viernes, 31 de octubre de 2008

EL BAÑO

No sé bañarme. Puede parecer una chorrada, pero no sé bañarme. Cuando era pequeña mi madre llenaba la bañera y nos metíamos los 3 con un millón de juguetes y nos podíamos pasar horas. Era un momento de dicha y juerga estupenda que normalmente terminaba con mi madre gritando y cachetes cayendo a diestro y siniestro en una orgía de espuma y charcos. Si mi madre resbalaba en los 2 dedos de agua que habíamos conseguido sacar de la bañera entonces aquello ya era un despelote total.

Ahora ya no sé bañarme. Me encantaría ser como en las pelis. Escoger el momento adecuado, la luz adecuada, ( para mi gusto en las pelis sobran velas en los baños, pero es una cuestión personal), la temperatura adecuada y el ánimo pertinente.

Si yo decido bañarme, probablemente en el momento en que cierre la puerta del baño, se funda una bombilla, eso para empezar. Así que estupendo, momento bricolaje, y por supuesto la bombilla que coja no encajará ni de coña a la primera. Solventado este problemilla, abriré el grifo, dejaré correr el agua y mientras se llena la bañera, me voy a por el libro, porque aunque tengo mucha vida interior, si me meto en la bañera sin nada que leer me aburro y soy capaz de acabar poniéndome barba de papa noel con la espuma.

Cuando vuelvo toda ufana con mi libro, descubro una vez más que no sé manejar los grifos con termostato que G. puso en la casa nueva acompañándola de esta explicación : “ Moli, es tan sencillo que hasta tú sabrás usarlos”. No le he sacado de su error, pero para mi son misteriosos, y especialmente el de la bañera me odia. Jamás consigo que salga caliente. Confieso que muchas veces he llenado la bañera a base de abrir el grifo del lavabo (que no me odia) y con una palangana hacer un trasvase de agua calentita a la bañera.

Bien, pues vuelvo y descubro que el agua está congelada. Si me meto ahí me pondré azul. Tras valorar si me merece la pena reactivarme la circulación con ese agua gélida y tonificar mis glúteos y mi pecho con esa agua…desecho esa idea, porque se trataba de darme un baño relajante.

Abro el tapón y todo fuera.

Le pido por favor al grifo con termostato que no me odie y ponga agua calentita y me quedo controlando compulsivamente el chorro para comprobar que no se enfría. Bien, todo va bien. Cierro la puerta, me desvisto…cierro el grifo…meto un pie…y me escaldo.

Valoro la posibilidad de volver a vaciar la bañera pero mi escasa conciencia ambiental actúa y decido que si me meto poco a poco lo aguantaré. Para cuando acabo de meterme estoy del mismo color que una sandía y sudando. Me relajo medio minuto pensando que lo he conseguido para darme cuenta de que me he dejado el libro en la otra punta del baño. Vuelta a salir…mi piel hace pssssssss..al contacto con el aire frío…..chorreo todo el suelo, alcanzo el libro, vuelvo a la bañera y me tumbo por fín……solo para descubrir que no me gusta leer en esa postura, me duele el cuello y además me escurro…no llego con los pies al final..asi que tengo que hacer fuerza con las rodillas contra las paredes para no acabar metida totalmente en la bañera y que se me moje el libro.

Al final salgo con el pelo pegado de la espuma, los poros tan abiertos que se me ven los huesos, el libro mojado, una contractura en el cuello y agujetas en los muslos.

No me compensa…¡¡que venga mi mamá y me bañe!!!!!

jueves, 30 de octubre de 2008

COSAS QUE ECHO DE MENOS.

Echo de menos tener espacio libre en las neuronas para poder pensar en chorradas. Ahora si empiezo a pensar en chorradas enseguida lo asocio con cosas prácticas como qué pongo de menu de comida, cuando las niñas tienen gimnasia, o cuando es la próxima revisión en el pediatra.

Echo de menos no saber lo que es un percentil, ni que coño es la ESO. Echo de menos cuando los niños hacían gimnasia y no psicomotricidad o predeporte. ¿Qué coño es predeporte??...

Echo de menos cuando creía que el papel higiénico crecía por regeneración espontánea en el baño y las lentejas crecían solas en la despensa..por no hablar de mi absoluta convicción de que la ropa iba sola al cesto, se lavaba, se planchaba y volvía al armario por voluntad propia. ( Los tíos nunca pierden esta convicción).

