viernes, 20 de julio de 2018

Alquila una familia

Un hombre de mediana edad, pasados los cincuenta, llega a casa después de trabajar todo el día. Entra en casa, las luces están encendidas, se escuchan ruidos en la cocina,  la puerta del dormitorio de su hija está cerrada pero se escucha música al otro lado. Entra, deja las llaves, se quita la chaqueta y saluda a su mujer y a su hija: ¡Ya estoy en casa!

Una mujer divorciada ve como su hija de veinte años comenta con su padre sus estudios en la universidad y los planes que tienen para el verano. 

Una gran boda, con cientos de invitados, convite. La novia está emocionada, sus padres mucho más, no pueden creer que su hija por fin se case. 

Todo esto sucede en Japón ahora. Pero ni la mujer ni la hija, ni el padre divorciado, ni los cientos de invitados, ni el cura ni el novio... son reales. Son actores. 

Estas tres historias y otras más o menos parecidas las he leído en un artículo en el New Yorker y estoy alucinada. En Japón existe toda una industria especializada en proporcionar los servicios de personas, actores que se hacen pasar por quién tú quieras: tu mujer y tu hija cuando llegas a casa, el padre ausente de tu hija, el novio, el cura y cientos de invitados para que tus padres crean que te casas o un jefe enfadado que va a otra empresa a disculparse en tu nombre porque tú la has cagado con ese cliente. 

De todas las historias del artículo la más alucinante es la de Reiko. Hace más de diez años se enamoró, se casó, se quedó embarazada y pronto su matrimonio se convirtió en un infierno y poco después de dar a luz, se divorció. Él desapareció para siempre. Reiko se dedicó entonces a criar a su hija que se convirtió en una niña triste y solitaria que, a pesar de que Reiko se lo explicara, creía que su padre se había ido por su culpa. Hace nueve años, cuando su hija tenía diez, desesperada, contacto con Family Romance, una empresa de "alquiler de seres queridos" para contratar un padre a tiempo parcial. Describió el padre que quería para su hija y explicó que fuera cual fuera la reacción de la niña, el padre falso debía mostrarse comprensivo. 

El padre alquilado llegó un día a casa, se presentó, y empezó a hablar con la niña, contándole que sentía mucho no haber estado con ella todo este tiempo. La niña al principio se mostró recelosa pero poco a poco se abrió y acabaron cenando todos juntos. La niña empezó a estar mejor, más calmada, más activa, más feliz y Reiko empezó a alquilar al padre postizo un par de veces al mes para jornadas de entre seis y ocho horas. Después empezó a alquilarlo con meses de antelación para reuniones de padres en el colegio, cumpleaños e incluso viajes a Disneyland. Para explicar porque la niña, Mana, no podía ir a pasar días con él, le explicaron que él tenía otra familia porque se había vuelto a casar. 

Mana tiene ahora veinte años y nadie le ha dicho la verdad. Cree que ese señor alquilado, ese hombre que lleva diez años viniendo a su casa y comportándose como su padre es su padre. Reiko no tiene pensado contarle la verdad. 

¿Cómo no se lo va a decir? Pero, por otro lado, ¿Qué pasará si se lo dice, si se entera? 

Llevo días dándole vueltas a todo esto. El hombre que se alquila una mujer y una hija para que finjan ser su mujer muerta y la hija que se enfadó y se marchó de casa, me parece terriblemente triste pero puedo llegar a entenderlo como que para él es un servicio. Está solo, no quiere sentirse así y llegar a casa y jugar a las familias le consuela. Bien. Vale. Me parece una cumbre de tristeza difícilmente igualable pero vale. (Por si alguien está pensando cosas raras, la mujer y la hija son actrices, cobran por hacer un papel. Las normas son estrictas en esas empresas: no hay más contacto físico que darse la mano y las actrices jamás van a casa de los hombres. En este caso sí van porque son dos). 

Puedo entender también que tus padres sean extremadamente plastas, crean que ya tienes edad de casarte y sentar la cabeza y tú te metas en una espiral de trolas que en un principio son intrascendentes pero que te acaben llevando a contratar los servicios de estas empresas para fingir una boda completa en la que solo tú y tus padres seáis "de verdad". (Creo que te saldría más rentable decirles a tus padres la verdad pero oye, las trolas a los padres cada uno las gestiona como quiere).

Entiendo por supuestísimo que estés harto de que te sienten en la mesa de solteros en las bodas o que en todos sitios te pregunten si tienes pareja y decidas alquilarte un novio o una novia de pega para que te dejen en paz. 

Y, desde luego, estoy muy a favor de alquilarte una madre complaciente y animosa para ir de compras en vez de ir con tu propia madre campeona mundial de hundirte la autoestima. 

Lo que me chirría de la historia de Reiko es que no tiene buena solución. Reiko tiene toda la pinta de, como dicen los americanos, haber desarrollado ciertos sentimientos hacia el padre falso. Se ha metido tanto en la trola que, de verdad, cree que cuando no está con ellas, está con otra familia viviendo esa vida imaginaria que finge tener con ellas. No quiere saber o no quiere pensar que el padre falso cuando no está con ellas está trabajando de amante falso, cura falso, novio falso o padre falso de otra niña. Ahí ya le veo problema. Pero ¿y Mana? Ella vive una mentira enorme, vive el show de Truman, mientras su madre y su padre falso saben la verdad. Su padre falso la quiere, la mima, habla con ella se preocupa...o eso cree ella. En realidad, el padre falso finge hacer todo eso porque es un actor pero los sentimientos que su actuación provoca en Mana son reales. Ella le quiere, se preocupa, se sincera con él de verdad. ¿Cómo le vas a contar que lo que siente desde hace diez años es mentira? ¿Dónde la deja eso? ¿Cómo de imbécil va a sentirse? 

