martes, 7 de mayo de 2013

SE NOS HA IDO LA OLLA.


A mí me gusta comer, disfruto cocinando y comiendo. Entiendo que se puede ser más o menos sofisticado a la hora de comer pero en algún sitio hay que parar antes de caer en el ridículo.


He escuchado esta noticia mientras desayunaba esta mañana.

Me parece estupendo tener varios restaurantes entre los mejores del mundo, igual que me parece estupendo ganar el mundial de fútbol, el de balonvolea, o de petanca. Preferiría tener las mejores bibliotecas del mundo mundial o unas universidades megaestupendas pero lo de los restaurantes no me parece mal, cada uno se gana sus habichuelas como puede y si se las gana convirtiéndolas en una experiencia mística que te traslade al universo de los cuentos (Jack y las habichuelas) pues me parece muy bien…pero eso no es comer.

Sinceramente me parece que con todo esto de la cocina de autor, las experiencias gastronómicas y la experimentación más allá de los sentidos estamos perdiendo el norte.

Soy bastante buena cocinera, tengo un repertorio amplio de platos y por ahora no tengo quejas. Cuando estoy harta de cocinar y disfruto de días de solterismo, entonces lo celebro sin cocinar y me alimento de bocadillos de jamón serrano pero me gusta comer. Si voy a un buen restaurante me gusta probar cosas nuevas y ponerme hasta las patillas aprovechando la ocasión especial.

Tengo el recuerdo de cenas y comidas en restaurantes estupendos, algunos baratos y otros más caros pero que han merecido la pena. Algunos cutres y otros sofisticados con criterio.  En todos ellos comí estupendamente, en algunos descubrí cosas nuevas que me molaban y otras que ni de coña, a mí por ejemplo por mucho que me empeñe las alcachofas no me gustan. En alguna ocasión muy especial y por circunstancias laborales he comido en un restaurante de esos de “tú vienes aquí a tener una experiencia” y debo decir que como experiencia está bien pero como comida está regular.

El rollo este de “El somni” me parece un espanto como experiencia de cualquier clase y una auténtica tortura como experiencia culinaria. (Pinchad y veis el video)

Para empezar el concepto. A mí (y creo que hay estudios sobre esto pero no me hagáis mucho caso) me parece que la manera de disfrutar de los sentidos es anulando los otros. Y esto lo hemos hecho todos, si te acarician y cierras los ojos mola más que si estás mirando cómo te acarician, si escuchas la música con los ojos cerrados se percibe más claramente…y así con todos. Una sobresaturación sensorial a mi modo de ver no hace que sientas más…sino menos porque tu cuerpo está en plan ¿Pero vamos a ver…a qué hago caso? ¿A la comida? ¿A la música? ¿Al tacto cartilaginoso de esto en tu boca? ¿Al aroma húmedo de la tierra del bosque de los castaños que echan esas plantas que no me dejan ver al que tengo enfrente? ¿A la conversación? Sinceramente no le veo la gracia.

Luego creo que es un sitio feo y me da miedo.

“La mesa tenía un diámetro de 240 cm, e incorporaba un sistema de altavoces bajo el mantel que emiten el sonido de las imágenes que se proyectan sobre su superficie. Alrededor, cuatro pantallas envolventes se proyectaban secuencias potenciadas por unos altavoces que crearon una atmósfera de una dimensión sonora enérgica” (lo he sacado de aqui)

 
Parece la mesa de cuarto milenio o algo así. La mesa donde te sentarías a jugar a la oiuja, todo tan oscuro que da como miedo. No es que yo no me fie de los hermanos Roca, pero a mí me gusta ver lo que me estoy comiendo, puede que sea un poco tiquismiquis…pero si lo que me están dando es trigo verde con sardina ahumada, me mola ver que el verde es trigo o lo parece y no imaginarme al tacto en la lengua que es otra cosa verde que no sé si me molaría comer. Que sí, que lo mismo estoy poco abierta a experiencias sensoriales…pero no lo veo claro.

El tema de las pantallas y el sonido envolvente que sale de debajo del plato. Perdón, “dimensión sonora enérgica”, esto en mi pueblo significa un ruido de mil pares de cojones. Ya sabéis, ahora cuando en vuestro pueblo amenicen la paella grande de las fiestas con una tamborrada no digáis “aquí hay un ruido que no me oigo los pensamientos”, decid “qué dimensión sonora más enérgica”.

