lunes, 4 de noviembre de 2013

EL VIENTO Y LOS POSTS.

¿Que (me) pasa hoy? 

Sopla un viento huracanado en Mordor. Un viento que se ha levantado a media mañana por sorpresa. Por las ventanas que me rodean en mi sitio de la praderas, veo los arboles moverse, las bolsas de basura que han salido volando de las papeleras y a un ciclista que intenta a duras penas avanzar con el viento en contra por la carretera. 

Me gusta el viento. Me sugiere frío, orejas congeladas, nariz fría.  Manos metidas en el fondo de los bolsillos del abrigo. El viento es el pelo por la cara paseando por la orilla del mar. El viento es la brisa antiprensa que te impide leer el periódico en la playa y hace que te caiga la arena de la toalla del vecino en el bocata. El viento es estar tapado en la cama hasta las orejas y escucharlo rugir fuera y saber que estás a salvo porque no eres un americano con una absurda casa de madera que va a salir volando. El viento es un abrazo. El viento es el mago de Oz.

El viento es movimiento y hay gente que hace cosas increíbles con él. Increíbles y para mi completamente hipnóticas e  inspiradoras. 

Anthony Howe, es un americano flaco, con poco pelo, ojos claros y pinta de ser tímido. Lleva unos  tirantes muy anchos que no le pegan nada y diseña y construye unas esculturas cinéticas que me apasionan. 



"Busco cosas raras, "feas" y extrañas. Busco cosas que parezcan físicamente imposibles. Elegancia es lo que estoy tratando de conseguir. Ves un agujero que se van ensanchando y ensanchando hasta que desaparecer y luego se vuelve a formar como una medusa o una extraña criatura espacial". 

Anthony vivió durante 8 años y medio en Nueva York intentando ganarse la vida como pintor pero descubrió que eso no le molaba mucho. Luego fue encargado en una ferretería y allí tenía muchísimo metal a su alcance y pensó en hacer esculturas con él.

"A mi alrededor todo era estático y quería ver cosas moverse". 
Como el vídeo sale en lo que parece una casa de madera (de las que salen volando con mucho viento) en medio de un bosque, supongo que se piró al campo a diseñar esculturas. 

"Normalmente desarrollo el diseño en el ordenador porque eso me permite animarlo y ver cómo quedará en tres dimensiones. El ordenador es imprescindible para muchos de mis diseños porque están compuestos por muchos elementos. Cuando empiezo un diseño lo hago empezando con un elemento individual que luego se multiplica para ir construyendo la pieza entera. Después paso el diseño a otro programa que lo transforma en un diseño que mi máquina de cortar puede descifrar". 
"Cuando hago las cosas a mano, mi intuición y mi subconsciente tienen mucho más peso en el producto final que si sólo diseño con el ordenador, porque cuando trabajas con tu cuerpo lo haces en un mundo tridimensional y multitud de ideas van llegando a tu cabeza: estás pensando si queda bien, si queda mal, qué es lo siguiente que vas a hacer". 

Esta parte de hacer las cosas manualmente me ha hecho pensar en la diferencia entre escribir a mano y escribir directamente en un teclado. Para mí, y ya lo he dicho más veces aquí, escribir a mano hace que me surjan más ideas, más relaciones entre unas cosas y otras. Mi cabeza funciona más deprisa si escribo a mano que directamente en un teclado. Creo que en un cuaderno escribo mejor. 

Sigo con Anthony y sus esculturas. Cuenta que al principio hacía las piezas con mucha curvatura porque creía que necesitaban esa forma para funcionar bien con el viento, pero luego resultó que a veces era mejor hacer las piezas con menos   curvatura porque así no se movían excesivamente rápido con vientos muy fuertes. Explica también que diseñar y construir algo que se mueva con vientos de 50 nudos (¿Cuántos km son 50 nudos? es bastante fácil, si dejas un trozo de lo que sea en una mesa saldrá volando y eso también es cinética...lo complicado es hacer algo que se mueva con vientos de 1 nudo. 

Cuenta también como funciona la escultura de los espejos. 

" En la parte de atrás de los espejos hay  una conexión que une todos los espejos a un punto y hace que se muevan solo una pulgada en cada rotación circular mínima. Cada rotación hace que los espejos se muevan desde el suelo hasta el cielo y así, si estás de pie frente a ellos, sólo ves tu reflejo durante una fracción de segundo" 
"Normalmente cuando terminas algo, al final, surge la idea sobre lo que tienes que hacer después. No siempre es mágico, a veces es horrible. A veces aunque sepas que no va a funcionar, tienes que construirlo en el mundo real para ver si en la realidad puedes arreglarlo. Lo importante es poner emoción en tus diseños". 

Exactamente así lo siento yo con el blog y la inspiración para escribir. Muchas veces al terminar de escribir un post, o al estar escribiendo notas para algo en el cuaderno, se me ocurren ideas para el siguiente. A veces sé que serán horribles pero aún así tengo que escribirlos. Y desde luego, les pongo emoción o más que emoción, les pongo lo que soy yo..aunque ni de lejos consigo hacer unas esculturas tan chulísimas como las de Anthony. 

