lunes, 8 de junio de 2015

Ensayo sobre el desayuno


Fotografía de Violeta Rodríguez
Desayunando. Me gusta desayunar en pijama, recién levantada y a ser posible sin tener que pronunciar palabra. Café con leche bastante negro con dos cucharadas de azúcar. Ni sacarina, ni stevia ni guarradas. La taza grande, muy grande y llena hasta arriba. Tengo varias tazas favoritas, así que no sufro si alguna está sucia u otro la ha cogido. Primero el café, la leche y al microondas. Me preocupa cero morir envenenada por mi propio café con leche. 

Zumo de naranja. Si puedo, tengo naranjas y encuentro el exprimidor, me lo tomo recién hecho. Si no puedo, no tengo ganas, no hay naranjas o estoy enfurruñada con el mundo, me tomo un zumo de tetrabrick. Soy consciente de que el zumo de naranja exprimido y el líquido naranja que venden no son ni de lejos la misma bebida, pero me vale algunas veces. 

Mientras espero que el café se caliente y las tostadas se hagan, me bebo el zumo del tirón, casi sin respirar. Si lo he exprimido (o me lo han exprimido...) cuando llevo la mitad del vaso, paro, me relamo y miro lo que me queda. Valoro la posibilidad de hacer más por lo bueno que está. A día de hoy, jamás me he hecho más zumo. Si es envasado me lo bebo al más puro estilo del Oeste, de un trago, y dejo el vaso en el fregadero. 

Las tostadas me gustan de pan de pan, pero si no tengo me las tomo de pan de molde. Es evidente que no soy de ideas fijas. Me gustan con mantequilla aunque sea difícil de untar y con mermelada de ciruela hecha en casa o de naranja amarga. Es imprescindible, necesario y absolutamente fundamental untarme las tostadas mientras están calientes. Puedo tolerar el zumo envasado y el café asqueroso, pero una tostada fría no es una tostada, es pan duro sin futuro, es masticar madera, astillas y serrín. Confieso que siempre unto mis tostadas las primeras, antes que las de las princezaz, contraviniendo la primera ley de la maternidad: "tus hijos son lo primero". Para mí, en mi desayuno, lo primero son mis tostadas calientes. 

Con el café caliente, el azúcar removido y las tostadas listas comienza el mejor momento del desayuno. Saborear la tostada mientras doy tragos al café y, si es posible, leo. Para mi gusto las tostadas siempre se me acaban demasiado pronto y, dependiendo del día, el lugar y la hora, me hago más o no. Ni me planteo si engordan, no engordan, son grasa o van a atorar mis arterias; me da igual. Las tostadas son alegría de vivir. 

El café, mientras estoy con las tostadas, es una bebida para disfrutar. Cuando se acaban las tostadas se convierte en un remedio para el sueño atroz que me paraliza, un brebaje que me tengo que beber para activarme y ser capaz de articular palabra y ponerme la ropa del derecho, en lugar de llevar las etiquetas por fuera. Apuro la taza mientras termino la página y la guardo en el lavaplatos. Recojo la mantequilla, la mermelada, guardo el azucarero pensando que ya va siendo hora de cambiarlo y termino con mi ritual de desayuno. 

Nunca desayuno salado en mi casa. Sólo cuando tengo una resaca infernal de las de holgura craneal, espasmos musculares y ganas de morir súbitamente, mi cuerpo me pide tostadas con jamón de york y queso y zumo de naranja. Mi parte consciente, pequeña y arrinconada en una esquina de mi cráneo, se empeña en beber café pensando que me sentará bien y que es lo que toman en las películas para superar la resaca. Siempre es mala idea. El café me sabe amargo aunque le ponga una isla de azúcar como P. Tinto y si consigo tragarlo se dedica a crear un oleaje en mi estómago que va de marejada a fuerte marejada, hasta convertirse en mar gruesa que tengo que dejar salir. 

¿Qué dice mi desayuno de mí? Que es mi comida favorita y que me cuesta salir de casa. El desayuno es la comida más personal. Cada uno se lo toma de una manera y creo que lo que desayunas dice mucho de ti, para bien o para mal.  