Echo de menos hacer cosas sola. Echo de menos levantarme y desayunar en calma, con el periódico o mi libro, y concentrarme tanto en la lectura que se me quede el café frío y dé igual porque tengo tiempo de sobra para calentarlo de nuevo. Echo de menos poder salir a la calle con las manos en los bolsillos y no parecer un mulo de carga con un bolso que parece la maleta de Mary Poppins…y eso teniendo en cuenta que yo soy mala madre y por ejemplo nunca llevo pañuelos de papel.

Echo de menos llegar de trabajar y no tener nada que hacer, más que tirarme en el sofá a leer. ¡ qué poco disfruté de esos momentos cuando los tuve!.

Echo de menos cuando el día no se terminaba a las 8 y media. Me parecía que tenía toda la tarde por delante. Ahora a las 8 y media veo el final de la etapa…las niñas a la cama y el comienzo de mi hora feliz: cena y ocio.

Echo de menos despertarme por la mañana y pensar..voy a leer un rato antes de levantarme.

Echo de menos cuando el verano no era un puto stress de reorganización rutinaria, si no que era una cantidad de tiempo libre increíble para no hacer nada y llegar incluso a aburrirme. ¿En qué momento pasé de odiar septiembre a desear su llegada con toda mi alma?.

Echo de menos no tener dinero pero tener la sensación de que si lo tuviera podría hacer miles de viajes y de planes. Ahora tampoco tengo dinero pero la sensación se ha esfumado también….si lo tuviera habría que pensar en el colegio, el curro..blablablabla.

Echo de menos no saber lo que es el euribor, no tener ni idea de lo que cuesta la comunidad, ni el seguro del coche, ni que coño es la inflación. Claro, que ahora tampoco lo sé pero sé que si sube es muy malísimo.

Echo de menos cuando podía tomarte 8 copas, levantarme a las 8, esquiar todo el día y volver a salir esa noche y atizarme otras 8 copas. Ahora me tomo 4 y lo estoy pagando una semana….pero yo insisto..me sigue divirtiendo.

Echo de menos cuando me parecía un planazo salir en jueves hasta las 6 de la mañana.

Echo de menos cuando el concepto antiarrugas era ciencia ficción y tener una cana era gracioso.


Pues nada..que hoy tenía el día melancólico…pero en breve volveré a mi ser.

martes, 28 de octubre de 2008

MI PADRE

Este es mi padre. El viernes hará 11 años que le ví por ultima vez.

Mi padre era alto, calvo, con bigote y los ojos azules. Ninguna de esas cuatro cosas las he heredado. Era guapo y muy simpático. Tenía un sentido del humor como el mío..pelín ácido. Me llevó al colegio hasta que estuve en COU, cuando era muy pequeña escuchábamos “los Porreta” en la radio y yo iba delante sentada con mi hermana, sin cinturón ni nada…¡que tiempos aquellos!.

Era ingeniero. Trabajaba mucho y le encantaba lo que hacía. Nunca podía preguntarle nada de los deberes porque si le pedía ayuda para una suma…acababa haciéndome una integral. Desde el principio vió claro que las ciencias no eran para mi. En 2º de BUP me dijo: “ Moli, ni lo intentes, apréndete los problemas de vectores de memoria y el año que viene elige letras”.

Mi padre me llevaba a las sesiones continuas de cine. Veíamos películas de Luis de Funes y nos moríamos de la risa por las pelis y por sus carcajadas. Le encantaba conducir y nos enseñó a mis hermanos y a mi. A veces perdía la paciencia conmigo al volante..era malísima, eso sí, me enseñó bien porque ahora conduzco genial.

Veía carreras de Fórmula 1, antes de que Fernando Alonso hubiera nacido y el calvo de Telecinco supiera hablar; con él vi a Niki Lauda, a Nelson Piquet y a Alain Prost.

No le gustaba la playa.

No era deportista. Tenía una moto de campo y se iba por ahí. Una vez se rompió un tobillo en una de esas excursiones con sus amigos…y volvió cabreado como una mona…me acuerdo que no se podía hacer ni un ruido. Le gustaba echarse la siesta. También esquiaba, me enseñó con 5 años..aunque me decía que era una miedica.

Nunca nos llevó al médico, nunca fue a las reuniones de padres, pero sí a las funciones de teatro y era el que más aplaudía. Una vez, harto de que las monjas pidieran una “tarjetita” de los padres para cada cosa que tenías que hacer fuera del cole..me hizo una tarjeta que ponía “ Esta tarjeta sirve de justificante para todo lo que diga mi hija de aquí a que salga del cole”.

Fumaba muchísimo, uno detrás de otro. Primero Winston y luego Ducados. Lo dejó cuando le dio el infarto cerebral, 5 años antes de morir, pero siempre decía que cuando se jubilara volvería a fumar. No le dio tiempo.