Las pantallas son un horror, además están muy pegadas y las proyecciones tienen que incomodar. Probad a mirar la tele tan cerca: marea. He leído que se proyectaban imágenes que tuvieran que ver con el plato y en el video he visto a una chica que ella dice que cantaba sintiendo que es una sirena.

¿Cómo va esto? Comes pescado y piensas en sirenas. ¿Comes carne y ves vacas? No sé, tampoco me parece una buena idea. En el momento en que le pones cara y ojos a lo que te estás comiendo abres la puerta a pensamientos rarunos, bueno a lo mejor solo me pasaría a mí, pero si me estoy comiendo algo que se llama por ejemplo “sueño del mar vibrante de electricidad” con una textura llamémosla complicada o indefinida…mientras oigo a una chica cantar y veo medusas…soy capaz de irme a pensar en la sirenita, en buscando a Nemo o en la vez en que me pico una medusa en el culo en una cala en Menorca y toda la aventura consiguiente. Es una buena anécdota pero no podría contársela al de al lado porque entre la dimensión sonora enérgica y el bosque de en medio de la mesa ni le veo ni le oigo.

Lo que “comieron” ellos fue “salsa de anemona de mar a la plancha emulsionada con aceite de oliva, navajas, algas y espardenyes”. Salsa…a la plancha emulsionada…no parece que hubiera tropezones. ¿Cómo se come la salsa? ¿Les dejarían echar barcos de pan? No he encontrado ninguna noticia sobre cómo era el pan…

¿Y que tal comer “esfera de trufa blanca y negra y destilado de tierra”? Esto se presta al mismo comentario que se hace a la vista de alguna obra de arte contemporáneo “ eso lo pinta mi hijo de 5 años”…pues el destilado de tierra suena muy parecido a los filetes rusos de arena que te hacen tus hijos en el parque y que tu finges comer…”mami, no te lo habrás comido??..¡Qué es tierra!”

Dice la noticia que los comensales estaban un poco envarados… ¿Un poco? Pero vamos a ver, sentarte a comer con 12 desconocidos, algo que no sabes que es mientras de la mesa salen ruidos y te envuelven imágenes que tienen algo que ver con lo que te estás comiendo sin saber qué es, mientras un tío te da instrucciones y alguien canta….¿Como no vas a estar envarado? Lo que me extraña es que alguno no haya tenido un ataque epiléptico por tensión sensorial extrema.

 
Que conste que no me parece mal que se hagan este tipo de performances extrañas. Lo que no me gusta es que se confundan con comer o con cocinar. Esto es jugar con la comida, puede tener su gracia en un determinado momento pero sinceramente creo que se nos ha ido la olla. No me vale el argumento de que es “arte”, esto no es arte. Yo lo veo como un juego para sibaritas que solo está al alcance de muy muy pocos, una especie de sofisticación de un hábito humano como es cocinar y comer, para elevarlo de lo que significa para el común de los mortales y dejarlo solo para “elegidos”. No es arte tampoco porque no es para todos, el arte o la cultura está al alcance de todos en museos y bibliotecas. Comer “esfera de trufa blanca y negra y destilado de tierra” es solo para unos elegidos que pagan una cantidad estratosférica de pasta por ello. Por supuesto están en su derecho y cada uno se gasta la pasta en lo que quiere…pero digamos lo que es “Quiero comer lo que me de un tío que ha estado jugando con la comida”.

Lo veo un poco, como montarte una orgía sexual raruna con desconocidos vestidos de plantas y pagar por ello. Pues vale, si. Estás en tu derecho y puede molar mucho (supongo) pero no es arte…ni cultura ni leches. Es una excentricidad como la copa de un pino.

Para mí disfrutar de la comida es otra cosa. Me gusta un entorno agradable y amigable, comer algo que no necesite instrucciones para degustarlo. Me gusta verle la cara a la persona o personas con las que comparto esa comida y poder charlar con ellas. Si me voy a gastar una pasta en comer sinceramente me gusta elegir lo que quiero probar y no someterme al criterio de un “artista”, no por nada, pero es que a mí las alcachofas no me gustan aunque me las des disfrazadas de tarta contessa de trampantojo con espárragos blancos y láminas de trufa.

Me gusta comer pero creo sinceramente que se nos ha ido la olla con el tema de la alta gastronomía,  las experiencias ultra sensoriales y todas esas cositas molonas.

lunes, 6 de mayo de 2013

TERAPIA DE LA HOSTILIDAD: No lo estoy haciendo bien.