«A mi por la mañana no me entra nada» te dicen muy serios mientras los ves engullir un café repugnante en un vaso de plástico asqueroso removido con un palo de plástico en la máquina de la sala de distensión de tu empresa. ¿No les entra un café de verdad en una taza de verdad, pero ese brebaje sí? Esa gente no es de fiar. 

«¿Tostadas? Eso es malísimo». «Mantequilla? ¿Tú sabes el colesterol que da eso?» «Yo jamás tomo azúcar, siempre sacarina, ya me he acostumbrado». Todo esto te lo suele decir la gente que desayuna un té con algún nombre exótico después de haberse comido un kiwi y mordisqueado una galleta de fibra con jengibre con una pizca de queso fresco con sabor a aire. Es posible que mueran más tarde que yo y con las arterias más despejadas, pero sus mañanas deben ser tristísimas. Además, la fruta es postre, no desayuno. 

«¿Qué vas a hacer hoy? ¿Qué tal has dormido? ¿Me pasas el azúcar? ¿Quieres más tostadas? ¿Qué te apetece hacer?» Gente que habla durante el desayuno. Muerte y destrucción. 

Gente que desayuna de pie y vestidos, listos para salir, que convierte el placer maravilloso del desayuno en un trámite hecho a la carrera, sin previo, sin preliminares, sin mimo. Llegar, engullir y salir corriendo. Si todo lo hace así en su vida... mal. 

Adoro el desayuno. No soy Audrey Hepburn, no lo quiero con diamantes ni en la cama. Hazme un zumo, tostadas calientes y no me hables durante un rato y me habrás conquistado. 

49 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajajajaja Buenísimo ensayo, y muy acertado!!!!
Me siento muy identificada en todo, especialmente en lo de las tostadas calientes: es lo que marca la calidad del desayuno. Y ya lo de tomárselo en pijama y en silencio es el nirvana.
Como mis hijos son pequeños aún estoy obligada a la primera ley de la maternidad, pero los findes me desquito :D

sonia dijo...

¡Genial!Lo de untar las tostadas en caliente es básico,aunque nos saltemos la primera regla de la maternidad.Y mantequilla,nada de margarinas.Fundamental lo de no hablar en un rato,en pijama y el cigarrico con el café.:D

Albert dijo...

El desayuno en silencio y leyendo es valiosísimo. Eso sí, yo tengo que ducharme antes, si no, soy incapaz de preparar la cafetera. Soy perezoso y la mayoría de las veces no paso del café con leche y una o dos magdalenas. Pero si ha quedado pan del día anterior (dónde quedaron aquellos días en que iba recién levantado a la panadería con la talega) me hago tostadas con mermelada.

Ana de cestaland dijo...

Jjajajajajja... fantástico post!!!
Pensaba que era la única rara a la que le encanta el desayuno pero veo que no!!
Me encantan las tostadas con mantequilla y mermelada (si es casera, el colmo de bien!!) y vale, lo confieso... Yo también es el momento en que me pongo a mí misma por delante de mis hijos y hunto y como las mías primero. De hecho, el placer de desayunar sola y en paz mientras ellos todavía duermen.... mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm....maravilloso...

Eso sí, Moli... café calentado en microondas, puaj... Con eso sí que no puedo. De hecho, ahora embarazada cuando mi marido calienta le café en microondas me voy de la cocina o le echo (así, sin contemplaciones)... puaj... puaj...

Marmota Llorona dijo...

Tengo en el corcho delante de mi mesa un post-it rosa fosforito que dice: NO DESAYUNAR ACABA EN GULA.
Desde que descubrí el desayuno mi vida ha cambiado a mejor. Soy de las que desayunan té (pero té negro con leche y una de azúcar, sin chuminadas) y fruta (la fruta no es postre, postre es arroz con leche, natillas o flan), pero coincido contigo en que la tostada, siempre caliente, en mi caso con aceite "del bueno" o con mermelada casera (la hago yo, muy rica).
Además mis desayunos son mi momento diario de desahogo "hostil" para con (contra) el mundo: hiervo el agua del té en una kettle de esas que pitan, y a las 7 de la mañana, mientras me peino en el baño y escucho el pitido infernal que parece una alarma antiaérea, me acuerdo de mis vecinos de arriba chingando a las 3 de la mañana la noche anterior y el orden de las cosas se recupera.
Y sentada en la cocina mirando a la nada, royendo la tostada a poquitos, dándole sorbos al té, y descojonándome para mis adentros, empiezo de maravilla el día.

