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viernes, 27 de diciembre de 2013

LECTURAS ENCADENADAS.- NOVIEMBRE-DICIEMBRE



Noviembre y diciembre han sido malos meses para mi ritmo de lector, aunque finalmente he leído exactamente lo mismo que el año pasado: 50 libros.

Cinco escritos por autores españoles. Seis comics. Seis escritos por mujeres. He repetido con Didion, Pinilla, Lodge, Banville, Oz, Primo Levi y Steinbeck. Cinco sobre la II Guerra Mundial. Siete más o menos autobiográficos. Uno de viajes. Cinco ensayos "puros". Cinco de relatos. Treinta y tres relatos de Cheever.











Diario de Rusia.- John Steinbeck y Robert Capa estuvieron en Rusia en el verano de 1948. Teniendo como centro de operaciones Moscú, dónde asisten al 800 aniversario del nacimiento de la ciudad,  viajaron para conocer las granjas colectivas soviéticas, Stalingrado y Georgia. Es un libro meramente descriptivo, muy parecido en el tono a las crónicas de Steinbeck recogidas en "Hubo una vez una guerra". Se limitan a contar lo que ven y lo que hacen sin emitir ningún tipo de opinión. No hay política ni ningún juicio de valor. Steinbecl advierte que su propósito es conocer como son los rusos, su vida diaria, la gente normal, qué hacen y qué piensan.

Ha sido curioso leer este libro justo después de ver los documentales de Oliver Stone sobre la historia de Estados Unidos tras la II GM. Tras la muerte de Roosvelt, Truman dinamitó todos los esfuerzos de acuerdo con los rusos que se habían hecho en Yalta. Se estableció una distancia entre ambos países y se dedicaron ingentes esfuerzos a colocar a los rusos como una amenaza terrible y real para los americanos, cuando la realidad era que lo rusos no querían para nada un enfrentamiento en el que sabían que no tenían nada que ganar.

Es un libro curioso y muy entretenido. Además de la mera descripción de la Unión Soviética, las anécdotas del viaje, las fricciones entre dos personalidades como las de Steinbeck y Capa y sus manías  y juergas se leen con interés.  Hay un capítulo de Capa sobre Steinbeck que es genial.

Una interesante reflexión que hace Steinbeck sobre las noticias en 1948 y que es perfectamente extrapolable a nuestra época.

"Estábamos deprimidos, no tanto por las noticias, como por su manejo. Porque las noticias ya no son noticias, al menos esa parte de ellas que requiere la mayor parte de nuestra atención. Las noticias se han convertido en un asunto de pericia. Un hombre sentado a una mesa en Washington o Nueva York lee los teletipos y los recoloca para que se ajusten a su propio esquema mental y a su firma. Lo que a menudo leemos como noticias, no son en absoluto noticias, sino la opinión de uno de entre media docena de expertos respecto de lo que significan las noticias".



Solo un muerto más de Ramiro Pinilla.  Lo saqué de la biblioteca porque después de la trilogía de "Verdes valles, colinas rojas" me apetecía leer algo más de él. Me ha encantado, ha sido como el premio que escribe Pinilla para el que termina la trilogía. Es el postre, la golosina, el chocolate...la copa de después. 

Pinilla homenajea a los grandes de la novela negra americana como Hammett o Chandler en la figura de Sancho, un joven librero de Algorta que tras 16 rechazos editoriales, se da cuenta que tiene delante de sus narices, en su Getxo natal un crimen sin resolver, el de uno de los gemelos Altube. Para el que no ha leído la trilogía (inexplicablemente), es una novela entretenida. Para el que sí la ha leído es un premio, un reencuentro con personajes ya conocidos y un descubrimiento porque Pinilla le permite observar historias ya conocidas desde otro punto de vista. 

Hay homenaje a la novela negra, hay humor, intriga, descripción de personajes y grandes frases. 

"Koldobike es la mujer que menos ríe de cuantas conozco, a pesar de que toda ella está hecha de sarcasmo". 

Y he aprendido que Koldobike es Luisa.  


Algo supuestamente divertido que no volveré a hacer de David Foster Wallace. ¡Suenan las campanas! ¡Suenan los clarines! ¡Aleluya! Por fin llegué a David Foster Wallace, tras años de leer sobre él y años de recomendaciones de gente con criterio, conseguí sacar esta recopilación de ensayos de la biblioteca. Me ha gustado mucho pero confieso que tuve un momento de casi abandonarlo, creo que no fue culpa del libro, sino de mi momento personal, pero seguí con él y al final me compensó con creces. 

El  libro recoge unos cuantos ensayos muy largos escritos por DFW con temas diversos: el tenis y las llanuras de Illinois, la televisión en los años 90, una descripción tronchante de una feria estatal en Illinois, otro sobre el cine de David Lynch que es fascinante, un par de ellos soporíferos sobre metafísica de la literatura y luego el que da título al libro sobre su experiencia en un crucero por el Caribe. 