Resulta que no lo estoy haciendo bien.

Pensaba que escribía el blog para mí. Vamos, no es que lo creyera, es que es así. Y el blog se llama Cosas que (me) pasan y por eso escribo lo que me sale de las narices y lo que me apetece.

Misteriosamente resulta que hay bastante gente (algunos consideran que demasiada) a la que le gusta leer lo que escribo. No sólo les gusta sino que muchas veces me lo dicen en los comentarios y además, se alegran de las cosas buenas que (me) pasan y parecen tener criterio.

Pero no. Resulta que no lo estoy haciendo bien, siempre he sido muy listilla pero claro, no sabía que tanto. Menos mal que tengo una serie de comentaristas completamente desinteresados, generosos y volcados en hacer de mí una bloguera como debe ser que me dejan comentarios llenos de cariño para iluminarme.

Empecemos.

Qué cálculo... Todo enfocado a estar en la feria del libro, ¿no?

 

A eso se le llama no dar puntada sin hilo.

Obsérvese el fino tono irónico que la comentarista ha dado a su intervención. En un primer momento podría parecer que ha sido buena idea publicar en abril, para aprovechar el día del libro, el día de la madre y la feria del libro, pero obviamente introducir la palabra “cálculo” y la expresión “no dar puntada sin hilo” tiene como intención acusarme de ser calculadora. Supongo que la comentarista desinteresada considera que sería mucho mejor publicar el libro por ejemplo en agosto y a ser posible sin anunciarlo en ninguna parte. No consigo entender para quién sería mejor, sospecho que para ella y su nivel de envidia. Considerar que publique un libro y además lo haga en una fecha en la cual podría tener ventas es obviamente una idea que le molesta.

Siguiente.

“Y este es el final de la cosa. El editor de ese libro ha sabido expurgar lo bueno de este blog: la relación con las niñas mientras han sido pequeñas.
Pero las niñas han crecido. De su encantadora inocencia irá quedando cada vez menos. Y su gracia ausente irá siendo reemplazada por las ocurrencias de una señora cada vez con menos gracia.
En fin, es la vida..."
Vaya por Dios. Resulta que yo pensaba que tenía un blog variado y más o menos decente y resulta que lo único bueno es la relación con las princezaz mientras han sido pequeñas y además el mérito es del editor. Este anónimo además o no tiene hijos o vive dentro de un anuncio de colonia infantil o Cola cao “encantadora inocencia”…en fin. Claro que lo que peor llevo es que me llame señora. De todos modos aplaudo ese lirismo escritor, alguien que es capaz de poner: “expurgar, encantadora inocencia y gracia ausente” en un comment merece mi más sincera admiración…y le brindo una sugerencia, que se abra un blog de fondo negro con letras blancas para dejar salir ese torrente de lirismo. Yo mientras tanto me quedaré aquí haciendo gracietas.

Otro más que viene a iluminarme.

"Uff ... reconozco que con algunos maternitys me he reído, pero chica, tanto autobombo me está dando muuuuucha pereza.
Volveré cuando bajes de la nube.
O mejor no"

Pensaba yo que publicar un libro que había surgido del blog se merecía contarlo y que los descerebrados merecían conocer el proceso, como había surgido todo, como habían sido las reacciones y como había sido de divertida la promoción incluida el momento en que muchos de ellos dejaron de ser virtuales. 6 posts…entre 29 no me parecía demasiado la verdad, me parecía ajustado. Pues no,  resulta que es “tanto autobombo”.

Me parecía también que publicar un libro que ha surgido de algo que llevas escribiendo 5 años sin tener la más mínima intención de publicar es una ocasión para celebrar, para estar contento, feliz, emocionado, desbordado y por supuesto contarlo y compartirlo con la gente que lo ha hecho posible. Y resulta que tampoco. Supongo que este comentarista cuando le pasa algo bueno, se va a casa, se tumba en el sofá, se tapa con la batamanta y se lo cuenta a su amigo imaginario. Por último dice que a lo mejor no vuelve, en fin...espero que sea un tipo de principios y no vuelva, no soportaría desilusionarle otra vez y yo que sé, que llegará y yo hubiera publicado un post sobre la firma de libros en la Feria del Libro o cualquier otra cosa estupenda que me pase y que él considere solo apta para su amigo imaginario.

Un amigo del anterior.

Estoy con Suerte con lo tuyo.
Se me acabó el blog de tanto usarlo...
Adiós.