Pétalo dijo...

Amo profundamente desayunar. Lo amo con locura y sin medida. Mi desayuno favorito es: zumo de naranja, café con leche y tostadas con tomate. En mi porche viendo las vistas. Y en pijama, por supuesto! Aunque tampoco le hago ascos a los desayunos de hotel o a un buen brunch. Ayyy, si de postre puedo comerme una tortita o un crepe orgasmeo directamente.Yo lo que meto en el microondas es la leche sola. El café ya está caliente de la cafetera, y tengo la absurda y absolutamente infundada percepción de que el microondas lo va a alterar. El desayuno, la mejor manera de empezar el día, sin duda. Un ritual para uno mismo.

marthabaz dijo...

me solidarizo total con desayunar en silencio! mis hijos ya lo saben y si aparecen mientras estoy desayunando se hacen su desayuno o si no tienen ganas esperan en un discreto segundo plano. me enfada mucho tener que preparar un desayuno antes que el mío!! es una transición de la cama a la realidad. De hecho es que no me lavo ni la cara, cosa que mi madre no entiende aun a día de hoy :)

Voz en off dijo...

Qué felices nos hacen las pequeñas cosas, eh? Aunque yo desayuno bebido, excepto cuando voy de hotel.

NáN dijo...

Desayunar recién levantados antes de que haya pasado hora y media es de pobres. De pobres como vosotros, que tenéis que trabajar para ganaros la vida. Seguid mi ejemplo, que me jubilé con 65 y la vida recomenzó. Me tomo varios cafés instantáneos (del mejor) con un poco de leche y azúcar, que acompaño de cigarricos, y me leo 3 digitales españoles (no, no es ninguno de los que se venden en papel en los kioscos) y tres periódicos extranjeros (digitales, pero estos sí se venden en papel). ¿De dónde creéis que saco los datos y las ideas cuando hago comentarios-paliza? Eso sí, “microondas” es tabú en mi casa: lo considero como un condensador de olor a grasa, que reparte luego en sabor y aroma grasientos por todo lo que entra en él.

Después, me prometo ante el espejo que el resto del día no voy a fumar tanto (y lo cumplo) y desayuno tostadas con sal y aceite, del bueno mojadas en té breakfast con su nubecita de leche y su azúcar (no mojar las tostadas es una pequeña pérdida para la humanidad, pero una gran pérdida para el ser humano). Si es un día de suerte, todavía desayunaré por segunda en una cafetería, café con leche y porras, al volver de la piscina.

Moli, me has recordado una peli en la que un comisario inglés está atribulado desde que su mujer ha hecho un curso de cuisine française. Todas las mañanas, al desayunar a lo british dice: “Si lo mejor de la comida inglesa es el desayuno, ¿por qué no desayunamos en las tres comidas del día”?

Violeta Rodríguez Fotografía dijo...

Me siento súper identificada, no desayuno tanto por la pereza de hacerlo jajaja, me siento demasiado dormida.
Pero lo tengo claro, lo primero que hago al levantarme es el desayuno y lo disfruto muchísimo.

Mil gracias por la foto, sabía que te iba a servir para algo jejeje :)

José Antonio Peñas dijo...

Me encanta lo del queso fresco son sabor a aire. En una de sus últimas novelas, Pratchett describía (por boca del comandante Vimes) el yogur como "un queso que no se ha esforzado lo suficiente"

Anónimo dijo...

Yo soy de las que desayuno a la carrera, de pie y lo que pille. Y efectivamente eso es lo peor. Soy consciente.
Lo de madrugar es que no ayuda nada.

Anónimo dijo...

Voz en off, desayunar bebido...en fin, a lo mejor necesitas ayuda, o eres un joven universitario en pleno chup chup.

Nan, alardear de esa manera va contra cualquier derecho humano básico. No me lo esperaba de ti.