A lo mejor necesito unos tirantes. 


Nota: la traducción es mía de andar por casa, pido perdón por los fallos. 

viernes, 1 de noviembre de 2013

ESTABAS Y ESTÁS.





Estabas en la entrada de casa, con traje y corbata, la mano en la puerta y gritando “Yo me voy” mientras esperabas a que saliéramos con las mochilas, los abrigos y todo lo del colegio.

Estabas en la mesa de la cocina de Madrid. Antes de la obra en el extremo de la mesa más cerca de la puerta,  conmigo a tu derecha. Después de la obra en la cabecera que queda con la pared amarilla a la espalda.

Estabas en la mesa de la cocina de Los Molinos, en la esquina del banco que queda debajo de la ventana que da al jardín.

Ya no me acuerdo dónde te sentabas en el sofá. No sé cual era tu sitio pero sé que tenías uno.  No me acuerdo. Recuerdo, sin embargo,  como te sentabas. Con las piernas cruzadas y el brazo en el respaldo. El cojín de esa zona siempre estaba más hundido.

Estabas en el coche, conduciendo, con el codo apoyado en la ventana y el brazo puesto en el respaldo del copiloto al ir marcha atrás. Igual que hago yo ahora.

Estabas de copiloto, mirando por la ventanilla. Tan tranquilo siempre, condujera quien condujera.

Dormías en el lado derecho de la cama. Yo duermo en el izquierdo.

Estabas en el jardín de Los Molinos paseando con los brazos a la espalda o las manos metidas en los bolsillos del pantalón o sujetando un cigarro hasta que dejaste de fumar.

Estabas sentado en tu silla con ruedas, en el despacho. Rodando entre la mesa y el mueble con el ordenador. Quitándote y poniéndote las gafas de ver de cerca.

Ahora estas al final de un camino de tierra que sale de una carretera asfaltada sin mucho tránsito. Una carretera que sólo se llena en agosto y en noviembre. Una carretera donde van padres en bicis, gente a caballo y gente corriendo. Cuando acaba el asfalto, a la izquierda, sale un camino y al final, hay una tapia blanca y una puerta pequeña enrejada que no es la principal. Sólo un día entramos por la principal. La puerta pequeña siempre está abierta, aunque sea de noche o madrugada. Lo sé.  

Me paro donde el camino termina. Aparco y me bajo del coche. Siempre me pongo nerviosa, tan nerviosa que siempre me equivoco de pasillo cuando me decido a entrar. 

A veces no entro. A veces sólo me quedo allí y  miro La Peñota, Montón de Trigo y Siete Picos. Es lo que ves tú desde que estás ahí.

Pronto iré a verte, tengo que hablar contigo, pero hoy no.

miércoles, 30 de octubre de 2013

MOLIDOCUMENTALES: EL "ITALIANISMO" EN LOS TÍOS.


Hace más de año y medio escribí sobre las bondades del norueguismo en los tíos. Creo que quedó claro que para mi el norueguismo o el componente norteño en un tío es un valor añadido. 

Por razones que no vienen a cuento, llevo unos días inmersa en el mundo del italianismo. Y lo siento, pero el italianismo para mi resta mucho atractivo a un hombre. Sé que es una opinión impopular, sé que los italianos tienen su público,  pero a mí no me van. 

¿Qué es el italianismo? Obviamente, si eres de Italia tendrás un alto grado de italianismo pero puedes ser de Sabadell o Cádiz y tener también tu componente de italianismo. Si eres del Norte es más chungo, esto es así porque lo digo yo y el concepto es mío. 

Los "italianos" son guapos. Son muy guapos y lo saben. Son muy muy conscientes de lo guapos que son y además se gustan. Se gustan muchísimo. 

Lo que no saben o no quieren saber,  mejor dicho, es que puede ser guapo y resultar completamente indiferente. Algo así como una bonita escultura por la que paseas la mirada pero que te deja frío. Los modelos de anuncios de perfumes son todos muy "italianos" y si salen en calzoncillos muchísimo más. De todos modos eso a ellos casi que les da igual, se saben guapos, se gustan y con eso tienen más que suficiente...por ahora. 

Los "italianos" son muy persistentes. No conciben que los demás no se den cuenta de su belleza y encanto personal y quieren sacar al resto del planeta de su ignorancia a base de persistencia. Son incansables, tienen recursos y son inmunes al rechazo. Incluso al rechazo más obvio: no me gustas y eres un pesado. Ese tipo de respuesta en un "italiano" provoca una respuesta del tipo: ja...eso lo dices porque estás loca por mi. 

Lo más increíble es que se lo creen. Los "italianos" son tíos con una fe a prueba de bombas. Fe en si mismos claro, en ti tienen mucha menos...

Los "italianos" hablan muchísimo, demasiado y muy deprisa. Y les encanta escucharse. Cuando hablas tú, te das cuenta de que están esperando a que termines para seguir metiendo baza. Son esos que van diciendo "si, si, si" a cada frase que dices tú, como  para darte impulso y que termines antes y ellos puedan seguir con su cháchara. 