DFW tiene un estilo muy personal, gafapasta e irónico a partes iguales. Las descripciones de sus experiencias personales, tanto de su niñez como tenista de éxito como en la feria estatal o en el crucero son tronchantes. Me ha recordado muchísimo a Bryson en ese estilo irónico y mordaz. Cuando habla de cosas serias tiene interesantes reflexiones aunque para mi gusto a veces peca de intenso pero era una mente privilegiada, aguda e inteligente al que sin duda hay que leer. 

"Tengo 33 años y la impresión de que ha pasado mucho tiempo y que cada vez pasa más deprisa. Cada día tengo que llevar a cabo más elecciones acerca de qué es bueno, importante o divertido, y luego tengo que vivir con la pérdida de todas las demás opciones que esas elecciones descartan. Y empiezo a entender cómo, a medida que el tiempo se acelera, mis opciones disminuyen y las descartadas se multiplican exponecialmente hasta que llego a una punto en la enorme complejidad de ramificaciones de la vida en que me veo finalmente encerrado y atrapado en un camino y el tiempo me empuja a toda velocidad por fases de pasividad, atrofia y decadencia hasta que me hundo por tercera vez, sin que la lucha haya servido para nada, ahogado por el tiempo. Es terrorífico. Pero como son mis propias elecciones las que me encierran, me parece inevitable: si quiero ser adulto, tengo que elegir, lamentar los descartes y vivir con ello" 




Versos de vida y muerte de Amos Oz. Tras "Conocer a una mujer" que me encantó, me apetecía algo más de Oz, así que saqué éste de la biblioteca, sabiendo que Oz unas veces me posee completamente y otras veces me deja indiferente. 

En este caso, Oz me ha recordado muchísimo a Italo Calvino y "Si una noche de invierno un viajero" porque se mezclan el autor y sus personajes. Cuenta la historia de un autor que acude a la lectura de una de sus obras a un centro social y va imaginando historias sobre todas las personas que va encontrándose en su camino. Imagina sus vidas antes, antes de cruzarse con él y sus historias después de haberle conocido y al final son también los personajes los que le imaginan a él en una especie de juego de espejos.  

Tiene una de las mejores descripciones del sexo que he leído en mucho tiempo...pero no la voy a poner aquí. Voy a poner esta cita con la que no estoy para nada de acuerdo.  

"Entre un hombre y una mujer la amistad es algo que no trae a cuenta: si entre ellos no hay descarga eléctrica, entonces no puede haber amistad. Y si entre ellos no hay una descarga eléctrica, entonces no puede haber nada". 




Demasiada felicidad de Alice Munro. Otra autora de la que llevaba años intentando leer algo y en este último mes del 2013 le ha tocado el turno y por fin pude sacar este libro de relatos de la biblioteca. Me ha gustado mucho, muchísimo. Es impresionante como escribe Munro, como te lleva por la historia casi sin darte cuenta, sugiriendo, mostrando y construyendo el camino por donde transitas mientras lees y vas avanzando. Cuando llegas al final descubres la historia completa, desde su primera palabra hasta la última. Consigue ademas que parezca sencillo escribir así, cuando es algo complicadísimo.  Son relatos no muy extensos y siempre con un peso incómodo, un registro de alguna manera amargo, relatos que inquietan y todos sobre o de mujeres. Eso, por supuesto, no quiere decir que sea un libro para mujeres. 

"Joyce debería haberlo entendido en aquel preciso instante, aunque el mismo Jon estaba muy lejos de saberlo. Jon estaba empezando a enamorarse. 
Empezar a enamorarse. Eso sugiere cierto paso del tiempo, cierto abandono; pero también se puede tomar como una aceleración, el momento o el segundo en que te enamoras"

Termino el año lector con 50 libros y 33 relatos de Cheever.

Bueno, no. Mi año lector lo estoy terminando con una vuelta a casa, he vuelto a los brazos de Paul, al refugio seguro.  Estoy releyendo "Diario de invierno" de Paul Auster y lo estoy disfrutando más que la primera vez, mucho más.

"Piensas que nunca te va a pasar, imposible que te suceda a ti, que eres la única persona del mundo a quién jamás ocurrirán esas cosas, y entonces, una por una, empiezan a pasarte todas, igual que le suceden a cualquier otro”.




martes, 5 de febrero de 2013

LIBROS ENCADENADOS.- ENERO




Empiezo el 2013 con un porrón de libros en la estantería de pendientes. Directamente he colocado una libreria entera para ellos, tengo ahí los libros pendientes para leer y los que voy leyendo y al terminar me han gustado tanto que no me mola despegarme de ellos y los dejo ahí una temporada en mi lado del sofá.


No tengo grandes planes lectores para el 2013. Leer todo lo que pueda y me dejen, leer algo de Asimov y leer El hobbit con las princezaz.









Los cuerpos desnudos de Ramiro Pinilla. Segundo tomo de la Trilogía “ Verdes valles, Colinas Rojas”. La primera parte la leí en verano y las vacaciones de Navidad eran un buen momento para coger la segunda. Las sensaciones han sido las mismas aunque con una especie de sentimiento de “reencuentro” con los personajes, las situaciones y con Getxo. Por otro lado me asomo a la historia, al País Vasco y hay cosas que entiendo y otras que me resultan completamente inexplicables...o mejor que inexplicables, completamente ajenas.