Anónimo gonzalez

aras dijo...

A mí me encanta el ritual del desayuno, pero sólo tengo tiempo el fin de semana y en vacaciones para hacerlo como toca. Entre semana soy de las de tomarse un café con leche de pie en la cocina y ya vestida para salir mientras, me preparo la merienda (que para mí, realmente, es el desayuno).
En una cosa difiero. Necesito salado para desayunar. Será el Mediterráneo, pero las tostadas con aceite y tomate, solas o con complementos, no pueden fallar. Y algo dulce para acabar, pero no bollería.
Me ha encantado este ensayo sobre el desayuno. :)

Anónimo dijo...

Que envidia por Dios.
A día de hoy desayuno deprisa y con la antena puesta porque mi peque parece que sabe cuando es el momento de sentarme con todo preparado ya para lanzar su primer MAMI

Anita dijo...

Desayunar sola y leyendo...eso es sagrado.
Entre semana espero a que mi hija se vaya al cole y el fin de semana, cierro la puerta de la cocina. Ya saben que no pueden entrar hasta que yo termine.

Anónimo dijo...

“Si lo mejor de la comida inglesa es el desayuno, ¿por qué no desayunamos en las tres comidas del día”?
"El yogur es un queso que no se ha esforzado lo suficiente"

Me encantaría poder poner mi frase o citar a otro con una frase similar, tipo los trocitos de magdalena de la tía Leoncia mojada en té de Proust, pero simplemente, estas son el no va más.

El Anónimo de la Lámpara

Anónimo dijo...

Todavía no me hago a la idea de que mis desayunos ya no son de tomar tranquilamente el café mojando galletas o tostadas mientras leo mi libro, acabo de desayunar y me meto otra vez en la cama si es domingo, para seguir leyendo. Y mira que han pasado casi dos años, los que tiene mi hija que revolucionó este momento tan perfecto para mi. Cada mañana pienso que en lo voy a recuperar un día...
Totalmente de acuerdo con lo de la gente "es que a mi por la mañana, nada más levantarme, no me entra nada". Muy bien resaltado y si que dan mucho de pensar...
Super chulo el ensayo.
Un beso

Teresa dijo...

Mis desayunos se parecen a los tuyos casi al 100%!
Aunque los más memorables son los de buffet de hotel y sin prisa por supuesto.
No puedo salir de casa sin comer (sentada) pan tostado o no, con mantequilla y mermelada (hecha por mi y de sabores increibles: naranja sanguina, naranja lima y limon, fresas con limón...) y un TAZÓN GIGANTE de café con leche. Después soy persona.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, el desayuno es mi comida prfeferida y las tostadas son alegría de vivir aunque yo me pongo aceite de oliva en vez de mantequilla. Además, reincido a media mañana. De los kilos ni hablamos pero me consuelo pensando que lo que más engorda es la cena.

Nuria dijo...

Desayunamos lo mismitico, con las mismas mermeladas: de ciruela hecha en casa o de mermelada amarga (hoy ha tocado la segunda), con pan-pan en la tostadora... bocado a la tostada, traguito al café con leche, bien caliente. Qué delicia!!!

A mí me gusta desayunar sola, aunque no voy dormida (y eso que me levanto dos horas antes de irme al curro). Es mi momentazo del día, y me encanta que las tostadas duren un ratito, aunque claro, se van enfriando, las cabronas.

Pero bueno, el mundo no es perfecto...



Zoysi Fit dijo...

El desayuno es sagrado. No comprendo a la gente que no desayuna o lo hace corriendo y sin darle importancia. Muchas personas se levantan con 15-20 minutos y se marchan en seguida. A mí eso me mataría.

Necesito al menos media hora para despejarme, encender mi cerebro. No hablo. Sigo con el pijama y voy preparando mi fiel café mientras se enciende el ordenador. Una vez listo el café con leche ardiendo, me siento en el sofá mientras leo noticias, el correo, cosas curiosas... y voy bebiendo a sorbos.

Cuando se acaba el tazón (MI tazón) de café con leche es como que la realidad te da una palmada en la cara y tienes que empezar a funcionar, lo quieras o no.

