lunes, 15 de octubre de 2018

El hijo que se escaquea


Siempre, siempre, siempre, en todas las familias hay un hijo que se escaquea. Si pensamos en nuestros hermanos, en nuestros primos, en familias que conocemos podemos fácilmente señalar cual de toda la ristra de hermanos, de hijos, es "el que se escaquea". Pensadlo, seguro que ya lo tenéis.

El hijo escaqueador lo es de nacimiento. Nacen con ese talento, con ese don y lo perfeccionan a lo largo de los años. Cuando son pequeños no saben que tienen ese superpodere y lo utilizan sin darse cuenta, sin pretenderlo. A la voz de «Niños a recoger», los hijos se ponen a ello, el progenitor entretenido como anda en recoger con ellos y en pretender enseñarles lo estupendo y maravilloso que es el orden, no se da cuenta de que hay uno que sí ha recogido pero poco, lo justo. Ha cogido dos playmobil y los ha guardado en la caja pero ha empleado en esa tarea sus buenos cinco o seis minutos mientras el resto de la familia deshacía un castillo de Lego, guardaba los billetes del Monopoly por colores, ordenaba los lápices de colores y preparaba la ropa para el día siguiente.

Esta época de inocente uso de su superpoder pasa rápido y pronto, muy pronto, el hijo que se escaquea toma conciencia y se profesionaliza. «Hay que poner la mesa» suele ir seguido de una necesidad imperiosa, poderosa e inevitable de visitar el baño. Una necesidad que termina justo en el momento en que se anuncia que la comida está en la mesa. La orden «por favor, quitad la ropa tendida» va seguida de una súbita conciencia de la necesidad de hacer ciertos deberes que habían sido olvidados hasta ese momento. Deberes que se terminan cuando la ropa está destendida y el momento del ocio comienza.

El primero que percibe al hijo que se escaquea es el hermano o hermanos. «Fulanito no hace nada» dicen a muy temprana edad. «Sí que hace, pero otras cosas» dice el progenitor ingenuo que se niega a creer que él también tenga un hijo se escaquea. Los progenitores se entregan entonces a ese falso discurso de «está muy feo comparar» que en realidad quiere decir: a) no me he dado cuenta o b) no quiero aceptar que mis dos hijos(tres, cinco o los que sean) no sean todos perfectos o c) ¿será posible que esté tan ciego como mis padres?

No hay que confundir al hijo que se escaquea con alguien muy vago o con alguien poco implicado en la vida familiar. Para nada. El hijo que se escaquea puede ser una cumbre de diligencia, organización y rapidez organizativa cuando algo le interesa y/o implica a su persona. Por ejemplo, el hijo que se escaquea puede montar la mejor fiesta sorpresa del mundo para uno de sus hermanos o es capaz de elaborar una manualidad increíble que le lleve muchas horas para regalar a su abuela. El hijo que se escaquea no es un inútil, simplemente usa sus talentos para lo que le interesa y, normalmente, el rutinario funcionamiento de la vivienda familiar, la limpieza, el orden, las tareas del hogar o encargarse de visitar a un familiar enfermo no están en su escala de intereses ni siquiera entre los puestos cien mil y cien mil uno.

¿Y qué hacen los padres con el hijo que se escaquea? Pues manejarlo mal. Muy mal. Con el hijo que se escaquea tenemos el síndrome del hijo pródigo, de hecho estoy convencida de que el verdadero interés de la parábola del hijo pródigo no se nos contó nunca. Lo más jugoso de la historia estaría después de que el padre acogiera al hijo que se escaquea y el hermano responsable se mosqueara. Ojalá saber la bronca que se montó después de lo del camello y la aguja y toda esa cháchara. Me imagino al hermano responsable «Pues cojonudo, a partir de ahora que el camello escaqueador éste te ponga de comer y recoja tu ropa que yo me voy a tocar el ukelele y no hacer ni el huevo que resulta ser la mejor manera de ser santo».

