Hablo de uno pequeño de verdad, uno con el que te lleves por lo menos 6 ó 7 años como mínimo. Si te llevas menos de 5 es casi un igual y si te llevas menos de 20 meses, sois casi siameses y tus padres os ven como una hidra de dos cabezas.
Un hermano pequeño de verdad, como el que yo tengo, sirve para muchas cosas.
Sirve para que tu tío de 23 años decida leerte El Hobbit, la serie de noches que pasas en casa de tus abuelos, cuando tu hermano pequeño decidió nacer en plena Semana Santa hace 30 años. Visto desde la distancia, arriesgó mucho…3 enanos de 9, 8 y 6 años podían haber odiado a Tolkien para siempre tras haberle cogido pánico. No sólo no ocurrió eso, nos volvimos superfans y fuimos capaces de transmitirle esa adicción al hermano pequeño.
Sirve para darte cuenta definitivamente de lo que venías sospechando desde que nació tu hermana. En la escala de hijos, vas a ser el último mono. Tu única esperanza para conseguir algo de proyección en el universo de los descendientes es aburrida. Consiste en ser tan sumamente responsable que te encarguen el cuidado de tu hermano pequeño cuando tus padres salen.
Sirve para pasar un miedo atroz cuando le ves caer al suelo entre convulsiones y a tu madre correr con él en brazos para conseguir una ambulancia. Sirve para aprender una rutina de medicación durante años.
Sirve para aprender que un niño con un disfraz de coca cola hecho en casa y que le llega hasta los tobillos no puede subirse a un autobús sin caerse. Hay que quitarle el disfraz primero.
Sirve para ver a tus padres hacer de padres desde la distancia…como si fueras un espectador.
Sirve para consolarte de compartir cuarto con tu hermana. Ahora tu otro hermano también tiene que compartir. 2 y 2...es lo justo.
Sirve para darte cuenta de que una diferencia de 10 años, es una brecha generacional en cuanto a dibujos animados. Los referentes han cambiado.
Sirve para comprobar que la influencia de los hermanos mayores es casi tan fuerte como el lado oscuro de la fuerza. Compruebas con orgullo como tu hermano pequeño se hace fan de Bruce, los Rolling, The Who, Pink Floyd y Bob Dylan…mientras sus amigos babean por el rap.
Sirve para tener una excusa para ir a ver Toy Story 1 cuando tenías 22 años e ir a ver películas de dibujos animados no era tan “guay” como ahora.
Sirve para que te reafirmes en tu idea primigenia de que Bob Marley es pesadísimo y un brasas cuando tu hermano pequeño decide salirse un poco del guión musical que le habéis marcado y se lanza a la música reggae. Sirve para darte cuenta de que molaría bombardear Jamaica con efectos retroactivos…porque vas a morir si sigues escuchando ese ritmillo con la resaca que tienes.
Sirve para descubrir que hay gente que bebe vodka porque le gusta. Tu hermano pequeño.
Sirve para asistir ojiplática a como el nivel de tolerancia de tu madre hacia las resacas de sus hijos ha aumentado hasta casi hacerse infinita. Y digo casi, porque cuando tratas de medirla con tus resacas...súbitamente se reduce hasta los límites que recordabas de tu juventud.
Sirve para redescubrir a Steinbeck cuando le robas “El autobús perdido” y después te regala “ Cannery Row”
Sirve para regalarle la mesa de comedor que quieres quitar de tu casa y que a él le viene de puta madre porque justo acaba de irse de casa.
Sirve para que tus hijas tengan un tío joven. Eso siempre mola.
Sirve para presumir por lo guapísimo que es y sentirte como una abuela “¿a que es mono mi niño?
Sirve para sacarte de quicio por lo tocapelotas que es y volver a sentir toda esa rabia que solo los hermanos son capaces de hacer brotar. “No te soporto. Eres imbécil”
Sirve para continuar con la misma plantilla del blog y ejercitar la paciencia.
¿Me haces un diseño nuevo?
Claro, para cuando lo quieres.
Molaría para el 28 de enero……
Vale.
Sirve para que tus amigos midan lo mayores que son… ¿Que pobrehermano pequeño cumple 30??? No me jodas.
Pobrehermano pequeño cumple hoy 30 años. Le miro y me siento como si yo siguiera teniendo 9 y él acabara de nacer. Me cuesta creer que seamos mayores.
¡Feliz cumpleaños!