La historia de este tomo llega hasta los inicios de la Guerra Civil. Mucha gente cree que esta trilogía de Pinilla es un alegato a favor del nacionalismo vasco y es justo lo contrario. Es por un lado una declaración de amor por el el País Vasco y por otro Pinilla vapulea al nacionalismo despojándolo del aura de mistificación e idealización del “puro vasco” y llevando a los máximos representantes, personificados en Cristina Oniandia y sus hijos Baskardo al más absoluto de los ridículos. Roque Altube vuelve a aparecer y es un personaje increíble. De carne y hueso, noble pero con debilidades y con inquietudes que le sobrepasan y le hacen cuestionarse todo lo que le rodea desde su frase de afirmación y de anclaje a la tierra: “Soy Roque Altube, del caserío Altubena de Getxo

Muy recomendable. Como ya dije en la primera parte Pinilla es un escritor inmenso y crea todo un universo en el que te metes,vives y respiras. El tercer tomo irá para Semana Santa o verano. ¡Ah! y sobre este libro tengo una anécdota de esas de Auster, cuando lo estaba leyendo recibí un correo de una descerebrada que me contó que el cuadro de la portada está en el Museo de Bellas Artes de Bilbao y la niña retratada era familiar suyo. Casualidades blogueras. 

“Llegaría yo a saber que cuando alguien como don Manuel, o el abuelo, o incluso Marcos, pronunciaban el Partido, se referían al Partido Nacionalista Vasco y no a otro. Sabría también que, aunque su conciencia de nuestros pecados particulares habia nacido mucho antes, fue en la Guerra donde acabó de redondearse, cuando las indefiniciones de un PNV interclasista hubieron de enfrentarse a la implacable realidad de un conflicto que obligaba a adscribirse a la República o al fascismo. Al fin, eligió, pero de un modo tan particular que logró inventarse otra guerra”





Jules de Emile Bravo. Primer comic del año. Recomendación de Efe para M. Concretamente dijo en su postme gustaría que lo leyera alguien de 9 años” y ese alguien fue M, porque se lo trajeron los reyes. Se sentó un día y se lo leyó del tirón.

M, ¿qué has hecho esta tarde?
Leer.
y ¿qué más?
Nada más..no he parado hasta que me lo he terminado.
Ah muy bien. ¿ Qué tal?
Muy bien...pero hay una parte que me ha dado miedo. ¿Te lo vas a leer? ¿Te lo vas a leer? ¿Te lo vas a leer? ¿Te lo vas a leer? ¿Te lo vas a leer?
Entre las ilusiones de M y el plasta de Efe “Moli..¿te lo has leído ya? ¿te lo has leído ya? ¿te lo has leído ya? ¿te lo has leído ya? ¿te lo has leído ya? “ hice una transición un poco rara y pasé de Getxo a las aventuras de Jules un niño de 14, 15 años que tras ser elegido para un extraño viaje espacial encadena 3 historietas en este album. Es un comic muy divertido, apto para niños a partir de 9 ó 10 años pero también estupendo para adultos porque aparte de las aventuras la historia tiene muchos guiños y un humor buenísimo. Corred a comprarlo para vuestro hijo de 10 o vuestra sobrina de 12. Mola mil.


 

En una nueva transición raruna, me lancé a Noches azules de Joan Didion al que dediqué un post la semana pasada que podéis leer aquí. Aprovecho este post para dejar esta preciosa cita sobre los recuerdos porque además tengo un post pendiente sobre ese tema.

“Te quedan tus maravillosos recuerdos” me decía la gente más tarde, como si los recuerdos trajeran consuelo. No lo traen. Los recuerdos son por definición del pasado, de lo que ya no está. Los recuerdos son los uniformes de Westlake que hay en el armario, las fotografías descoloridas y agrietadas, las invitaciones de las bodas de gente que ya no está casada, las tarjetas impresas en serie de funerales de gente cuya cara ya no recuerdas. Los recuerdos son las cosas que ya no quieres recordar”



“El coche de bomberos que desapareció” de Maj Sjöwall y Per Wahlöö. Por último y tras la intensidad ( que no intensismo) de Didion decidí coger una nueva ( la quinta)  aventura del comisario Martin Beck. No voy a decir nada nuevo de estos libros. Son sencillos, son entretenidos, son entrañables y da como ternura verles resolver los casos sin teléfono móvil, sin internet, sin bases de datos, sin adn y sin sostener la linterna como con asco.

Quería haberme leído un relato corto de Asimov para introducirme en el mundo de ese autor pero no me ha dado tiempo..queda pendiente para el mes de febrero...y con esto y un bizcocho hasta el mes que viene.

Ya estáis tardando en leer a Didion y a Pinilla.

De nada.