Para no fumar llevaba en el coche unos caramelos que se llaman Fisherman. Un día íbamos en el coche y empezamos a darle el coñazo: papá, danos un caramelo, danos un caramelo. No, que es muy fuerte…que si, que si…Vale..pero si os lo metéis en la boca no podéis tirarlo….vale, vale….creo que nos salió humo por las orejas y lloramos unas dos horas…nunca más he comido un fishermans.

Siempre contaba que él quería tener una hija lo primero, una niñita cariñosa que cuando llegara a casa le abrazara y le diera besos….y terminaba la historia diciendo..” pero nació Moli”. …lo que he dicho..mi mismo sentido del humor.

Tenía las manos grandes. Le gustaba posar para las fotos y salía siempre bien. Miraba a la cámara y allí estaba, conseguía ser él en las fotos. ( otra cosa que no he heredado).

Murió feliz y ni se dio cuenta. Han pasado 11 años.

Lo primero que se me olvidó fue su voz.

No quiero que se me olvide nada más.

PROFESIONALES DE LA BELLEZA.

Yo me he equivocado de profesión, si es que tengo alguna. Como soy cruel y borde debería ser peluquera o esteticista (que palabra más horrible).

Los profesionales de la belleza es esa gente, cuyo trabajo en teoría y en los anuncios consiste en hacerte sentir mejor, pero luego en la práctica son unos cabrones que se dedican a hundirte. La peluquera nunca te dirá, tienes un pelo estupendo. No, no…te dirá algo más del tipo..” este cabello está muy castigado, las puntas abiertas y el cuero cabelludo deshidratado”…y tú ya te ves como un cruce de la Bruja Avería y Joaquín Luqui y encima sales desplumada porque has picado y te has comprado un serum regenerador de la flora del cuero cabelludo con jalea real y baba de caracol que te ha costado 50 euros.

Todo esto viene porque el viernes, decidí seguir con mi inspirador buen propósito de todos los otoños que consiste en ser más femenina..y fui a depilarme y a hacerme una limpieza de cutis. Llegué sintiéndome femenina e ideal de la muerte..sin saber que me precipitaba hacia el abismo de la baja autoestima.

- Hola, que tal? ¿Qué te vas a hacer?.
- Medias piernas.
- ¿Te hago los pies?
No sé ni que es eso, pero disimulo, pienso rápidamente que será más pasta y digo: No, no.
- ¿No???..¿seguro?.
Mierda..tenía que haber dicho que si, pero pienso..coño, tengo 35 años, mantén tu opinión. – No, gracias.
- Oh vaya..es que los pies peludos no se llevan.

¡DESDE CUANDO TENGO LOS PIES PELUDOS???...momento pánico y decido mirármelos en cuanto llegue a casa.

La segunda parte fue casi peor, pensé que iba a una hora de placenteros cuidados faciales y de repente me encontré delante de la Gestapo con una luz brillante apuntándome a los ojos y preguntándome cosas como:

- ¿ porqué no has venido desde 2006?,…..mmm…..no tengo pasta, ni tiempo.
- ¿Cuáles son tus hábitos de belleza?...aqui directamente me descojono, porque ducharme y peinarme no me parece que sean las respuestas adecuadas.
- ¿Qué tónico facial utilizas? ¿ y Leche limpiadora? ¿ Y exfoliante?.
Empiezo a sudar…visualizo la estantería del baño y veo..mi desodorante, y unas tiritas. Por supuesto miento ante la posibilidad de que la tía me eche de la cabina a patadas.
- Pues me doy hidrante por las mañanas, me limpio la cara por las noches y me exfolio una vez a la semana.
- Me extraña – dice la tia mosqueada- tienes los poros sucísimos y la piel desescamada e irritada.
Y yo que me veía tan mona y resulta que soy el hombre elefante…..
- Bueno, y cual es tu crema hidrante?
Aquí ya miento como una bellaca..porque si le digo que es una crema de 8 euros de Mercadona me va a pegar..asi que le digo..no sé..una azul…de marca
- Ah si…pues no te va nada..porque te voy a decir una cosa..tu tienes una piel lipídica mixta ( ¿????????) qué es preciosa, pero a partir de los 40 enveceje muy rápido, se agrieta y se pone gris.

Asi que ahí estoy yo..sintiéndome el hombre elefante y pensando que me voy a gastar 40 euros para nada, porque en 5 años voy a parecer la madrastra de Cenicienta. Y encima me doy cuenta que soy patética porque le estoy mintiendo a la tia que me está limpiando los puntos negros ¿no debería ser ella la que se sienta patética?.