Eso sí, es verdad que no me entra nada sólido por la mañana (ni lo necesito hasta más tarde), pero mi café con leche de medio litro es sagrado.

La Buhonera dijo...

Yo soy de las que recién levantada no me entra ni un alfiler en el estómago... Entre semana desayuno un puñado de cerezas, un plátano o queso de camino al trabajo. Y la verdad es que me paso famélica el resto de la mañana, pero entre madrugar más para desayunar y dormir... elijo dormir.

Pero los fines de semana, que puedo permitirme desayunar una hora después de levantarme que es cuando me apetece, me encanta hacerlo en condiciones: zumo de naranja natural, una tostada con aceite y mermelada de fresa, y otra con aceite, ajo, tomate y jamón.

Cada fin de semana que desayuno me prometo a mí misma que haré el esfuerzo de levantarme entre semana para hacerlo bien... pero luego llega el lunes y no soy capaz de levantarme.

Qué le vamos a hacer.

Ah, también soy de no hablar hasta que llevo un rato levantada, y odio a muerte a los que saltan de la cama dando voces y buscando conversación.

Luxindex dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El niño desgraciaíto dijo...

Pues a mí el desayuno tampoco me mata. Normalmente no desayuno a diario. Solo el fin de semana y ahí sí que suele haber tostadas con mantequilla. El café... igual. El fin de semana y con leche. Aunque ahora hay una máquina en la oficina que me hace replantearme el no tomarlo a diario.

Di Vagando dijo...

Oh! El desayuno es tb mi comida favorita, pero es diferente entre semana y el finde. Entre semana son corn flakes con fresas, frambuesas y mango, en la ducha (en serio, pongo el bol en una esquinita), sola y con la radio de fondo. El finde puede ser cualquier cosa: tostadas, zumo, mucha fruta, yogur, huevos benedictos... con gente y hablando mucho para planear el día.

MI desayuno ideal es aquel de los ryads de marrachesh: zumo de naranja,té a la menta, yogur, pau-au-chocolat. Qué maravilla...

Como buena brit adoptiva no bebo café, solo té con leche... pero esto ya era así antes de venir al Reino Unido... ya decían mis amigos "eras inglesa antes de irte!" :)

muxus!

di

El país de Tócame Roque dijo...

Mira si es importante que soy capaz de sacrificar 15 minutos de sueño para tener tiempo de desayunar tranquila, y sobre todo SOLA, necesito soledad, mi café recien hecho, mucho café y muy poca leche, azucar por supuesto, yo tres, y enseguida, cara y manos lavadas y a desayunar todavía en estado semicomatoso. El primer sorbo es...orgásmico, no digo más.
Las tostadas con margarina y mermelada de fresas, y de nuevo coincido, calientes, si no es como comer un trozo de conglomerado. Los fines de semana me doy un capricho y me las hago de pan-pan con tomate untado, aceite y sal, doble orgasmo.

Anónimo dijo...

Yo desayuno rápido para bajar al perro. Tomo nespresso Roma con un poco de leche y algo con q acompanarlo: galletas marbu dorada con mantequilla de Soria o alguna tostada Ortiz integral con mermelada de fresa Hero. Todo en tres k cuatro minutos. Luego, cuando vuelvo del perro tomo un segundo nespresso Roma. Así entre semana. En finde desayuno lento, con la tablet. A veces leyendo cosas que me pasan. ;)

Anónimo dijo...

Yo agua con limón nada más levantarme, y después de preparar desayunos, llevar a los niños al colegio, etc, vuelvo a casa, me siento y entonces desayuno pero con calma y ganas. Café con leche, tostadas de panes de distintos cereales con aceite de lino, sésamo, oliva... Y jamónjamón, a veces tomate, o/y ajo, alguna mermelada (la de naranja amarga y la de higo, mis preferidas) y alguna galleta de chocolate, o bizcocho casero, o cereales. No me importa tener que tomar algo de queso, un huevo revuelto o tortilla, bacon... Pero no el mismo día, eh? Disfruto el desayuno, lo valoro, lo atesoro, aunque no me cuesta nada hablar antes de desayunar, incluso cantar, bromear, reirme... Y prefiero esperar a tomarme cualquier cosa rápido. En resumen, dulce, salado, abundante, sano, no tan sano pero muy reconfortante.