Los padres acogemos cualquier mínimo gesto de cooperación por parte del hijo pródigo con alborozo y alegría. ¡Fuegos artificiales! ¡Albricias! ¡Almácigas! «Hay que ver lo que ha limpiado hoy Menganito» Los otros hijos se indignan con razón y dicen: «Joder, normalmente no hace nada nunca nada, pero hace un día cualquier mierda y parece que ha ganado el Premio Nobel» y tienen razón, tenemos razón, toda la razón del mundo pero es que el hijo que se escaquea es un rey del marketing, sabe vender su producto.

El hijo que se escaquea no es idiota y sabe que no puede exprimir su superpoder sin que se le vuelva en contra así que planea dejar de usarlo en el momento justo, en el momento de mayor lucimiento y, además, lo anuncia con grandes neones: «Mamá, he ordenado el armario, lo he limpiado por dentro y he colocado la ropa por colores» ¿Cómo no vas a hacerle la ola? El padre, la madre, los progenitores se vienen arriba y presa de una especie de síndrome del "yo sabía que mi hijo era bueno", creen que este momento, este hito, marca el comienzo de una nueva era, que su hijo el que se escaquea ha dejado esa etapa atrás, igual que se dejan los pañales, el chupete, los cromos de invizimans y la adolescencia y que se ha convertido en alguien colaborador.

Ja. El futuro se ríe en su cara y el hijo que se escaquea también. Sabe que ha ganado tiempo de calma, tiempo para perfeccionar su técnica y tiempo para mejorar su cara de «Me estás ofendiendo muchísimo y me está doliendo» la próxima vez que le pilles escaqueándose de la limpieza conjunta tras el paso de los pintores por casa y le acuses de «te has entretenido en el portal hablando con tus amigas para no subir a ayudar a limpiar».

Pensadlo. ¿Quién es vuestro hijo/hermano que se escaquea? Sino se os ocurre nadie a lo mejor sois vosotros. 

17 comentarios:

Alicia dijo...

Mi hijo es escaquer-boy, total y absoluto!

Anónimo dijo...

Acabo de darme cuenta que uno de mis hijos es un escaqueitor total.... y me temo que no sé como voy a hacerlo para que no lo haga más. Me temo que ha salido a mi propio hermano, estoy jod...
Anonima Eva

Sara M. dijo...

En el caso de mis hermanos lo tengo clarísimo; pero en mi casa, ¡creo que tengo2/2! ¿Qué hago?

Marta dijo...

Jajaja hice el comentario en instagram antes de leer el post... Y para el anterior comentario yo le recomiendo TURNOS.

Marta dijo...

Ah! Y apuesto a que es tu hija la pequeña...

Hermano E dijo...

Estimada profesora Moli;

Tengo una duda que me corroe ¿es posible, aunque sea sumamente improbable, que de dos hijos los dos sean escaqueadores cum laude?




Es para un amigo.

Alma dijo...

Acabas de describir a mihijo...se lo voy a leer, para q siga haciendo lo mimso, pero desde el mundo de la conciencia ;-) Gracias, una vez más, por tu clarividencia.

Maestro Escaqueador. dijo...

Los padres y vuestro miedo al horror vacui. Pensáis que la educación consiste en obligar a un niño a realizar una serie de tareas la mayor parte del tiempo absurdas simplemente porque os aterra que vuestros hijos se os disipen. Recoge la mesa, haz la cama , saca la basura y aprende el significado de la responsabilidad, todo tiene un esfuerzo detrás, las cosas no se hacen solas. Yo fuí un niño de esos. Sólo que mucho peor. Mi familia tenía una agenda de tareas faraónica que había cumplir religiosamente, con el agravante añadido de que todos eran una piña menos yo. Recuerdo que el único objetivo de mi infancia era escapar y, desde entonces , lo ha sido siempre. Me subía al tejadillo de una caseta con un libro y aquello era la felicidad, pero apenas habían pasado cinco minutos cuando ya comenzaba a oír mi nombre surcando el viento y se desataba la operación de búsqueda. Ahora cada vez que oigo a un papá soltarle a su hijo el rollo ese de que las cosas no se hacen solas, el que algo quiere algo le cueste, y toda esa meritocracia de postín inventada por los que nunca han tenido que hacer nada para que la usen los que se van a pasar toda la vida sacrificándose para pagarse un sitio donde poder caerses muertos, me acuerdo de los barrotes de la ventana de aquella caseta, que me servían de apoyo para encaramarse al techo: un sitio en el que nunca me dejaron en paz.