Por cierto, os recuerdo que si compráis en Amazon entrando desde los enlaces de esta página..me gano unos eurillos para poder seguir comprando libros y continuar con esta sección. Mil gracias.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

LIBROS ENCADENADOS.- AGOSTO.


Baja médica incapacitante físicamente + vacaciones + princezaz en edad de hacer su vida y tener pandilla= una cantidad de tiempo increíble para leer.

Una cantidad casi obscena de tiempo para leer + encandenar una serie de libros fabulosos= felicidad lectora.

Seis libros y seis relatos de Cheever. Los seis libros escritos por hombres: 2 ingleses, 2 irlandeses, un americano y un español.  

Resultado de todo esto, posiblemente el post de lecturas encadenadas más largo de la historia del blog.

“Mala sangre. Peregrinación a lo largo de la frontera irlandesa” de Colm Toibin. En el año 2012 leí “Brooklyn” de este mismo autor y me gustó mucho así que cuando vi este libro en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de primavera lo compré sin dudar. Me gustan los libros de viajes, me gusta Irlanda, es un país que conozco, que me atrae y en el que tuve mis primeros éxitos amorosos.

El libro es de 1994 y se le nota mucho. Colm viaja andando por la frontera entre la República de Irlanda y el Ulster en una época en que los conflictos, los “Troubles” eran muy graves. Asesinatos casi diarios entre unos y otros, bombardeos, carreteras cortadas, emboscadas y muchas tensiones. Colm es católico e irlandés pero viaja intentado comprender a ambos “bandos”, intentando poner algo de razón y menos corazón. Leer sus experiencias pasados 20 años es un poco raro y a la vez resulta un poco esperanzador porque lo que él y las personas que conoció en su peregrinación veían como un conflicto irresoluble ha sido “superado” en cierta manera. No estoy diciendo que todo sea maravilloso ahora en el Ulster pero desde luego ahora mismo no se secuestran autobuses para matar a sangre fría a todos sus ocupantes simplemente por ser de otra religión.

La primera parte del libro es bastante mejor que la segunda en la que Toibin se repite bastante, aunque conviene llegar al final para leer el testimonio del único superviviente del asesinato del autobús. Pararon el vehículo, preguntaron por él,  pensó que iba a ser asesinado y lo que hicieron fue dejarle ir mientra asesinaban a todos sus compañeros de trabajo. Espeluznante como lo cuenta y cómo se puede seguir viviendo después de algo así. Es un libro que sólo recomiendo si te interesa mucho el tema.


“Las cenizas del hierro”. Última entrega de la trilogía “Verdes valles, colinas rojas” de Ramiro Pinilla que empecé hace justo un año, el verano del 2012.  Esta tercera parte es la más “sencilla” de leer, la trama avanza y todo el universo creado por Pinilla se resuelve; lo que comenzó en el Getxo de 1895 termina con el Guggenheim.

Cuando comencé a leer la trilogía, lo hice con miedo y precaución a pesar de que me la había recomendado gente con mucho criterio. No sabía muy bien de qué iba a ir, ni el tono, ni si me iba a interesar y gustar la historia. Empecé con precaución y a pesar de que el estilo de Pinilla no es “sencillo”, me enganchó la historia  y los personajes a pesar de lo ajenos que me resultaban en muchos aspectos. Mi conclusión tras terminarla es que es una novela magistral, Pinilla crea un universo con entidad propia, anclado en la realidad pero con algún toque “mágico” que sin embargo encaja perfectamente y unos personajes inmensos. Sólo por el personaje de Roque Altube hay que leer esta trilogía. Son de ese tipo de libros que una vez terminados no te abandonan nunca, la historia se te queda dentro para siempre.  Eso sí, recomiendo leerla con calma y no del tirón, hay mucho para asimilar.


“La vida en sordina” de David Lodge. Conocí a este autor en una entrada del blog “Notas para lectores curiosos” . Me llamó la atención y por casualidad mientras brujuleaba por una librería encontré este libro y claro, tuve que comprarlo. Lo leí en dos días  y me ha gustado muchísimo.

La historia de Desmond, un profesor de lingüística jubilado que se está quedando completamente sordo, demasiado sordo para llevar una vida “cómoda”. Mientras se aburre en su jubilación y reflexiona sobre su sordera, lidia con una alumna loca, un padre mayor que no se deja cuidar y repasa recuerdos de su vida y su día a día en un diario que anota cada noche.

Es una novela que engancha por el tono, por la historieta entretenida y porque está llena de reflexiones profundas contadas con un inteligente sentido del humor y la ironía. Combina la primera y la tercera persona de manera magistral sin que chirríe en ningún momento y me he sorprendido riéndome en medio de un pensamiento a veces hasta tétrico.  Además me ha recordado a John Banville en “Antigua Luz” que también iba de un profesor que reflexionaba sobre su vida y a Philip Roth por su obsesión con el sexo y el problema que tienen los hombres cuando a cierta edad se obsesionan con sus problemas para practicarlo.

He copiado muchísimos párrafos en mi cuaderno de lecturas, pero sólo voy a dejar aquí algunos de ellos.

