domingo, 31 de diciembre de 2017

Lecturas encadenadas. Diciembre

Termina el año y esta es la última entrega del post que menos se lee: lecturas encadenadas. En diciembre he leído cinco libros de los cuales tres han sido comics. El otro día alguien me pregunto si los comics cuentan en la lista de libros leídos, «claro que sí» contesté. ¿Por qué no iban a contar? 

Tres sombras de Cyril Pedrosa. «Tienes que leerlo» Y lo leí del tirón, tumbada en un sofá tapada con una manta y atrapada por una historia muy muy triste llena de poesía. En el mes de noviembre, mientras leía Portugal, mi primer contacto con Pedrosa, no pensaba que me estaba gustando tanto pero según se ha ido posando en mí, asentando su estrato en mi experiencia lectora, su estilo me ha atrapado más. Ese mismo estilo está en Tres Sombras pero sin color. Los dibujos de Pedrosa te envuelven y envuelven la historia. Las líneas son redondas, curvas, plenas de expresividad y carácter. Son acogedores, esa es la palabra que me viene la cabeza para definir lo que se siente frente a los comics de Pedrosa. En este caso la historia es muy triste y si tienes hijos aún más, casi insoportable. Pedrosa presenta la muerte como lo que es, algo de lo que no se puede huir, no puedes correr, ni esconderte, ni hacer como que no la ves. Es algo más grande que nosotros y que siempre nos alcanza. 

El rumor del oleaje de Mishima llevaba en mi estantería desde el 23 de abril de 2016. Fui con Clara a comprar libros a Cercedilla y de todos los que había en la Librería Fuenfría éste fue el que se vino conmigo. Su momento ha llegado año y medio después. Esta novela se publicó por primera vez en 1954? y cuenta la historia de amor entre dos adolescentes en una pequeña isla japonesa. 

El mar, las olas, el viento, las tormentas, la lluvia y el resto de la población de la isla son personajes tan importantes como los dos jóvenes protagonistas y su historia de amor. Ellos sienten el amor pero toda la isla lo vive, afecta a todos. Es una historia delicada, suave, casi cumple todos los estereotipos que tenemos en mente sobre los japoneses: el valor de la tradición, de la familia, el estricto cumplimiento del deber, la ausencia de rebeldía, el respeto a los padres, a los mayores. Se lee fácil, con calma, como un cuento de otra época, como ver las olas en la orilla mientras te mojan los pies.  

«Mientras permanecía sumido en estas reflexiones, el tiempo había pasado sorprendente rapidez. Aquel muchacho tan poco dado ala reflexión se sorprendió al descubrir que una de las propiedades del pensamiento era su eficacia como medio para matar el tiempo. Sin embargo, el resuelto joven refrenó con brusquedad sus pensamientos, pues, al margen de lo eficaces que fuesen, lo que había descubierto con respecto a su nuevo hábito, por encima de cualquier otra consideración, era que también entrañaba un claro peligro»

La Guerra Civil Española de Paul Preston ilustrado por José Pablo García. Este comic fue un regalo de mi hermano pequeño por mi cumpleaños. Lo primero que hay que decir es que la Guerra Civil es un conflicto aburridísimo y cuyo estudio anula cualquier atisbo de confianza en la clase política de cualquier época y tiempo. Cuando digo que es aburrida no quiero decir que una guerra tenga que ser entretenida ni divertida pero nuestro conflicto civil está tan lleno de pequeñeces, de miserias y menudencias entre los políticos que cada paso, cada etapa, cada nueva riña entre los comunistas, los anarquistas, los socialistas, los trotskistas y demás resulta desesperanzado en su pequeñez. La estrechez de miras, el egoismo, la ausencia de la más mínima solidaridad, el clasismo, la soberbia ignorante y cateta de la derecha es igualmente aterradora. En el comic, se analiza el conflicto desde los primeros años veinte, explicando como la situación se fue deteriorando. Lees y lees y te das cuenta de que aunque lo desees, aunque inconscientemente lo esperes, no va a pasar nada bueno, lo que ocurrirá será terrible. La Guerra Civil, el golpe de estado militar fue horrible, un conflicto que destrozó el país y lo que es aún peor, sus efectos duraron (si es que no duran aún) muchos años después. La victoria de Franco y el bando nacional con todo su rencor cateto e ignorante, el rencor de los que se saben injustamente poderosos arrasó la vida y las esperanzas de todo el país. El comic es árido, serio, casi académico y, a veces, complicado, pero merece la pena para intentar entender porqué nos pasó lo que nos pasó.  


Merci de Monin Zidrou. Este comic se coló entre mis lecturas como un regalo para María por su cumpleaños y lo leí antes de dárselo. Esto está muy feo pero ¿quién va a enterarse? Es un comic de adolescentes un poco rebeldes pero sin mal fondo. Una historia corta sobre una joven descolocada en esos años en los que todos nos queda grande o pequeño, en la que todo nos parece demasiado difícil o muy fácil, esos años en los que todo el mundo nos parece estúpido y nosotros nos creemos los únicos que lo sabemos todo. ¿Qué nos hace salir de esa etapa? ¿Cómo lo hacemos? Este cómic va de eso. Muy recomendable para todos y más si tenéis adolescentes languideciendo por vuestro salón esperando a que la vida sea de su talla. 

He terminado el año volviendo a Alemania con Regreso a Berlin de Verna. B. Carleton. Verna era americana, de madre inglesa y padre alemán. En esta novela recrea o, mejor dicho, se inspira en un viaje que hizo a Alemania en 1957 acompañando a su amiga Gisele Freund, fotógrafa alemana. ¿Qué pasó con los alemanes que se exiliaron, que consiguieron huir de su país antes o durante la guerra? ¿Cómo lo vivieron? ¿Cómo fue su regreso? ¿Cómo fue avergonzarse de ser alemán fuera y de haber podido escapar al volver? Vera intenta hacer un retrato que responda a todos estas preguntas siguiendo los pasos de un matrimonio inglés formado por una inglesa y un aleman de los que consiguió huir y que al volver debe enfrentarse tanto a lo que dejó como a la nueva situación en Alemania. 