Los "italianos" llevan barba de atrezzo. No es barba noruega en plan "no me ha dado tiempo a afeitarme porque quería estar contigo o estaba salvando el planeta o voy a ver como me queda". No. Los "italianos" llevan la barba tras un exhaustivo estudio de imagen y los pelos que les crecen en la cara lo hacen siguiendo un estricto patrón estilístico. Un "italiano" no se deja barba...se la cultiva. 

Un "italiano" siempre es consciente de su pelo. Siempre. 

Un "italiano" es friolero, pero curiosamente siempre van mal abrigados. Vamos a ver, en general los tíos siempre van mal abrigados exceptuando los infectados por el virus "Fargo" que en septiembre se calzan la cazadora de borrego, las botas y la gorra con orejeras y parecen Elmer el de Bugss Bunny. El resto de los tíos considera siempre que  "bah..no hace frío" y que los jerseys "pican". (Los noruegos no, los noruegos llevan cuello vuelto). A lo que iba, los italianos no creen que no haga frío, de hecho siempre tienen frío pero siempre van mal abrigados.  Vienen de serie con una incapacidad genética para elegir el abrigo, son los únicos tíos del planeta que llevan chaquetas de entretiempo...y las llevan en enero. Los más evolucionados las combinan con bufandas. 

Los "italianos" cocinan. Esto puede ser un punto a su favor, peeeero...son maniáticos. Si un día decides cocinar tú, te estarán vigilando para ver si lo estás haciendo bien, para ver si lo haces como él y si consigues evitar el espionaje y que se lo coma directamente...siempre dirá "esta bueno pero si le hubieras echado/puesto/hecho estaría mejor". 

Un "italiano" puede convertirse en un macarra gritón en cero coma segundos. 

Un "italiano" sabe siempre que zapatos lleva y tiene más de un par de sandalias.  

Los "italianos" cantan. Canciones de amor. Y sufren o hacen que sufren. 

Un "italiano" nunca está relajado. Siempre está alerta. Para lo que sea, alerta para mirarse en un espejo, alerta para colocarse la bufanda que le abriga insuficientemente, alerta para decirte un piropo que no quieres y no te crees, alerta para saber si juega su equipo de fútbol, alerta para ver si tiene el pelo perfecto y la barba en su sitio...

A mi los "italianos" me tensan.  

Dedico este post al hombre  más guapo que he conocido en toda mi vida, el más elegante y el único que podía permitirse llevar coleta sin parecer Falete y el pelo suelo sin parecer Michael Bolton...un  italiano, de Turin para ser más exactos. 




martes, 29 de octubre de 2013

AMOR EXHIBICIONISTA


Internet es un sitio fabuloso para exhibirse. 
Estar enamorado hace que creas que todo es posible. 

Internet hace posible que todo el planeta pueda ver cualquier cosa que hagas, digas o escribas. 
Cuando estás enamorado te da igual que todo el mundo lo sepa. No, no es que te de igual, es que quieres que todo el mundo lo sepa.  

Por distintos caminos han llegado dos vídeos de gente enamorada haciendo cosas increíbles a mi pantalla. Se lo que estáis pensando...sois como el niño de la Princesa Prometida (una gran peli de amor verdadero), "Besos nooo". Pues si. 


Video nº 1. Un él y una ella. 
Los dos guapos, jóvenes y en el planeta del amor. Él además tiene mogollón de tiempo libre, una creatividad alucinante, cantidad de recursos de producción, baila, canta, tiene poder de convocatoria y el pecho depilado.  Se curra un vídeo alucinante ( pero largo..tomaos vuestro tiempo) para declararse a ella, que es guapísima, estilosa, lleva un vestido de infarto y se limpia las lágrimas con mucho cuidado con la servilleta hasta que ya no puede más y llora de verdad congestionándose y con mocos.

El vídeo es casi como una peli y no ha dejado nada al azar. Cualquier cosa que a ella se le hubiera podido ocurrir, él la ha pensado antes. Todo es perfecto...supongo.





Video nº 2. Dos ellas. 
Seguro que las dos tienen más de cuarenta.Un montón de amigos, un autobús, una canción especial y muchos carteles escritos a mano. Una ella encima del autobús manejando los carteles y otra ella en la ventana leyendo los carteles y flipando en colores.

No sé si alguna lleva el pecho depilado, que conste.



El vídeo lo ha grabado un colega y no es un prodigio de filmación pero transmite lo que tiene que transmitir.


Me creo más el segundo vídeo. No sé si es la edad de las protagonistas, no sé si es que ellas ya están juntas, no se si es mi edad. En cualquier caso, me alucinan estas cosas. Me alucina lo que el estar enamorado provoca en nosotros. Me alucina pensar que yo sería capaz de hacer algo así, aunque me veo más subida a un autobús sujetando carteles que organizando un flashmob.

¿No te gustaría que te hicieran algo así?.- me han preguntado hoy. 

No. Preferiría algo más sencillo. Voy a pensarlo.