Un par de reflexiones sobre la sordera que me han hecho pensar mucho:

La sordera es cómica, así como la ceguera es trágica”.

“Por supuesto, se puede argumentar que la ceguera es una desgracia peor que la sordera.Reconozco que si tuviera que elegir entre ambas, optaría por la sordera. Pero no solo difieren en grados de privación sensorial. Cultural, simbólicamente, son antitéticas. Lo trágico versus lo cómico, lo poético versus lo prosaico. Lo sublime versus lo ridículo.”

“Paradójicamente, ser sordo no hace el silencio menos atractivo, sino más bien lo contrario. La experiencia auditiva se compone de silencio, sonidos y ruido. El silencio es neutro, el estado de espera. Los sonidos son significativos, transmiten información o dan placer estético. El ruido no tiene sentido y es feo. Estar sordo convierte tantos sonidos en ruido que prefieres el silencio; de ahí el placer de caminar por aquellas calles sin tráfico”.

Reflexiona también sobre la muerte, diciendo algo parecido a lo que yo quise contar en la entrada que se me ocurrió cuando murió Gandolfini. Ni que decir tiene que Lodge lo escribe mil veces mejor que yo.

Algo indoloro, evidentemente, pero no tan súbito que no te diera tiempo a darte cuenta, para despedirte de la vida, tenerla en la mano, por así decirlo y soltarla: pero, por otra parte, no tan interminable que se volviera tedioso o aterrador. Algo indoloro, digno (nada de cuña ni catéteres), con plena conciencia y en plenitud de facultades, ni demasiado rápido ni demasiado lento, en casa  y no en el hospital, no un ataque cardiaco, por tanto, ni un derrame cerebral, tampoco un cáncer ni un accidente de tráfico o aéreo...oh, de qué sirve, nada de esto nos sirve, lo cierto es que no queremos encargar la muerte, en ninguna de sus formas o modalidades, a menos que seamos suicidas”.

Gracias a Elena Rius por descubrirme a Lodge. Buscaré más libros suyos y desde luego lo recomiendo muchísimo. Ah si, casi lo olvido y me sorprendió y me gustó a partes iguales que Lodge al comienzo de esta novela inserta un agradecimiento a todos los traductores de esta novela porque es consciente de las dificultades que van a encontrar en ella al estar plagada de juegos de palabras que provocan confusión en el sordo inglés pero que obviamente son distintas para sordos de otros idiomas. Me ha parecido un bonito reconocimiento, los traductores también existen y hacen un trabajo increíble y para nada reconocido como se merece.


“El intocable” de John Banville. Comprado al mismo tiempo que el de Lodge y por la misma razón, me llamó y era una edición de bolsillo.

Lo primero que hay que decir es que Banville escribe increíblemente bien. Sé que esto suena pobre y tópico pero es que es una maravilla de lectura; cómo escribe, cómo escoge las palabras, las construcciones que utiliza, pero todo sin resultar artificioso ni cargante.

Ha sido un poco raro leerlo justo después de Lodge, porque es también la historia de un profesor universitario que cuenta su vida actual y sus recuerdos desde su nacimiento en Irlanda. El libro de Banville es más complejo de construcción porque es una historia mucho más complicada y además está basada en hechos reales, en la historia de “Los cinco de Cambridge”. No es solo una historia de espías, es una historia de Inglaterra desde los años 20 hasta casi nuestros días, una historia de amores y desamores, de traiciones y de política.

Mientras leía me daba cuenta de que así como el profesor Desmond de Lodge es un personaje entrañable y que cae bien, Victor Mankell es un personaje detestable, egoísta, sabelotodo, presuntuoso, mentiroso, solitario en el peor sentido de la palabra y a ratos  hasta odioso. No cae bien, pero eso no impide que la historia enganche y la novela sea magnífica. ¿Hay que empatizar con un personaje para que te guste un libro? Yo creo que no. Creo que ni siquiera hay que entenderle pero tiene que ser un personaje coherente, una personalidad completa que te creas aunque te resulte detestable. Y, hacer esto, conseguir un personaje antipático sobre el que escribir sin juzgar y sobre el que sostener toda una novela es muy complicado. Es mucho más sencillo conseguir un personaje “majete”.

“Nadie es más devoto que un escéptico arrodillado”

“Para tomar posesión de una ciudad de la no eres natural, ante todo, debes enamorarte allí”


“Hubo una vez una guerra” de John Steinbeck. Comprado el mismo día que el de Lodge y el de Banville. Mi adorado Steinbeck y mi “obsesión cansina” (Molimadre dixit) con la IIGM son una combinación que no podía evitar. Una vez más, un libro me “llamó”.

Steinbeck estuvo de corresponsal en 1943 para el New York Herald Tribune y mandaba las crónicas que se recogen en este libro y que se editaron repasadas en 1958.  Steinbeck explica en un breve prólogo (que hay que leer) cómo fueron escritas las crónicas,en qué condiciones y porqué no quiso corregirlas y prefirió su publicación tal y como habían sido concebidas.