Laura dijo...

has descrito a mi sobrino.... jajajaja saludos

Migas de Palabras dijo...

Yo tengo un hijo escaqueador... oye eso de ir al baño en el momento justo yo pensé que solo pasaba aqui pero por lo que veo viene de serie.Qué bien definido!!!

Anónimo dijo...

Maestro Escaqueador, menuda chorrada. Los padres no tenemos horror vacui, lo que tenemos es hijos a los que educar. Y no son tareas absurdas, si no créeme, yo tampoco las haría. No se trata solo de educar en responsabilidad, se trata de no ser esclavo de tus hijos, no servirles como si vivieran en un hotel de lujo, y repartir las tareas, que todos estamos cansados y todos tenemos cosas más interesantes que hacer que poner la mesa o la lavadora, o cambiar las sábanas, o limpiar el baño. No va de meritocracia. No va de esfuerzo. Va de reparto de tareas. Y lo que hacías de pequeño, pues chico, como todos, no te creas especial. Los hijos pequeños se escaquean, y los adultos les perseguimos, es la vida. Porque entiendo que cuando te subías al tejadillo de la caseta con un libro tenías 10, 12 o 15 años, no 35. Ese es el tema.

Maria dijo...

Yo al,hijo/hermano escaqueador. Cuando domina la técnica se convierte en una mezcla perfecta entre pobre hermano y escaqueador. Entones ha llegado a la cima de los superpoderes. Cito ejemplo. Tu pobre hermana no h a podido venir a limpiar el trastero. Tiene muchas cosas que hacer. La pobre lo ha intentado. Pero va a sacar un hueco al mediodía para recoger las croquetas que le hice ayer.ya le he dicho que si no podía venir, se las acercas tú cuando vuelvas a casa de limpiar el trastero ) el trastero es el de casa de mis padres)
Eso es un domino total de la,técnica y mi hermana es “ el puto amo”. Sin discusiones. Ella quiere pero la,pobre no puede, que ha quedado a tomar unas cañas con las amigas por que está muy estresada.
En fin...... sin comentarios
Un saludo
Maria

Natalia dijo...

Has calcado a mi hija mayor... Tal cual...

Zhura dijo...

Jajajaja cierto!! si piensas en el que se escaquea de la familia.... en la mente aparece rápido la cara del culpable ehhh?? jajajaja

Me ha gustado mucho tu post.
Me quedaré por aquí para seguir leyéndote, lo que no he encontrado es botón de seguir para que luego salgas en mi blogscroll ("ande" para?)

Te invito (si te apetece) a echarle un vistazo a mi blog. Apenas llevo 6 meses en estos mundos así que no vale echarme a la picota ehhh.

https://similocuramedeja.blogspot.com/
Nos vamos leyendo!

NáN dijo...

Conocí a un hijo así, pero ya crecidito, en la oficina. Hay que ser un genio para oler los marrones que que vuelan si avisar y no estar nunca en el sitio en que pueden caer.

jota dijo...

Conocí al hijo escaqueador patrón. Consiguió arruinar a sus padres (emocionados y poniendo dinero a cada argumento fallido) pero acabó demasiado mal. Sus superpoderes le llevaron a la tumba.

Dorotea Hyde dijo...

Están en todas partes. Claro, son hijos cuando no están en clase o la oficina y llevan sus artes con ellos para escaquearse de hacer las prácticas y los trabajos en grupo y que los demás pongan su nombre, o para hacer las tareas en el trabajo. Muchos, además, lo compaginan con el peloteo. Imparables.

Saludos.