Desde hace unos meses no tomo azúcar blanca (sólo morena, o sirope de ágave o estevia), ni pan blanco, y sustituí el zumo de naranja por el de limón con agua, y me siento mucho mejor.

Un saludo!

Pau dijo...

En definitivo el desayuno es un ritual súper íntimo en donde sacamos nuestras manías a remozar, entre semana las tostadas están permitidas con mermelada de fresas o nutella o las dos y una buena taza de café con leche, pero los fines de semana son de " Gallo Pinto", "natilla" y platanitos en miel, con una taza de café con leche y el periódico del domingo. Pequeños placeres, Saludos !

HombreRevenido dijo...

Desayunar en silencio, un rotundo sí, muy importante ese detalle.
Lo demás es secundario, la verdad.

A veces me gusta bajar tranquilamente al bar, con una libreta y un boli. Pienso en cosas mientras me como un pincho de tortilla. Esa es, más o menos, la mayor felicidad a la que puede aspirar un autónomo.

mtbl dijo...

me identifico 100%! la mejor comida del dia, en silencio y si es a solas mejor! cafe, tostadas con aceite, un zumo de naranja natural y yo si añado un kiwi :-) dejar vagar la mente de aqui para alla para empezar el dia e irse desperezando poco a poco... y si el sol entra por la ventana, ya tengo la receta de la felicidad!

Ana dijo...

No pensé que hubiese alguien que disfrutase del desayuno tanto como yo... La gente cuando me pregunta ¿Cuál es tu momento de comida favorito? Siempre respondo el desayuno y me miran raro como diciendo que dices! Será el almuerzo...

Y no.. mi momento favorito es el desayuno, creo que no duermo más y no me da pereza levantarme por que sé que voy a desayunar! Mi café muy caliente, para que no se me enfríe mientras me como las tostadas, con mantequilla y mermelada por supuesto, y mi zumo de naranja mientras se hacen... Yo también paro a mitad del zumo lo miro y saboreo lo último que me queda... Viva el Desayuno!

Oswaldo dijo...

Me sorprende la cantidad de gente que ni siquiera desayuna. Luego, me sorprende la cantidad de gente que desayuna DULCE y SÓLO dulce.

Vamos por partes, en primer lugar, el desayuno es la comida MÁS IMPORTANTE del día. Puede que no sea la que más disfrute una persona en particular, pero ese "detalle" no le resta importancia. Resulta que desde que haya uno cenado hasta la hora de "estar levantado hace poco rato", es decir, la hora de desayunar, puede haber transcurrido tanto como doce horas y si no llegan a tantas, seguro que se le acerca.
Después de todo ese ayuno el cuerpo pide nutrientes y si no se los das, bastantes, suficientes, logras que tu metabolismo se declare en, o cerca de, emergencia y se coloque en modo de ahorro cosa que logra que cualquier sustancia que ahora le arrojes será concienzudamente guardada en forma de grasa en partes que jamás resultan atractivas.

En segundo lugar, desde el punto de vista de que el cuerpo humano puede, en este específico aspecto, ser considerado como un procesador de materia orgánica para ser transformada en energía y, según las necesidades específicas del organismo en un momento dado, algún otro u otros tipos de materia también orgánica, la calidad y cualidades de los nutrientes utilizados como insumos de ese proceso tendrá alta relevancia en el producto energético obtenido.

Desde este punto de vista lo procedente en cuanto a calidad, es comer alimentos con alto contenido protéico y con "suficiente" abundancia para llevar adelante el día.

De este punto de vista sale el dicho de que uno debe "Desayunar como un Rey, Almorzar como príncipe y cenar como mendigo.

Por cierto, al googlear "desayuna como un rey" aparece gran cantidad de argumentos mejores que éste mío...

CiriKaerMorhen dijo...