¿Me ha gustado? Pues ni sí ni no que creo que es lo peor que se puede decir de algo o alguien. Pensando sobre este libro pensé que si fuera un hombre y me preguntaran por él diría algo así como “es majete, entretiene pero se te olvida. Y es solo para quedar de vez en cuando”. Se lee fácil, engancha a ratos y en otros, se lee en diagonal porque te estás aburriendo y lo que quieres es irte a casa, perdón, terminarlo para irte a buscar, a leer, algo que te emocione más. 

Y con esta novela he llegado a las sesenta lecturas (contando comics) este año. 

Como bonus track, dejo aquí el enlace a un artículo en el New Yorker espectacular en el que Kathryn Schulz reflexiona sobre cómo creemos en lo que no creemos. Es un planteamiento muy curioso que sorprende y nos obliga a reflexionar. Sabemos que no existen las sirenas, el Yeti, los vampiros, los gnomos, las hadas o los fantasmas pero, a pesar de saber que no existen si nos piden que hagamos un ranking con todas estas criaturas de fantasía en orden de “existencia real”, somos capaces de hacerlo. A partir de ahí y tirando del hilo, el artículo es maravilloso. 

«Yet, in the end, what’s most remarkable is not that our fantasies contain so much reality; it is that our reality contains so much fantasy»

Y ahora sí, con esto y doce lacasitos, hasta los encadenados del mes de enero.  



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8 comentarios:

MG dijo...

Pues me voy a apuntar el cómic de la Guerra Civil, que en formato libro me da la pereza.

Anónimo dijo...

Ya lo he comentado alguna vez, y es que a mí los encadenados son los post que más me gustan y más espero. No los abandones ni nos dejes sin ellos!!!

Never give up!!! Feliz año nuevo Molinos!!

Fdo. Aquel viejo blog marlei.

Albert dijo...

El de la guerra civil también me lo regalaron por mi cumpleaños. Aún no he podido acabarlo. Me deprime muchísimo.
Feliz año!

NáN dijo...

Casi todo Mishima y un pellizco de Murakami. Con eso se hace una sopa que da un sabor estupendo a la sopa de narrativa japonesa. Como entrante.

El marino que perdió la gracia del mar es un must. Puedes planteártelo para los 6 primeros meses.

Ya sabes que los cómics no puedo con ellos.

Mensi Sanhermelando dijo...

Molí, has descrito en dos frases el estado de la política española y la sociedad en aquel momento y en la actualidad. Qué pena de país!
Un abrazo y feliz año nuevo!��

Pe dijo...

Querida Moli:

No me puedo creer que éstos sean los posts menos leídos. Quizá fuera así hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana, pero desde luego no ahora, que te has convertido en toda una influencer lectora (con todo cariño lo digo :-) Mírame a mí, que voy retrocediendo por tu blog y repescando tesoros!

Me pregunto seriamente cómo puedes leer tanto. 52 libros en un año son muchos libros. Creo que este año dijiste 60. Por lo que sé de ti, vas a trabajar en coche, tienes 2 hijas y, encima, eres buena cocinera, por lo que no sé de verdad de dónde sacas el tiempo.

Hasta hace pocos meses, yo formaba parte de dos tertulias literarias. Una desapareció, junto con la librería que la alojaba. La otra, tengo el gran honor de conducirla, aunque desde el confinamiento no ha sido posible. Leo mucho (o eso creía) y de largo recorrido (ladrillitos, los llama mi hijo) pero, desde luego, estoy a años luz de alcanzarte. Si tienes algún truco para sacar tiempo de debajo de las piedras (además de no hacer cena y poner pizza congelada, como amenazo yo inútilmente en mi casa) por favor, no dudes en compartirlo.

Un abrazo,
Pe

molinos dijo...

Pe,

Leo bastante deprisa y todos los días al acostarme dedico por lo menos media hora, cuarenta minutos. Los fines de semana saco más tiempo y en vacaciones también. No sé si leo mucho o poco, leo todo lo que puedo. Si me preguntas qué prefiero hacer te contesto siempre: leer. :) Supongo que ese es el truco.

Pero la cantidad de libros que se leen es intrascendente, lo importante es lo que se disfrutan cada uno de ellos.

Pe dijo...

Entonces somos de la misma madera. LEER es siempre mi respuesta.

Lo sé, lo sé,.. Y también que no es lo mismo echarse al cuerpo "Guerra y Paz" que "Sin noticias de Gurb". Pero siempre me parece poco tiempo. Antes de la pandemia, yo iba a trabajar en transporte público; casi 3h entre la ida y la vuelta. Y a pesar de las incomodidades, estruendo de auriculares y gente irrespetuosa hablando por teléfono a voces, lograba sacar a lo mejor 2h en limpio. Ahora en casa, aunque soy inmensamente más feliz de no tener que entrar en Madrid cada mañana, no logro encontrar ese rato. Y me da rabia. Pienso que algo estoy haciendo mal. Que quizá podría organizarme mejor. Siempre encuentro otra tarea más acuciante... A lo mejor, el truco está en dejarla SIN hacer. ¡Y no pasa nada! Aprendizajes de la vida, yatusabes...

Hoy he empezado "El Gatopardo" y no veo el momento de apagar este ordenador para cenar en casa del príncipe Salina.

Un abrazo y gracias, Moli, por esta charla.