 
Años de poner música, años de colgar videos, años de enseñanzas musicales y tiene que despedirse con un verso sacado de una canción de Rocío Jurado. No, no se te ha acabado el blog de tanto usarlo, te echo. Me gusta el contundente “Adiós”, a ver si es de verdad.

Y para el final el comentario favorito.

A mí me gustaba el blog de Molinos. Sin más pretensiones. Primero esa voz en la radio.
Y ahora llega Ana Ribera y escribe un libro con los post de Molinos. Y pone fotos. Y se hace famosa y firma dedicatorias. Y ya no es lo mismo para mí porque es como si el blog fuera un buen libro y ahora hubieran hecho la peli. Y ya no me sirve la Moli que yo me imaginaba. Porque Ana Ribera es la actriz que hace de Moli. Y no me pega.
Bueno, es lo que hay...
Si te hace tanta ilusión mutar a escritora... ¡que te vaya muy bien!
Yo hago el papel de Pitufo Gruñón"

Resulta que yo no debería ser yo, sino la imagen que alguien se ha hecho de mí. Espectacular.

En fin, que soy una bloguera infernal y encima voy hoy y hago lo que siempre dicen que no hay que hacer, hacer caso a los trolls…pero es que son tan monos…que me provocan hasta ternura.

Eso si, como les veo faltos de fuerza de voluntad…les aliento para que esos bonitos comentarios en plan Escarlata O´Hara de “A Dios pongo por testigo que por aquí no vuelvo” se hagan realidad y si lo necesitan, que les pidan ayuda a sus amigos imaginarios. 

Será duro…pero creo que podré con ello.

Gracias.

sábado, 4 de mayo de 2013

UNA DOCENA DE COSAS INCOMPRENSIBLES DE LOS HOTELES.


Viajar por placer, por trabajo, por ir a una boda, a un sarao.Buscar un hotel o que te lo busque la empresa si el viaje es de curro.Con el tiempo uno va aprendiendo a adecuar el hotel a lo que quieres para cada viaje.

Al principio lo más importante es que sea barato, total “solo es para dormir”, luego te das cuenta de que el criterio “solo para dormir” te puede llevar a dormir a 100 km de tu destino en un camastro en el que para meterte en la cama tendrás primero que contener la respiración para poder cerrar la puerta de la habitación.

Después te vas haciendo más sabio y vas incluyendo variables: que esté céntrico, que tenga desayuno porque así me forro y me ahorro parar a comer, que esté limpio, que tengan habitaciones familiares, que tenga buena comunicación y así hasta sumar n factores.

Normalmente consigues alcanzar el rango de hotel que más se ajusta a tu ideal dentro de tus posibilidades económicas, pero aunque hagas una búsqueda exhaustiva, siempre siempre hay cosas incomprensibles en los hoteles.

Son chorradas, pero cuando estás en la habitación tumbado tranquilamente siempre te asalta un pensamiento idiota sobre ellas. Bueno, a lo mejor sólo me pasa a mí.

1.- Entrada espectacular y habitaciones dignas de los 7 enanitos.

Llegas al hotel y tiene una puerta descomunal de grande, un hall forrado de maderas nobles o de cristal con un mostrador gigante. Todo es a lo grande, tanto que te impresiona y te confías y dices…”estupendo, esta vez lo he hecho bien, un buen hotel”. Coges la llave satisfecho de ti mismo, subes a tu habitación y cuando entras la puerta casi no abre. Piensas que rozará el suelo o que no tienes fuerza suficiente. Ja. La puerta choca con la cama. La habitación es tan pequeña que la celda de un monje cartujano sería una suite nupcial.

Si el hotel lo has reservado tú, estás jodido.

Si encima vas en pareja será una prueba de amor absoluta.

Si es un viaje de trabajo echarás espumarajos por la boca y dirigirás todo tipo de improperios hacia el departamento de “reservas” de tu curro.

Después intentas que el cepillo de dientes entre en el baño y empiezas a pensar en cómo podrás ducharte sin mojar la cama.

2.- La moqueta.

La moqueta es un invento diabólico que debería estar prohibido por ley en todas partes pero más en sitios de uso común. En tu casa puedes poner moqueta hasta trepando por las paredes, la mierda que se acumulará será tuya y lo mismo le coges cariño y no te da asco. Estupendo.