Yo he pasado por varias fases en cuanto al desayuno: desde la fase indiferente (me daba exactamente lo mismo desayunar que no desayunar) hasta la fase de odio al desayuno (no me quería levantar y no me entraba nada sólido hasta tres horas después, en medio de clase) y la fase de "me encanta desayunar", que es en la que estoy ahora. Soy capaz de levantarme dos horas antes de tener que salir a clase (ya no antes de la clase en sí, antes de tener que salir por la puerta xD) sólo por el placer de desayunar con calma absoluta, en pijama, leyendo o viendo un capítulo de una serie. Eso sí, mis desayunos son sencillos: café con leche en tazón, con mucho café y dos cucharadas de azúcar, un zumo de naranja si tengo naranjas, galletas y fruta. Rara vez tengo ganas de ponerme a hacer tostadas, pero si las hago son con tomate y aceite de oliva o con miel.

lewgim dijo...

Hola:
Aunque me gustan distintas cosas para desayunar ( soy más de bolleria recién horneada y leche chocolateada) me siento plenamente identificado con tu ensayo sobre el desayuno . Es un placer que hay que saborear plácidamente y antes de que las , casi siempre , malas noticias en prensa , radio o televisión nos dejen mal sabor de boca.
Acabo de hacerme seguidor de tu blog y lo he enlazado en el mio ( risaldosyrejajas.blogspot.com.es ) en "Otros blogs interesantes".
Si pudieras enlazar mi blog en el tuyo yo te enlazaría también en el widget"Blogs favoritos" donde el enlace esta más visible con foto de
la última entrada que hayas publicado. Estoy empezando a bloggear por eso me gusta seguir y aprender de los grandes como tú. .Muchas
gracias y un saludo.

Lou Perea dijo...

Y si a todo eso le sumas que sea a partir de las 9 de la mañana, ni te cuento...
Lou

Rubén dijo...

Efectivamente, el desayuno dice mucho de uno mismo.

Por ejemplo, un desayuno a base de un perolo de leche a tope de azúcar anula el efecto del café. Las tostadas con mermelada y mantequilla es como desayunar un postre. Solo se salva el zumo de naranja, y en cualquier caso, siempre es mejor comerse la fruta, y no su zumo. El zumo comercial es como beber Coca cola.

Lo que dice este desayuno de ti es que no tienes ni idea de nutrición, que muy pronto arrastrarás problemas (o ya los arrastras) de cansancio y malnutrición. Empezarás a tomar multivitamínicos, gingsengs y demás movidas que no te harán efecto, preguntándote qué haces mal.

Por lo demás, no desayunar no es ningún problema si no se tiene hambre. De hecho, es muy recomendable alargar el momento del desayuno hasta la comida, si el cuerpo no pide comer antes. Explicaría por qué, pero no tendría sentido.

remorada dijo...

mi abuelo le llevaba cada día el desayuno a la cama a la abuela, yo lo único que pido es que no me hablen y lo he conseguido, por suerte el silencio viene con zumo, café y tostadas!

a veces envidio mi propia suerte, solo por el gusto.

Inés dijo...

Desayuno: café recién hecho, tostadas con mermelada de ciruela (no me niego a las madalenas caseras), que no me hable nadie en un ratito... Felicidad. El que no desayuna, no sabe lo que se pierde.

Mahel dijo...

Yo odio que se me queden las tostadas frías, además me gusta el pan muy tostado, crujiente, con aceite y sal. He llegado a recalentarlas, ya que mi hija tiene el maravilloso don de despertarse justo en el momento que me voy a sentar a desayunar.
Me pasa como a ti, necesito sentarme y desayunar tranquilamente, aunque eso implique madrugar más con tal de tener 15 minutos para mi.
Lo que si hago es variar el desayuno, soy fan del muesli en todas sus versiones y me gusta aunque sea una vez por semana tomarlo con yogur.
Para gustos...

Anónimo dijo...

