de manguerazos apagan el incendio. Resultado: coche del ingeniero. consumido…mi coche muy chamuscado.


Después llegaron los CSI de la Guardia Civil y determinaron que el causante del incendio había sido una urraca que posada en un cable había sufrido una descarga…se había prendido y había caído al suelo envuelta en llamas. El fuego se había extendido por el pasto y de ahí al coche del ingeniero. 

Esta es una prima hermana de la urraca pirómana fotografiada 10 después del incidente. Esta se chamuscó pero al caer sobre tierra quemada no causo más daños.




Los de las grúas que vinieron a buscar los restos no se lo creían.

La foto es mi coche, los restos calcinados que hay al lado es lo que quedó del
otro
Pero nunca os acostaréis sin saber una cosa más: el gasoil no explota.


ESCOGÍ UN MAL DÍA PARA PONERME MALA

El de mantenimiento continua trabajando a favor de conservarme congelada como a Walt Disney y además está de suerte con la ola de frío que ha llegado a este bonito polígono industrial. Consecuencia de todo esto: estoy mala desde el lunes.

Llego a casa con la firme intención de ponerme mala, pero mi gozo en un pozo. Se me ha adelantado G. que está postrado en el sofá con 3 forros polares, tiritando y por supuesto al borde la muerte. Así que nada, comenzamos la lucha habitual de cuando está malo:

- estoy malísimo.
- ¿te has puesto el termómetro?.
- No. No tengo fiebre.
- ¿Cómo no vas a tener fiebre si estás con 3 forros polares puestos, tapado con una manta y pegado al radiador y tienes frío?. Póntelo.
- ¿me lo traes?.


Paseo por el pasillo farfullando todo tipo de blasfemias.

- A ver, que ya suena. Perfecto, tienes 39 de fiebre. Te voy a traer una couldina.
- No, no..paso de pastillas.
- ¿Cómo qué pasas de pastillas?
- Si, si, paso de medicarme.
- Mira…o te medicas o duermes en el descansillo.
- No quiero engancharme
- ¿ENGANCHARTE?? Pero si es aspirina efervescente….no te veo con tanto remilgo para engancharte a otras cosas . Tómate la puta medicina.
( como madre abnegada no valgo un duro)
-Quiero sopa.

Me voy a la cocina como Mafalda…sopita sopita..que asco de sopita…

A las 2 de la mañana me despierto con dos niñas con mocos hasta las orejas y G con 39 de fiebre otra vez dando vueltas en la cama y quejándose de dolor de garganta…yo paseo en pijama con el pelo de punta llevando vasos de agua, medicinas, pañuelos, poniendo termómetros y arropándolos para que no cojan frío.

Voy al baño, me miro en el espejo y no me reconozco. De repente me acuerdo que yo también estaba mala..pero tendré que esperar.

Necesito descanso. Mañana me voy al trabajo. Pero abrigada.