Pero, ¿por qué la moqueta en sitios públicos donde pasa muchísima gente de la que no tenemos constancia que sea limpia? Siempre me imagino al inventor de la moqueta y a su distribuidor mundial como dos mafiosos tipo Tony Soprano “ vamos a acojonar a todos los dueños de hoteles del planeta para que pongan moqueta” “ Si, y cuanto más fea mejor”.

El placer de andar descalzo pierde mucho encanto cuando empiezas a pensar cuanta gente habrá pisado ahí y con qué, y qué habrán tirado y en fin…asqueroso. EN los hoteles habría que llevar como zapatillas de estar en casa, botas de agua.

3.- Sistema de luces.

Entras en la habitación, metes la tarjeta en el cajetín y todo un despliegue de luces se encienden en la habitación. Como estás inspeccionando el espacio, que si la cama mola, que si el baño está decente, que si las vistas están bien o dan a un patio con los aparatos del aire acondicionado no te fijas en las luces. Te acostumbras a esa luz artificial y no le prestas atención hasta que imbuido de un poco de conciencia medioambiental , decides apagar alguna luz.

En una maniobra completamente lógica y de persona inteligente, vas a la entrada y le das al interruptor general para apagar las luces de la entrada. Clic. Se apaga la lámpara de al lado de la ventana, las del pasillo siguen encendidas. Vas al lado de la lámpara de la ventana, das al interruptor que está allí pensando que aquello es absurdo pero en fin…y se apagan las luces de la mesilla. Empiezas a desesperarte, vas a la mesilla, le das a los interruptores de allí y entonces se enciende una luz nueva encima de la mesita. ¿Pero qué coño hay que hacer para apagar una luz aquí?

Más o menos lo mismo pasa cuando te acuestas y quieres encender la lamparita de la mesilla para leer con ella, descubres que un interruptor que hay al lado de la puerta del baño es el que se corresponde.

4.- Minibar

El minibar de una habitación de hotel es un pozo de frustración.

Primero, si llegas a la habitación tarde, todo cerrado, y con un hambre de perro, lo abres pensando en comer algo que te llene. ¿Qué hay? Alpiste para humanos: almendras y cacahuetes. Eso no alimenta, no sacia y lo que es peor te dará pesadillas al acostarte y una sed de mil pares de cojones.

Si en vez de hambre lo que quieres es ahogar tus penas en alcohol lo llevas chungo también. Esas botellitas no dan para llegar al nivel de alcohol necesario como para emborracharse convenientemente, asi que hay que mezclarlas todas, con la consiguiente resaca del demonio al día siguiente.

Lo peor sin embargo es cuando compruebas que el alpiste te lo han cobrado al precio del barril Brent de petróleo y el alcohol a precio de diamantes.

5.- Jabones, geles y champús. Utilidades de baño.

Da igual lo grande que sea la habitación, da igual que en el baño quepa todo tu apartamento, la dirección del hotel considera que el gel y el champú son “tesoritos” y te los proporciona siempre en unos botecitos minúsculos, que hay que agitar como una coctelera para conseguir sacar una mínima cantidad de producto. Todo para descubrir al final que te has lavado el pelo con la colonia y te has untado el cuerpo de champú. Eso sí, son monísimos.

Peine. Bien, siempre puede ser que se te haya olvidado cogerlo de casa y es bastante necesario…si tienes pelo.

Limpiazapatos. Queda un poco vintage pero vale. Si vas a ir a una reunión importante mejor llevar los zapatos lustrosos. Y eso seguro que no lo has cogido de casa.

Pañuelos de papel. Vale. Siempre son útiles.

Gorro de ducha metido en caja de cartón. ¿WTF? ¿Quién usa gorro de ducha? Cuanta gente se mete en la ducha y dice “ uy, casi me mojo el pelo, voy a volver a salir para sacar ese plástico transparente de la microcaja y no mojarme mi pelazo” Sospecho que los fabricantes de gorros de ducha son primos de los Soprano de la moqueta.

Pero bueno, aceptando que necesites un gorro de ducha. ¿Por qué nunca hay condones? ¿Por qué? Que levante la mano el que no ha echado alguna vez de menos condones en un hotel. Voy a llamar a los soprano de la moqueta, veo la oportunidad de negocio claramente.

6.- Mamparas de ducha.