Es tal cual. Pongo el despertador antes porque total, ¿qué son 30 minutos de sueño en comparación con un desayuno tranquilo? nada, casi nunca compensa dormir en vez de desayunar. Todas las mañana me veo a mi misma repitiendo los mismos pasos, agua, café, leche al microondas, tostadas... tostadas listas para tostarse cuando el café ya está hecho, que si no se quedan frías, tostadas de pan pan, si es que ayer a las 22 me acorde o si es que ayer él se acordó de comprar... el pan de ayer sirve tambien porque tostado esta bueno, pan y café... el zumo segun los dias... pan, café y no hablar. Media hora para mi, media hora de paz y tranquilidad, media hora bendita en días locos que por mucho que me esfuerzo en controlar (si yo tambien hago buenos propósitos por la mañana: busca tiempo para ti, tomate las cosas con tranquilidad y escucho tonterías: el que no puede es porque no quiere, etc...) no lo consigo.
Moli llevo mucho tiempo leyendote y hoy mas que nunca, has devuelvo esa paz mañanera a estas horas de la noche. Gracias

JuanRa Diablo dijo...

Muy de acuerdo en todo salvo en una cosa: la fruta no es postre, la fruta es fruta y el postre... otra cosa

http://miescribania.blogspot.com.es/2010/07/ahi-va-un-goloso.html

lo+ dijo...

En el frigo tengo un iman: Sin café, no doy los buenos dias.....y mis hijos aprendieron a esperar su turno viendo la tele. Cafe, tostadas y zumo ( yo piña de bote)...periodico digital o sudoku para calentar neuronas y luego el resto del dia..del mundo...de todo
Me encanta este post y todos los comentarios....muchos...es un record?.

Babunita dijo...

Nosotras tenemos la suerte de vivir en un sitio donde el pan es pan y no se convierte en serrín aunque las tostadas se unten un poco frías, las hogazas pesan dos kilos y se pueden comer tranquilamente toda la semana.

La mantequilla es el mayor de los tesoros de nuestra casa, la reina, se la compramos a un vaquero que tiene a sus vacas retozando de prado en prado todo el año y la hace él mismo, a la mantequilla, le hemos comprado en casa una mini neverita de vinos, que la mantiene a la temperatura suficiente para que no se agrie pero con una textura que se puede untar.

Nuestras mermeladas favoritas también son la de ciruela Claudia y la de naranja amarga, no obstante ahora estamos disfrutando un experimento de mamy de mandarina y lima, este año ya se nos acabó la de Claudias por haber sido demasiado generosas a la hora de regalar botes y botes.

Los fines de semana bizcocho de aceite o de mantequilla, también con mermelada.

El café con leche y azúcar es o es. Algunas veces hasta con leche de las vacas del señor de la mantequilla.

Del zumo, si no hay naranjas, mamy pasa y se toma un vaso de agua.

Los días de holgura craneal mamy va directamente a la coca cola light y las tostadas de aceite, tomate y jamón, jamón... si lo hay.

Nosotras, las perrunas, nunca tenemos holgura craneal, pero bien que nos gustaría tomarnos ese desayuno.

Es una verdad verdadera que no se puede uno fiar de los no desayunantes, tampoco de los desayusanos. A los parlantes matutinos, directamente habría que enviárselos a la Reina de Corazones para cortarles la cabeza.

NáN dijo...

Babubita, per piacere: latitud y longitus tan xactas que llame a un timbre y sea tu casa. Solo falta hora del desayuno, para que pueda presentarme allí diciendo que me ha invitado la dueña.

Mamacorrecaminos dijo...

Madre mía, ni que estuviese leyendo sobre mi desyuno! Es tal cual! Y me encanta leer mientras desayuno, y que me dejen sola ese momento. Pero Mihombre tiene la costumbre de hablar y decirme todo lo que está descolocado por la cocina en ese instante, no calla. Me dan ganas de amordazarlo. Una de las frases que más sale de mi boca por las mañanas es "déjame en paz".

Tita dijo...

Lo que hace que finalmente pueda tirarme de la cama sin llorar, es pensar en mi tazota grande de café recién hecho con leche, las tostadas o las Marilú, mis favoritas.
Las tostadas de aceite de oliva, o de mantequilla, porque hace años que no me fío de la margarina...y la mantequilla está más buena. O de aceite con jamón, o pavo.
Mi taza es gigante de más de medio litro, porque el sabor y la felicidad del primer café,ya no es replicable en el resto del día.

Comparto además todas tus comentarios sobre el zumo de naranja.

Anónimo dijo...

Me pregunto si de verás eres tan intransigente como pareces con las cosas que no te gustan o si solo es un personaje que te gusta ser.