Los capítulos son como escenas de guerra. Hay muy poco de batallas o de guerra propiamente dicha. Son vivencias de los soldados, anécdotas, perfiles de personajes concretos. Algunas son más periodísticas y otras más literarias pero en conjunto me han recordado muchísimo a “Band of brothers” porque además la cronología es parecida. Steinbeck comienza contando como es el primer viaje de las tropas cuando embarcan desde su país, el viaje, la llegada a Inglaterra, la instrucción, la preparación de las misiones, la vida en Londres, la convivencia entre americanos e ingleses. Después se traslada a África con tropas que ya no son novatos pero que no conocen absolutamente nada de ese continente y termina en Italia con la invasión aliada. La parte de Italia es la más bélica.

No hay sangre, no hay crueldad, no hay maldad. Las crónicas son casi como una película de Hollywood con buenos muy buenos y malos que casi no aparecen más que para ser vencidos. Transmiten irrealidad y cierta sensación de ficción. Steinbeck explica en el prólogo que se dió cuenta al releerlas de como la censura, la impuesta y la autoimpuesta, había hecho describir una guerra poco real donde no  había nada malo entre los americanos que eran todos valientes y aguerridos.

He doblado muchísimas esquinas y copiado muchos párrafos. Rescato éste de la introducción.

“Quizá sea bueno, incluso necesario,  olvidar los accidentes, y las guerras no son sino accidentes a los que nuestra especie parece muy propensa. Sería interesante mantener vivo el recuerdo de los accidentes si de ellos aprendemos algo, pero no aprendemos. En la antigua Grecia, se decía que era necesaria una guerra por lo menos cada veinte años para que todas las generaciones supieran lo que es. Sin embargo, nosotros olvidamos, o nunca hubiéramos caído de nuevo en ese sanguinario disparate”

“La próxima (guerra), si somos tan estúpidos para permitir que se produzca, será la última de todas. No habrá nadie que pueda recordar. Y si somos tan estúpidos no merecemos, en un sentido biológico, sobrevivir. Muchas especies han desaparecido de la faz de la tierra debido a mutaciones: no hay, por tanto, razón para creer que los hombres estemos inmunizados contra la implacable ley de la naturaleza que dicta que el armamento excesivo, la ornamentación superflua e incluso, en muchos casos, la integración excesiva son síntomas que anuncian la extinción de una especie

Lo recomiendo muchísimo para todo el mundo. Primero porque es Steinbeck y siempre es un placer leerle y segundo porque es un ejemplo de crónica periodística que ya no se hace. No digo que sea mejor ni peor pero son crónicas hechas cuando no había televisión ni internet ni globalización.


El último del mes ha sido “Nada que temer” de Julian Barnes. Otro inglés. Barnes es un autor que tiene algunos libros que me han flipado y otros que me aburren. Para mí, es un autor más de “principios” que de finales. Sus libros empiezan siempre con mucho empuje, son chispeantes, ingeniosos, enganchan e interesan y luego poco a poco empiezan a renquear con leves destellos cada vez más escasos. El lector va perdiendo ganas y lo que es peor tiene la sensación de que al propio Barnes se le hace cuesta arriba continuar con el libro, como si se hubiera desinflado y perdido el interés en el tema que había cogido con tantas ganas. En este caso le sobran las últimas 60 páginas donde no hace más que dar vueltas sobre lo mismo.

Barnes reflexiona sobre la muerte (acabo de caer en la cuenta de que en todos los libros que he leído este mes hay reflexiones sobre ella), concretamente sobre el miedo a la muerte, sobre el pensamiento consciente de que vamos a morir todos y concretamente nosotros mismos. Barnes cuenta su obsesión por la muerte, por analizar, por desmenuzar la de sus seres queridos, sus sentimientos ante la muerte de los demás y la suya propia.

Barnes es muy inglés (en el sentido bueno de la palabra) y es capaz de tratar este tema con profundidad, humor e ironía a la vez. Partiendo de la muerte, repasa la historia de su familia y reflexiona sobre la certeza de los recuerdos. Sobre cómo él y su hermano compartiendo una misma experiencia vital tienen sin embargo un recuerdo completamente diferente del mismo. ¿Construimos los recuerdos o son los recuerdos los que nos construyen y nos hacen recordar el pasado de determinada manera?

He doblado muchísimas esquinas y he escrito muchísimo en mi cuaderno rojo de lecturas.

Barnes habla de la muerte de su padre al que estaba más unido.

“Yo siempre había imaginado que la suya ( la muerte de su padre) sería para mí la muerte más dura, porque yo le había querido más, mientras que a lo sumo sentía un cariño irritado por mi madre. Pero sucedió al revés: lo que había esperado que fuese la muerte menor resultó más complicada, más peligrosa. La muerte de mi padre sólo fue su muerte: la de mi madre fue la muerte de ambos.”