Actualmente en los hoteles hay una tendencia a quitar la bañera y meter una megaducha. Alguien ha debido pensar ( Los Soprano de los baños, quizás) que la gente no va a los hoteles a bañarse porque “solo es para dormir”. Bueno, pues eso no es así siempre. Hay mucha gente que solo puede darse un baño tranquilo cuando está en un hotel, gente con hijos para más señas. Y luego hay mucha gente que todavía cree en el mito del baño romántico y sexy y a la que le molaría darse un baño en un hotel con su pareja. Pero bueno, los hoteles se han pasado a la ducha, a la megaducha con grifería de la Enterprise y siete pares de chorros y siete tipos de caudal…y un sistema de cerramiento que hace que cuando sales de la ducha puedas nadarte unos largos por el baño de todo el agua que dejan escapar.

7.- “No molestar”

¿Lo habéis probado alguna vez?

No funciona.

“No molestar” para la señora que limpia la habitación quiere decir “Por favor, entre lo más de sorpresa que pueda, a ser posible sin hacer ningún ruido hasta que me pille durmiendo, saliendo del baño en bolas…y deme un susto de muerte”.

8.- Enchufes.

Gran tema. Están colocados por el mismo electricista que diseño el sistema de interruptores y con el mismo criterio: ninguno.

En caso de haber mesa para trabajar el enchufe estará probablemente a la distancia exacta para que no te llegue el cable. En la mesilla que es donde quieres un enchufe para poner a cargar el móvil que te despertará al día siguiente, no hay enchufes y al final acabas dejando el ordenador cargando en un enchufe que hay en una pared de camino al baño y por supuesto tropezarás con él al levantarte completamente zombie. Para cargar el móvil tendrás que desenchufar una lámpara de pie y dejarlo cargando en el suelo. Y por supuesto, todo esto blasfemando.

9.- Edredones, mantas y demás.

Hay dos tendencias en los hoteles, por un lado los hoteles que han optado por el nórdico a muerte. Y cuando digo a muerte quiero decir que vas a un hotel en junio en Madrid con 35 grados a la sombra y en la cama hay edredón. ¿Por qué? ¿Qué pretenden? ¿Asar a la clientela? ¿Hacerles creer que están en Noruega? La opción destaparse no se contempla pero eso lo explico en el siguiente punto.

La otra tendencia es la de “cama hecha por tu abuela” con las sábanas tan metidas y una manta que pesa tanto que si consigues meterte dentro te sientes casi casi embalsamado.

El tema de las almohadas da para otra docena, solo apuntaré una cosa: la almohada matrimonial es con mucho la peor idea del universo. ( ¿otra vez los Soprano?)

10.- Aire acondicionado /Calefacción.

Vas por el pasillo hacia la habitación y la temperatura es la correcta, es tan correcta que ni siquiera eres consciente de ella. Abres la puerta, metes la tarjeta y de repente estás en el trópico o en Siberia. ¡Qué frio hace aquí! ¡Qué calor! Vas entonces al cuadro de mandos que hay en una de las paredes y lo miras. Eres ingeniero, economista, abogado, historiador, físico, médico, jefe supremo de una empresa, tienes tu casa, manejas un ordenador, la caldera de tu casa y a lo mejor hasta sabes hacer veleros con palillos…pero el cuadro de mandos que regula la temperatura de tu habitación te resulta completamente incomprensible. Aún así, optas por girar, presionar y colocarlo en otra posición distinta confiando en que aquel cambio haga mejorar la temperatura de la habitación.

No lo hará. Tendrás frio, te taparás, tendrás calor, te destaparás. Ni frio ni calor. Tratarás de abrir la ventana y no podrás o habrá demasiado ruido o demasiado aire o estará lloviendo. Volverás a mirar el cuadro de mandos. Llamarás a recepción: “ah si..lo miramos”.- te dice el de recepción mientras se lima las uñas y pasa de ti ( está enchufado en el puesto por los Soprano).

11.- Perchas

¿De verdad que hay una mafia especializada en robar las perchas de los hoteles? ¿Existe un mercado negro tan increíble que era necesario inventar esas perchas del demonio? ¿Pudiendo llevarme la almohada, las toallas, una lamparita o el nórdico…de verdad que voy a llevarme las perchas? Lo veo, excedente en un camión robado por los Soprano.

12.- Wifi.

Hoteles de 3 y 4 estrellas de el mundo. ¿Cómo es posible que el albergue de juventud del pueblo más pequeño de España te de wifi gratis y vosotros no? ¿No sabéis que sin wifi no sois nadie?