En el artículo, el periodista pregunta al falso padre si cree que deberían contarle la verdad a Mana y cómo cree que se lo tomará. Él quiere contárselo y opina con un optimismo pelín naif a mi entender, que Mana lo entenderá porque pensará que su madre la quiere tanto que ha estado pagando a alguien para hacer de su padre durante todos estos años, que es un sacrificio que ha hecho por ella. Sinceramente no lo veo... creo que Mana se va a cabrear infinito pero creo que deberían decírselo. ¿Qué pasa si se casa, tiene nietos que también desarrollan amor hacia un falso abuelo? 

Toda esta historia tan loca y tan alucinante me llevó a pensar en lo diferentes que son los japoneses y en si este tipo de negocio tendría futuro en España. ¿Qué sentido tiene alquilarte una falsa familia? ¿Para qué vas a fingir que tienes una familia maravillosa que te quiere y a la que tú quieres? Y aquí, en este punto del hilo de pensamiento, me di cuenta de que aquí, a mi alrededor, conozco a mucha gente que finge ser una familia feliz, una familia de amor, una familia ejemplar... cuando en realidad ni se aguantan, ni se quieren, ni se respetan. Los japoneses alquilan familias falsas y nosotros, aquí, muchas veces nos obligamos a fingir que somos familias felices. 

Pobre Mana.


11 comentarios:

marthabaz dijo...

Leí esto el otro día e inmediatamente me acordé de la película "Famlia", de Fernando León de Aranoa
qué fuerte el nivel de soledad que una persona puede llegar a sentir, no?

Phaskyy dijo...

Sólo puedo decir ... Ofuuuuuuu

María dijo...

Es demoledor negociar con los sentimientos, pero, por sacar algo positivo de toda esta situación surrealista, me quedo con que aun hay gente que los tiene, los sentimientos, y por ellos o por su ausencia, es capaz de hacer estas locuras. Muchos seguimos siendo humanos, de momento...

Lurgasteiz dijo...

Vivimos en una sociedad tan obsesionada con la perfección que es posible llegar a oír historias tan extremas como esta. A ver si asumimos que las personas somos imperfectas y que muy pocas tienen vidas perfectas. De hecho, nuestra personalidad y el rumbo de nuestra vida está forjada y moldeada por todas las experiencias, tanto las buenas como las grandes putadas, que nos ayudan a madurar y ver las cosas con otra perspectiva. Como el tema va de Japón, sugiero aplicar una técnica que está ahora muy de moda en occidente, el ‘Kintsukuroi’, consistente en reparar objetos rotos rellenando sus grietas con oro o plata para así destacar sus defectos. Una oda a la resiliencia y a la supervivencia.

Anónimo dijo...

Habrá que matar al padre, igual que cuando en las series no se consigue renovar el contrato de algún actor para la siguiente temporada.
Sólo espero que la chica no se lo encuentre por ahí algún día.
-Anónimo Homónimo

Lourdes dijo...

claro...como no había caído antes? Reiko tendrá que pagar un pelín más, para fingir que el padre ha fallecido en un fatídico accidente. Y ya está, querrá Reiko hacerlo? Yo defiendo también que tiene algún tipo de sentimiento por el padre falso...

Carmina dijo...

Además de la película ya comentada, hay otras. He visto "El día de la boda", en la que una chica se alquila un novio falso para que no le den la barrila en la boda de su hermana. Quizás los japoneses sacaron la idea del cine. Y claro, termina enamorándose porque, puestos a elegir, se alquila un tío buenísimo.

Sara M. dijo...

A cuadros me dejas.
Aunque si has leído algo de literatura japonesa, en "cierto" modo lo entiendo. Su sentido de la familia, amistad, relaciones... es tan distinto al nuestro, que creo que no es comparable en ningún punto.

el chico de la consuelo dijo...

Igual que la primera comentarista a mi también me ha recordad la peli Familia de Leon de aranoa.

Yo tengo una anecdota divertida de un amigo que fue de falso novio a casa de una chica a la que sus padres le hinchaban la cabeza, después la acompaño a varias fiestas y al final la broma termino convirtiendose en verdad y fueron novios una temporada.

Abrazuchos.

PD_jejeje tengo el blog desbordado de tus descerebrados que vienen a leer la reseña de tu libro que he escrito. Yo que de habitual tengo tres o cuatro visitas esta semana es alucinante. Besicos a puñaos.

Eva María dijo...

Estaría bien usar este alquiler para solucionar problemas familiares desde dentro... Por ejemplo infiltrados en la pandilla de tu hijo/a para subir la autoestima de tu hijo/a, chicos/as enganchados en problemas de droga, alcohol... para gestionar el problema desde dentro y desde su ambiente... Hijos/as con falta de interés por hacer cosas (estudios, deporte... )No se, se me ha ocurrido incluso no solo a nivel familiar sino también a nivel institucional... Os imagináis? sería mejor que cualquier campaña publicitaria

Anónimo dijo...

Mi nivel de soledad es tan enorme que con gusto alquilaría esos servicios para engañar al alma.cuando casi toda tu familia a muerto, tienes muy lejos a tus seres queridos y sientes que la soledad es como una hiel por dentro puedes entenderlo y con gusto lo alquilarías.