Reflexiona también Barnes sobre la existencia de Dios, cuenta que él decidió que le era imposible creer que existiera un Dios cuando de adolescente se masturbaba en el baño. Para él, la sola idea de  que mientras él estaba haciendose manualidades una presencia superior pudiera estar observándole era tan absurda que simplemente hacía imposible la existencia de Dios. Por lo mismo, pensar que después de muertos todos sus antepasados estuvieran contemplandole agarrado a la revista de desnudos, le hacía imposible creer en una vida más allá de la muerte. A sus 60 años y mientras escribe el libro explica que también podía haberlo pensado al revés “ Si me estoy haciendo una paja y no pasa nada, es porque a Dios le parece bien”. Humor ingles.

Barnes habla sobre la manera de enfrentarse a la muerte, sobre si es mejor ser consciente o no, sobre si llegamos a ella siendo nosotros mismos o no y qué es mejor. Sobre la pérdida del folklore que ha rodeado a la muerte hasta hace poco y que nosotros hemos despersonalizado y recoge un montón de citas de escritores, pintores y compositores sobre la muerte. Me quedo con dos que por supuesto he copiado.

“La incredulidad ante tu propia muerte crece en proporción a su proximidad”. Koestler.

Y esta de Philip Larkin que además también aparece mencionada en el libro de Lodge que cuenta la manera dramática en la que Larkin descubrió que se estaba quedando sordo y que me ha impactado mucho. Larkin paseaba por las islas Shetland (he estado allí) con Monica Jones, ella le comentó que bonitos eran los trinos de las alondras que se oían y él descubrió que no los oía. Es la típica historia que sé que no voy a olvidar.

Larkin escribió esto:

“La segura extinción hacia la que viajamos
y en la que nos perderemos para siempre.
No estar aquí, no estar en ningún sitio, y,
pronto; nada hay más terrible ni más cierto”.

A propósito de esto, ayer brujuleando por la red, encontré esto: “Las últimas palabras de 20 iconos culturales” y también sale Larkin.

Como ya he dicho, he leído también 6 relatos de Cheever que me siguen fascinando y sigo recomendando para todos.

Si os ha parecido largo, tendríais que ver las notas de mi cuaderno donde tengo un millón más de cosas y reflexiones. Me las quedaré para otro momento o para mí.



Y con esto y un bizcocho hasta los encadenados de septiembre que supongo serán más breves. Ni estoy de baja ni de vacaciones.

martes, 1 de abril de 2014

Lecturas encadenadas.- Marzo


Ha sido un gran mes. Recomiendo a los cuatro autores que he leído. Ninguno es nuevo, todos son viejos conocidos (Salter el que menos) y no me han defraudado.  

Tras la devastación lectora del mes de febrero con libros durísimos, opté por empezar marzo con algo ligero, entretenido y que me absorbiera y para eso lo mejor son los padres de la novela nórdica policíaca.

El abominable hombre de Saffle es la sexta entrega de la serie de Martin Beck. Un asesinato, una investigación sin adn, sin teléfonos móviles, sin internet. Sin complicaciones, sin grandes temas pero y esto es fundamental sin agredir la inteligencia del lector. Fabulosa para desconectar.


Este año me tocó en el Amigo Invisible de mi casa regalar a Molimadre y como soy un poco perra, le regalé un libro que yo quería leer. Esto está muy feo pero en mi descargo diré que sabía que a ella también le gustaría aunque sabía también que le parecería un poco "pobre" como regalo porque es un libro bastante corto y Molimadre es de las que se disfruta los libros cuanto más tochos mejor. De hecho, cuando días después comentamos los regalos dijo: 

- Mi amigo invisible ha sido un poco cutre...un librito fino. 

Me hice la loca, claro. 

El cementerio vacío de Ramiro Pinilla. Pinilla es un autor que no me canso de recomendar, creo que con escaso éxito pero me da igual. Me encanta lo que escribe, unas cosas más que otras, y me parece un escritor al que hay que conocer porque se puede aprender mucho de él y de su vida. Da gusto leerle. 

Esta novelita "poliaca" es la continuación de "Sólo un muerto más" del que ya hablé por aquí y que es la guinda a la trilogía "Verdes valles, colinas rojas". Confieso que éste me ha gustado menos que el anterior pero aún así  disfrute y lo devoré en un par de días. Estamos otra vez en Getxo, otra vez Koldobike y Samuel Esparta, el librero metido a detective que investiga un crimen por amor del que acusan a un "maketo". 

He aprendido que lochobacos es sinvergüenzas y me ha encantado la leyenda de los cementerios costeros. Las parejas que se entierran juntas, que incluso años después se entierran al lado de su amado, confiando en que al llegar la noche, podrán escabullirse por el fondo de la tumba y llegar al mar para pasar la eternidad juntos. 
"El encanto, también amoroso o fundamentalmente amoroso, que esconde esa hermosa leyenda de los cementerios que se vacían y prometen una eternidad en el mar. Es algo muy poético y que asombra a quienes suponen a los vascos algo toscos. 
- No es el mar, sino la mar. Y eso no sucede en todos los cementerios, sólo en los costeros"

 La última noche de James Salter. Este va a ser el año de Salter, si nadie lo remedia veo que me voy a leer todo lo que tenga publicado. Éste me lo regalaron por mi cumpleaños y lo empecé nada más terminar el de Pinilla y lo terminé el día siguiente. Volví al principio y lo releí entero. 