Prefiero un hotel con habitación pequeña, con bañera, en el que me tenga que llevar el champú y abrir la ventana para respirar en la habitación pero con wifi…a pagar un hotel de diseño en el que me informen en un cartelito de que “para nuestros clientes existe wifi gratis en el hall de entrada”. Cutres, que sois unos cutres.

Pues nada, ahora corred a una web a reservar el hotel para el próximo viaje de trabajo o de placer. Eso si, cuidadito con las fotos de la web que las carga el diablo. Ah, y que conste que hay algunos hoteles estupendos, yo conozco algunos increíbles..pero eso da para otra docena.


Publicado en www.unadocenade.com



jueves, 2 de mayo de 2013

LIBROS ENCADENADOS.- Abril




Sigo con un ritmo muy raro de lecturas. Me estanco en algunos libros y luego cojo carrerilla y cuando creo que voy a acabar el mes con una sola lectura, encadeno una serie de ratos buenos de lecturas y el promedio no sale malo. Me da igual leer 20, que 30, que 40 al año, lo que me incomoda es la sensación de no tener tiempo para leer, porque cuando leo soy mejor. (El Anónimo que va a entrar a decir que si leyendo soy así, como sería sin leer..que piense algo más original)













El mundo y sus demonios de Carl Sagan. Este libro eran “deberes”. No puedo escribir posts “metiéndome” y dando collejas a los científicos sin leer algo de divulgación científica talla M así que DaniEPAP (si no conoceís su blog, ya estáis tardando) me puso como deberes leer a Sagan. A cambio él leyó “El refugio de la memoria” de Judt que le flipó...pero esa es otra historia.
Me atraganté con este libro, no por el libro en sí, sino porque lo cogí justo cuando empezó toda la vorágine del libro y cuando tenía un rato para leer no es una lectura de esas de pasar las páginas deprisa.

¿De qué va el libro? Sagan es un científico amante de la divulgación y en este libro trata de desmontar falsas creencias o ideas que en el momento que escribió el libro, 1995, le parecía que estaban llevando a la sociedad a una nueva época de oscurantismo. Supongo que si viera ahora las memeces en las que se cree se le pondría el pelo verde. Sagan expone la importancia del pensamiento científico y crítico para combatir la ignorancia y para descubrir la verdad que muchas veces es muchísimo más fascinante que cualquier superchería de la llamada pseudociencia.

Como he dicho antes Sagan es científico y se le nota al escribir. Tiene un estilo a trompicones. Su lectura es como ir por un río que de vez en cuando coge velocidad y ritmo mientras te va contando multitud de cosas interesantes, para luego casi estancarse y pararse resultando aburrido a ratos. A mí me ha pasado esto en la parte que dedica a explicar porqué las abducciones extraterrestres no tienen ninguna base científica. Se repite y vuelve tanto sobre lo mismo que al final casi me hizo desear que viniera un extraterrestre y me abdujera o algo. Salvado este pequeño “problema”, es un libro entretenido, ameno y con el que se pueden aprender bastantes cosas.

Sagan es un enamorado de la ciencia y cree firmemente en la necesidad de divulgarla.

Popularizar la ciencia - intentar hacer accesibles sus métodos y descubrimientos a los no científicos- es algo que viene a continuación de manera natural e inmediata. No explicar la ciencia me parece perverso. Cuando uno se enamora, quiere contarlo al mundo. Este libro es una declaración personal que refleja mi amor de toda la vida con la ciencia”.

Y sobre este mismo tema, algo con lo que no podría estar más de acuerdo.

Yo sostengo que la divulgación de la ciencia tiene éxito si, de entrada, no hace más que encender la chispa del asombro. Para ello basta ofrecer una mirada a los descubrimientos de la ciencia sin explicar del todo como se lograron. Es más fácil reflejar el destino que el viaje”.

También me ha gustado esto. Ahora que está tan de moda lo del pensamiento “escéptico” en pose de “te miro por encima del hombro”, Sagan tiene también una opinión sobre esto.
Si uno es solo “escéptico”, las nuevas ideas no le llegaran. Nunca aprenderá nada. Se convertirá en un misántropo excéntrico convencido de que el mundo está gobernado por la tontería”.
Si, el mundo está gobernado por la tontería...pero la idea queda clara me parece a mi. De este libro he señalado un montón de cosas pero que irán en otra nueva entrega de "Queridos científicos".





Seguimos el mes con “Good bye my brother” otro relato de John Cheever. Con dos relatos suyos leídos y paladeados ya puedo decir que salgáis corriendo a comprar el libro que los reúne todos y los disfrutéis poco a poco. Este es mucho más largo que “Reunion” y cuenta la historia de la reunión familiar de los Pommeroy, en la casa de veraneo en la costa este de USA. El hermano pequeño, Lawrence es un elemento perturbador que no encaja y que contamina el ambiente familiar. Cheever consigue introducir al lector en el ambiente plácido y perezoso de esos días de verano llenos de rutinas conocidas para luego poco a poco ir creando una tensión que enturbia esa tranquilidad conocida y cómoda. Cheever escribe que dan ganas de llorar de lo bien que lo hace.

Mother is a sentimental woman. Her heart is good and easily moved by tears and frailty, a characteristic that, like her handsome nose, has not changed at all by age. Grief in another provokes her deeply, and she seems at times to be trying to divine in chaddy some grief, some loss, that she can succor and redrees, and so re-establish the relationship tha she enoyed with him when he was sickly and young. She loves defending the weak and the childlike, and now that we are old, she misses it.”




El comic del mes ha sido Juan Solo (1) de Alejandro Jodoroswsky y George Bess. Este es un regalo por mi cumpleaños y no puedo contar mucho porque ha sido una lectura completamente “interruptus”. Resulta que la historia completa son 4, y se interrumpe sin más en medio de la acción como si te hubieran metido un corte de publicidad brutal. Me estaba gustando y horripilando a partes iguales porque es una historia superviolenta tanto en el contenido como en los dibujos, pero cuando ya había hecho de tripas corazón y estaba metida en el tono (como cuando ves una peli de Tarantino) llegué al final...y ahí me he quedado. Continuará cuando consiga leer los otros 3, que por supuesto pienso leer del tirón.

“The common day” otro Cheever. Jim pasa unos días en la casa de campo de su familia política, con su mujer y su hijo, su suegra y un montón de servicio. Realmente no “pasa” nada y pasa todo pero acabas metido en el ambiente y una vez más pasando de la placidez de las vacaciones a una tensión incómoda que te hace ver el final del relato como una salida. Ahora que lo pienso, Cheever nunca escribe sobre señores mayores...




La única novela del mes ha sido “Normas de cortesía” de Amor Towles. Si, “Amor” se llama el pavo y es americano nacido en 1964. El nombre es tan raro que la editorial lo explica en la solapa “nació en una antigua familia anglosajona protestante en la que se seguía la tradición puritana de bautizar con el nombre de las virtudes cristianas”. Unos lo llaman tradición puritana y otros putada que te cagas, porque amor tiene un pase...pero llamarte “castidad” o “temor de Dios” es algo que no remontas en tu vida.

Bueno, pues ésta es la primera novela de Amor y está bastante bien. Es entretenida, amena, se lee fácil y transcurre en Nueva York. ¿La recomiendo? Si. ¿Está fenomenal? No. Probablemente leerla intercalada con relatos de Cheever hace que se le vean más los fallos, pero es que además parece ir y venir a ratos sin ningún propósito más allá de rellenar páginas y entretener para llegar al final. No estoy en contra de que las novelas entretengan pero a veces la sucesión de anécdotas sin ninguna conexión descolocan un poco...a pesar de ello es una novela que sé que regalaré y por ejemplo en Molicasa va a ser un éxito seguro. A Molimadre le va a flipar.

Cuenta la historia de Kate Kontent, una joven secretaria en Manhattan en 1937 y su amiga Eve desde que conocen a Tinker Gray, un atractivo joven con pasta con el que traban amistad. Pues eso, Nueva York, jazz, bebida por todos lados y un tufillo a Mad Men a mi gusto un poco forzado porque Mad Men transcurre en los años 60 y esto se supone que es finales de los 30 y a mí, hay cosas que me encajan regular.

He copiado bastantes cosas en mi cuaderno rojo, pero dejo aquí esta fabulosa descripción de lo que es una relación con un egomaker.

“La interacción romántica que estábamos manteniendo no era el juego auténtico sino una versión modificada del mismo, una versión inventada por dos amigos a fin de practicar un poco y pasar el rato entretenidos mientras esperan en la estación a que llegue el tren”.

Ah y me ha hecho conocer esa preciosa canción “Autumn in New York”.

El mes termina con Cheever de nuevo. “The enormous radio”. El primero que transcurre prácticamente entero entre las paredes de un apartamento en Manhattan. Una historia curiosa.
Con esto y un bizcocho..hasta las lecturas de mayo.