Es una colección de relatos, todos sobre parejas. Lo que se cuenta cuando estás en pareja, lo que se sabe sin decir, las seguridades que se tienen y que se desvanecen o se transforman en relatividades con las que hay que vivir aceptándolas o negándolas. Salter habla de y por las mujeres. No nos saca favorecidas pero si muy reales. A veces un poco idealizadas y otras veces muy perdidas... entre ambos extremos nos vemos muchas veces. 

El último cuento "La última noche" (pinchando en el enlace está la versión completa en inglés del relato) es el que da título al libro y es espectacular y espeluznante. Cuando lo terminas, tienes que volver a leerlo inmediatamente descubriéndolo desde otra perspectiva que resulta aún más alucinante, viendo como Salter lo ha construido. Una maravilla. Dice Muñoz Molina "Es ese cuento que uno da a leer de inmediato a la persona querida, urgiéndole a dejar de lado cualquier otra tarea" y es justo así. Es un relato increíble que quieres compartir con el otro, leerlo en alto. 

Otro de los relatos, Bangkok también me ha gustado mucho. No lo destripo pero es un relato con mucha violencia e intensidad emocional transmitida a través de un diálogo incisivo y ágil entre una pareja que se está haciendo daño con lo que se dicen, lo que no se dicen y lo que saben que tendrían que decirse y no se dirán. Todo está ahí.  

Otra cosa curiosa es que en las historias de Salter aparecen muchos perros y siempre juegan un papel en la historia, simbolizan algo. 

"Una cosa sí había visto: cuán cerca podía estar el hombre de la catástrofe por más seguro que se sintiera. Él había visto cambiar situaciones, malograrse una cosa detrás de otra. Era algo que podía suceder sin previo aviso."

Algo va mal  de Tony Judt ha sido el tercer libro del mes que tenía pendiente desde Reyes. He doblado tantísimas esquinas que como alguien me dijo parecía que estaba haciendo papiroflexia con el libro. 

Judt realiza un repaso a la situación social, política y económica "actual", aunque él murió en 2010 y que creo que no imaginó hasta dónde íbamos a ser capaz de llegar en el desastre. Él no pudo imaginarlo ni vivirlo y nosotros con su muerte hemos perdido la oportunidad de poder conocer su análisis de la situación. 

Judt explica como se formó el Estado del bienestar y se trabajó por una sociedad igualitaria tras los desastres de la primera mitad del siglo XX y como desde los años 70 hemos asistido a un paulatino desmantelamiento de esa sociedad igualitaria, primero poco a poco y en los últimos años a una velocidad y con una virulencia que nos habría resultado increíble hace 15 años. Casi todas las cosas que dábamos por supuestas y con las que contábamos para nuestro futuro y el de nuestros hijos ha saltado por los aires y todavía estamos dando vueltas mirando a nuestro alrededor pensando como ha sido posible y lo que es peor sin ninguna idea constructiva en mente. Ni unos, ni otros. 

Dejo algunas solo de sus citas...pero recomiendo su lectura como todos los de Judt, siempre se aprende algo incluso aunque no estés de acuerdo. 

"La desigualdad es corrosiva. Corrompe a la sociedad desde dentro. El impacto de las diferencias materiales tarda tiempo en hacerse visible, pero, con el tiempo, aumena la competencia por el estatus y los bienes. Las personas tienen un creciente sentido de superioridad (on inferioridad) basado en sus posesiones, se consolidan los prejuicios hacia los que están más abajo en la escala social, la delincuencia aumente y las patologías debidas a las desventajas sociales se hacen cada vez más marcadas. El legado de la creación de riqueza no regulada es en efecto amarga". 
"La confianza no se puede institucionalizar. Una vez que se desgasta es practicamente imposible restablercerla. Y ha de ser alimentada por la comunidad - la colectividad -, pues ninguna persona puede imponer a los demás, ni siquiera con las mejores intenciones, una confianza recíproca". 
"Quienes afirman que el fallo es del "sistema" o quienes ven misteriosas maniobras detrás de cada revés político tienen poco que enseñarnos. Pero la disposición al desacuerdo, el rechazo o la disconformidad - por irritante que pueda ser cuando se lleva a extremos - constituye la savia de una sociedad abierta. Necesitamos personas que hagan una virtud de oponerse a la opinión mayoritaria. Una democracia de consenso permanente no será una democracia durante mucho tiempo." 
"Nos hemos liberado de la premisa de mediados del siglo XX- que nunca fue universal, pero desde luego sí estuvo generalizada- de que el Estado probablemente es la mejor solución para cualquier problema dado. Ahora tenemos que librarnos de la noción opuesta: que el Estado es - por definición y siempre - la peor de todas las opciones". 

Igualdad, confianza, pensamiento crítico e ideas.

 Eso es lo que necesitamos.

 Lo llevamos claro.